La temporada 2018-19 ya est芍 en la historia negra de una franquicia hist車rica que no respondi車 ni a sus expectativas ni a su ADN. Y que ahora vuelve a empezar... o no.
A?o sin LeBron James y con campe車n desde el Este. Hace exactamente doce meses y ante esta premisa, los Celtics (que recuperaban a Kyrie Irving y Gordon Hayward tras caer en el s谷ptimo partido de la anterior final de Conferencia) habr赤an sido la opci車n m芍s obvia para la mayor赤a de analistas y aficionados. En vez de eso, la temporada fue un desprop車sito en el que a cada brote verde segu赤a un trompazo m芍s inexplicable que el anterior. Y en el que pareci車 que todos, incluido el propio vestuario, lo fiaron todo a que los playoffs barrieran de un plumazo meses de malos h芍bitos y malos rollos. No fue as赤 porque casi nunca es as赤: despu谷s del 4-0 a los Pacers y de un triunfo impresionante en pista de los intratables Bucks, los Celtics cayeron de la 迆ltima nube, la definitiva, y perdieron cuatro partidos seguidos, dos de ellos en el Garden (algo que versiones de la franquicia con mucho menos talento jam芍s habr赤an permitido) y el 迆ltimo en Milwaukee y sin un 芍pice de orgullo, pr芍cticamente sin comparecer (116-91). Y vacaciones. Cuando es que no, es que no.
Brad Stevens vivi車 (y muri車) con la idea de que una versi車n 車ptima de Hayward (tras su horrible lesi車n en el estreno de la temporada 2017-18) ser赤a fundamental en playoffs. Eso acab車 dando un meneo excesivo a los minutos y los roles, y enfang車 a Jayson Tatum y Jaylen Brown, que aplazaron lo que parec赤a que podr赤a ser su despegue definitivo. Kyrie Irving se dej車 llevar por las mareas, fueran buenas o malas... y (es un tipo complejo) aunque las hubiera provocado 谷l (sobre todo las malas). Lejos de lo que deber赤a ser un l赤der dentro y fuera del vestuario, lo que jur車 que quer赤a ser cuando sali車 corriendo de las faldas de LeBron James, ni cumpli車 en la pista cuando tocaba ni, sobre todo, intent車 arreglar en desaguisado fuera de ella cuando todav赤a hab赤a tiempo... si es que alguna vez lo hubo.
Con el final del invierno empez車 a ser obvio lo que apenas un par de meses antes parec赤a imposible: Kyrie se iba a marchar de Boston. Sin 谷l, Al Horford (33 a?os...) prefiri車 irse tambi谷n, nada menos que al gran rival hist車rico del Este, los Sixers. Y sin 谷l, la apuesta por Anthony Davis parec赤a demasiado arriesgada, una de esas a un curso vista que son anatema para Danny Ainge, qiue solo un a?o antes hab赤a dejado a Tatum y Brown fuera de las negociaciones por Kawhi Leonard. Cuando todo se derrumbaba, un pick de los Kings que parec赤a extremadamente goloso en el inicio de curso acab車 en el n迆mero 14. Y en la agencia libre, los mismos Nets de los que los Celtics se han alimentado desde el traspaso de Paul Pierce y Kevin Garnett acabaron llev芍ndose de golpe a Kevin Durant... y Kyrie Irving, que volvi車 a casa. Un 迆ltimo golpe casi ir車nico a una temporada que comenz車 con (leg赤timos, cre赤amos) sue?os de anillo y termin車 como una pesadilla que oblig車 a pensar en la reconstrucci車n de la reconstrucci車n. Al fin y al cabo solo sobreviven, tres a?os despu谷s, Jaylen Brown y Marcus Smart del n迆cleo duro de la temporada 2016-17. Una eternidad en un suspiro, sin suerte por ahora en la casi imposible obsesi車n de Ainge por maridar el 谷xito a corto plazo y la visi車n de futuro.
El plan A era la continuidad de Kyrie Irving y Al Horford y el 車rdago por Anthony Davis, que pareci車 servido tras la negativa de los Pelicans a mandar al ala-p赤vot a los Lakers en febrero, cuando los verdes no pod赤an mover ficha porque estaban atados por el contrato de kyrie (no pod赤an tener v赤a traspaso dos ampliaciones m芍ximas de contratos rookies con figura de jugador designado). Despu谷s, lleg車 el progresivo divorcio con Kyrie, la salida de Horford (y la de Baynes y Morris, por cierto), y el aterrizaje, por fin, de Davis en los Lakers. Sobre el borrador de un plan A monumental se acab車 escribiendo el testamento final de la nefasta temporada 2018-19.
Desde ah赤, y aunque ya no vayan a ser (en la parrilla de salida) los favoritos de un Este a priori comandado por Bucks y Sixers, los Celtics se han lamido las heridas de la mejor manera posible si se considera su verano como una forma de salvar los restos del naufragio y resetear el ambiente de un vestuario viciado, dividido y en el que las acusaciones, m芍s o menos veladas, volaron de taquilla en taquilla. Cuando la salida de Kyrie (Kyrie, Kyrie, Kyrie... todo ha girado en torno a 谷l, finalmente no para bien), Ainge reaccion車 r芍pido para sacar tajada del divorcio Kemba Walker-Charlotte Hornets. Kemba no llega al talento hist車rico de (otra vez) Kyrie, pero es un jugador excelente y, seguramente, una presencia mucho m芍s positiva en su nuevo vestuario y material m芍s manejable para Stevens, que tendr芍 que devanarse los sesos para que su defensa tenga consistencia interior tras las salidas de Horford y Baynes y la llegada de Enes Kanter. Al menos regresa Theis, que puede acabar siendo muy importante como alternativa de alba?iler赤a al disperso p赤vot turco.
La gran prueba de lo raro que ha acabado siendo el verano es que los Celtics han gastado toda su catarata de picks de draft, sin las operaciones con las que so?aban cuando amasaban assets y con el mensaje claro de Ainge de que estaban seleccionando "a muy buenos tipos". El asunto de la cultura de vestuario, otra vez. Anotadores como Romeo Langford (pick 14, el de los Kings), y Carsen Edwards (el de los 42 puntos a Virginia con Purdue, pick 33), un defensor inteligente con mentalidad colectivista como Grant Williams (pick 22) y las apuestas por Tremont Waters (pick 51), el gigante no drafteado Tacko Fall (2,31) y el franc谷s Vincent Poirier, que llega del Baskonia. No era el plan A, tal vez no era el B y las cosas no deber赤an haber sido as赤... pero eso no significa que tengan que ir necesariamente mal igual que hace un a?o no ten赤an que ir necesariamente bien, ?no?
No es f芍cil trazar el suelo y el techo de estos Celtics pero parece sensato suponer que no se caer芍n de playoffs pero tampoco estar芍n por delante de Bucks y Sixers. La defensa, decepcionante la temporada pasada, sufrir芍 con Kemba y Kanter como eje central, y ahora mismo es dif赤cil saber c車mo ser芍 la rotaci車n con tanta sangre nueva y, otra vez, inexperta. Es sensato, en fin, imaginar a los Celtics como un equipo de ambiente m芍s saludable, con el que trabaje m芍s feliz Brad Stevens pero fuera del pelda?o de los favoritos al anillo. As赤 es, otra vez para lo bueno y para lo malo, la diferencia entre la vida con y sin Kyrie.
Pero en Boston hacen estas cuentas: Gordon Hayward puede regresar a algo parecido a su nivel all star en el a?o II tras su fat赤dica lesi車n, una que acab車 siendo letal (con perspectiva) para el 迆ltimo proyecto fallido de los Celtics. Sin Kyrie y sin que los minutos de Hayward sean sospechosos, Tatum y Brown dar芍n un paso al frente, Kemba replicar芍 la producci車n de Kyrie sin tantos dolores de cabeza y Stevens manejar芍 una rotaci車n mucho m芍s unida y en la que Smart pondr芍 los intangibles y entre Theis y el reci谷n llegado Williams se las apa?ar芍n para dar solidez a la defensa interior. En algo parecido a ese plan, extremadamente optimista pero desde luego no del todo imposible, los Celtics (con quintetos bajitos y con muchos aleros) estar芍n en el top 4 del Este otra vez y ser芍n, adem芍s, un equipo que recupere la conexi車n con un Garden que acab車 siendo incapaz de empatizar con las 赤nfulas de nuevo rico del grupo disoluto que fue arrasado por los Bucks, m芍s lejos en todos los sentidos de donde hab赤a terminado un a?o antes. Este no es el plan A ni el B. Es el que ha tocado. Pero no tiene por qu谷 ser terrible. A la fuerza ahorcan, ?no?