Los Warriors cambian de pabell車n y de panorama: ya nadie les da como favoritos al anillo tras la marcha de Durant y la lesi車n de Thompson. Nuevos tiempos.
La 迆ltima temporada en el Oracle Arena, el viejo Coliseum de Oakland, despu谷s de casi medio siglo (desde 1971) en el lado duro de la Bah赤a. Una franquicia contracultural, durante d谷cadas un equipo del pueblo, reconvertido en dinamo capitalista y gallina de los huevos de oro para las nuevas fortunas tecnol車gicas que irradian desde Silicon Valley a la populosa San Francisco, a un solo puente, en direcci車n opuesta al Golden Gate, del vetusto hogar en el que han ganado cuatro de sus seis anillos (otros dos en Philadelphia, todav赤a ninguno en SF, The City). Y, finalmente, la 迆ltima temporada en la que los Warriors eran el equipo que iba a ganar s赤 o s赤 y estaba destruyendo la NBA de forma irremediable. El que un ej谷rcito de odiadores compulsivos consideraba demasiado bueno para molestare siquiera en verlo siquiera jugar pero el que, cosas, perder赤a contra cualquier buen equipo del pasado y, hechos, ha ganado dos Finales y perdido otras dos desde que se coron車 rey en 2015 y anunci車 el inicio de su era de dominaci車n. Por unas razones u otras, los renglones no suelen trazarse rectos y ganar en la NBA nunca es tan f芍cil.
Y los Warriors, que siempre fueron en realidad m芍s una mutaci車n que una muestra de nuevos tiempos por mucho que se empe?aran en lo contrario los que prefirieron sufrir con desconsuelo los triples de los Splash Brothers, cayeron v赤ctima de unas reglas que finalmente les alcanzaron tambi谷n a ellos, de un desgaste inevitable en un lustro seguido en las Finales (lo nunca visto desde los Celtics de Bill Russell) y de una cultura que b芍sicamente nunca puso a Kevin Durant (MVP de las dos 迆ltimas Finales ganadas) a la altura de Stephen Curry, con el que finalmente comenz車 y acabar芍 este equipo. Como en realidad ten赤a que ser. La complejidad de Durant y su profundo pero abrasivo v赤nculo con Draymond Green, aireado p迆blicamente en aquella noche de noviembre en pista de los Clippers que lo puso todo sobre el tapete, condujo a un final de trayecto en el que ni siquiera los Warriors, casi todopoderosos hasta hace unos meses, pudieron conservar todo su m迆sculo en formato Marvel para dar vuelo al traslado al lujoso Chase Center, al pie del mar en Mission Bay.
Despu谷s de una temporada de 57 victorias, la lesi車n de Kevin Durant en segunda ronda ante los Rockets precipit車 un fin de ciclo sin anillo. Fue una tormenta perfecta de desastres: los Warriors siguieron adelante pero el alero ya no jug車 m芍s hasta el quinto partido de las Finales, ya con los Raptors 3-1, y lo hizo despu谷s de que el debate sobre la legitimidad de su ausencia viciara todav赤a m芍s unas relaciones ya en proceso de disoluci車n. En Toronto, y tras adelantar su reaparici車n en busca de una remontada milagrosa (la que sufrieron ellos en 2016 ante los Cavs), Durant cay車 fulminado con una fractura del tend車n de Aquiles. Los Warriors salvaron ese match ball pero no el segundo, en su pista y en un partido que avanzaba hacia el 3-3 cuando Klay Thompson, que ya se hab赤a perdido el tercero y estaba firmando una actuaci車n memorable, sufri車 una grave lesi車n de rodilla que, en suma, despidi車 esa temporada y dej車 en suspenso la siguiente para un equipo devastado y, en su 迆ltima versi車n, humanizado por las desgracias. Acab車 un gran ciclo (no un gran equipo, no del todo) y la NBA sobrevivi車. Muchos, si es cierto lo que nos hicieron creer, todav赤a se frotar芍n los ojos.
En el verano de 2017 los Warriors, en formato dinast赤a tras recuperar el trono en el primer a?o de Kevin Durant, mantuvieron 12 jugadores que acumulaban el 89% de los minutos en pista de la triunfal temporada anterior. ?Ahora? Seis jugadores y un 49%, uno de los once equipos que no mantienen ni la mitad de su tiempo en pista... y un dato que va a cinco y 35% si se descuenta a un Klay Thompson que en teor赤a no jugar芍 durante al menos media temporada pero que espant車 r芍pido su paso por la agencia libre con un nuevo contrato de cinco a?os y 190 millones. La continuidad de los Splash Brothers quedaba garantizada semanas antes de que se anunciara que Draymond Green no ser芍 agente libre en 2020 gracias una ampliaci車n de cuatro a?os y 100 millones de d車lares.
Principales altas | Principales bajas |
D'Angelo Russell |
Kevin Durant |
Willie Cauley-Stein |
Andre Iguodala |
Glenn Robinson III |
Shaun Livingston |
Alec Burks |
DeMarcus Cousins |
Omari Spellman |
Damian Jones |
Marquese Chriss |
Jordan Bell |
Jordan Poole (rookie) |
Quinn Cook |
Alan Smailagic (rookie) |
Eric Paschall (rookie) |
El big three no se toca, premio gordo en un verano terrible en lo deportivo y en lo emocional: la f車rmula de la imbatibilidad qued車 hecha pedazos con la salida de Durant con destino Brooklyn (un jugador de leyenda inmerso en una constante y extra?a b迆squeda de s赤 mismo). Y el viejo esp赤ritu del Strength In Numbers, demolido con el adi車s de Andre Iguodala y Shaun Livingston, v赤ctimas con 35 y 33 a?os de unas nuevas expectativas muy rebajadas definitivamente tras la lesi車n de Klay, y de la llegada de los Warriors al hard cap, el l赤mite salarial (138,9 millones de d車lares) imposible de sortear sin reglas ni excepciones y en el que incurrieron con la llegada v赤a sign and trade de D'Angelo Russell. El base de 23 a?os fue la manera de no perder de vac赤o a Durant, pero los Warriors (con fea presi車n del alero que se iba) tuvieron que soltar una primera ronda con destino Brooklyn y otra a toda velocidad en direcci車n Memphis, donde fue desterrado Andre Iguodala sin tiempo, las calculadoras echaban humo, de ver qu谷 se pod赤a obtener en el mercado por un jugador esencial en este hist車rico 迆ltimo lustro de la franquicia.
Curry, Klay, Green y Russell acumulaban casi 119 millones que dejaban aparentemente sin opciones atractivas ante ese hard cap a un equipo determinado a aprovechar las desgracias para abaratar costes: ir芍 a unos 15 millones de impuesto de lujo tras moverse en m芍s de 51 la pasada temporada y haber flirteado con (lo nunca visto) unos 175 si se hubiera mantenido intacto el n迆cleo de las dos 迆ltimas campa?as. El te車ricamente imbatible y a la postre solo casi, casi, casi imbatible.
Desde esa situaci車n econ車mica y emocional, los Warriors lo hicieron bien: la renovaci車n de Kevon Looney, un jugador cuya importancia ya no es ning迆n secreto de vestuario, sali車 sorprendentemente barata (3 a?os, 15 millones). Llegaron un anotador en busca de fortuna como Alec Burks y apuestas sin mucho que perder como Glenn Robinson III, Marquese Chriss y un Willie Cauley-Stein de cuyas constantes excusas se cansaron en Sacramento. Como otras veces, Bob Myers cree en la reinserci車n dentro de la cultura adecuada. Un principio que a veces ha funcionado y otras no, pero sin mucho riesgo en un curso en el que las previsiones (Clippers, Lakers, Jazz, Rockets, Nuggets...) sepultan a los Warriors en el Oeste... tal vez con demasiada alegr赤a. Al menos en lo que respecta a quienes los quieren incluso sacar ya de playoffs. Que los hay. Omari Spellman, otro del que su equipo (los Hawks en este caso) se hart車 pese a su juventud, es una apuesta m芍s barata (otro ajuste econ車mico) que Damian Jones, el p赤vot que nunca cuaj車 y que se ha ido a Atlanta en su lugar. As赤 que en los pr車ximos Warriors veremos, entre otras cosas, algo impensable en los 迆ltimos a?os en la Bah赤a: movimiento joven. Es el segundo a?o para Jacob Evans y llegan tres rookies; Jordan Poole, Alen Smailagic y Eric Paschall. Picks 28, 39 y 41. Si se lo ganan, tendr芍n espacio en la rotaci車n. Nueva sede, nuevos tiempos.
Desde luego, que no haya certezas con este equipo es una novedad que agita no solo el n迆cleo de los Warriors sino la estructura m芍s b芍sica de la NBA. El eje ha desaparecido... pero los Warriors no. No del todo y no mientras sigan juntos Stephen Curry (a un nivel absolutamente estelar la temporada pasada), Draymond Green y un Klay Thompson cuya rodilla marcar芍 qu谷 van a ser estos extra?os Warriors 2019-20. Si no vuelve a jugar o lo hace entre algodones, ser芍 definitivamente un a?o de transici車n (y mudanza). Pero hay informaciones que dibujan un Klay de vuelta en torno al All Star y en buenas condiciones para los playoffs. Eso lo cambiar赤a todo y convertir赤a en un rival absolutamente temible a un equipo al que, en todo caso, ya no se percibe como el favorito de consenso. Ni del Oeste ni para el anillo.
D'Angelo Russell es una de las grandes inc車gnitas, tal vez estrella de futuro o tal vez pieza de mercado tan pronto como el pr車ximo febrero, ya con su contrato m芍ximo y a prueba tras una temporada brillante en la que fue all star con 22 a?os y en la que jug車 en Brooklyn dentro de un estilo muy distinto al de Warriors, con m芍s pick and rolls frontales que nadie en la NBA. Russell puede ser una novedad apasionante o un sobrante de f芍brica cuando vuelva Klay, y mientras no se despeje esa inc車gnita y la del timing del regreso del escolta es dif赤cil trazar una hoja de ruta para un equipo que ense?ar芍 a la fuerza una cara nueva como gestor de Steve Kerr, un t谷cnico que solo ha perdido dos series de playoffs en cinco a?os y que ahora tratar芍, por ejemplo de sacar el jugador NBA que Cauley-Stein deber赤a llevar dentro todav赤a.
Kerr gestionar芍 una rotaci車n sin definir en las alas. Burks es un anotador que defiende poco, McKinnie un trabajador sin estrella y regresa Damion Lee (cu?ado de Steph) con su defensa y su buena mu?eca. Tambi谷n habr芍 oportunidades para Jacob Evans, Jordan Poole y un Eric Paschall que es un segunda ronda pero al que se percibe, por su excelente tiro de tres, como un jugador ideal para los Warriors, que manejan ya tambi谷n el talento de Smailagic, un 2,06 de todav赤a 18 a?os. El primero jugador nacido en 2000 que llevar芍 la camiseta de unos Warriors para los que el tema central, de entrada, ser芍 el traslado a San Francisco y al ultra lujoso Chase Center, el gran pabell車n del futuro y la baza para asaltar el trono de Knicks y Lakers como franquicias m芍s ricas de la liga. Pero a partir de ah赤, y si vuelve a tiempo Klay Thompson...