Los Magic han invertido en continuidad y sentido com¨²n (y m¨¢s m¨²sculo y defensa) despu¨¦s de regresar a los playoffs tras un grand¨ªsimo final de temporada.
Los Magic volvieron a unos playoffs que no jugaban desde 2012 y los comenzaron con una victoria muy pintona en Toronto, contra unos Raptors que, esa noche les habr¨ªa sonado a broma incluso a ellos mismos, acabar¨ªan proclam¨¢ndose campeones de la NBA. Los Raptors se sacudieron (esta vez estaba Kawhi Leonard, claro) sus fantasmas de playoffs y ganaron cuatro veces seguidas a unos Magic que se despidieron de una temporada cerrada con nota: 42 victorias y billete para las eliminatorias, n¨²meros correctos pero muy buenos si se considera que los Magic estaban 20-31 despu¨¦s de los 51 primeros partidos, con un rating negativo (-3,5) que les convert¨ªan en el sexto peor equipo de la liga. Desde ah¨ª, 22-9 en los 31 ¨²ltimos con un +7,6 de rating que solo mejoraron en ese tramo Rockets y, por los pelos, Jazz.
Hab¨ªa funcionado finalmente el trabajo meticuloso, preciso y siempre sensato de Steve Clifford (57 a?os), un excelente entrenador que rara vez hace locuras, exprime sus recursos y acaba encontrando formas de que sus equipos sean serios, productivos y competitivos. Esta vez tard¨® en dar con una rotaci¨®n que no se hundiera con los cambios y que combinara unidades con puntos, energ¨ªa y defensa sin demasiados altibajos. Lo hizo. Y de paso sac¨® lo mejor de un Nikola Vucevic que parec¨ªa camino del mercado invernal, en ¨²ltimo a?o de contrato y con el inacabable Mo Bamba seleccionado con el 6 del draft de 2018, pero que jug¨® a su mejor nivel (casi 21 puntos y 12 rebotes de media) y se convirti¨® en all star. DJ Augustin y (desde su llegada) Michael Carter-Williams dieron criterio y energ¨ªa (respectivamente) al puesto de base y Terrence Ross fue uno de los mejores sextos hombres de la temporada, con m¨¢s de 15 puntos por partido; El primer jugador de la historia que superaba los 200 triples (217) en una temporada sin ser titular en ning¨²n partido.
La salud respet¨® al n¨²cleo duro, aunque castig¨® a Bamba, la nueva joya de la corona y un jugador todav¨ªa tremendamente verde, que solo pudo completar 47 partidos. Pero en su lugar emergi¨® Khem Birch como h¨¦roe de la afici¨®n y ancla defensiva de un equipo que not¨® enormemente la mano de Clifford en ese apartado: de 18? a 8? de la NBA en solo un curso. Con una solidez ya muy serie de Aaron Gordon y destellos de Jonathan Isaac (tremendo en defensa) y Wesley Iwundu, los Magic superaron el aprobado en una temporada que pas¨® por el ecuador con mala pinta. Y (algo que les ven¨ªa costando much¨ªsimo) empezaron a sacar r¨¦ditos, poco a poco, a sus a?os en la loter¨ªa del draft: Gordon (n¨²mero 4 en 2014), Isaac (6 en 2017), Mamba (6 en 2018)...
Solo los Nuggets han sido m¨¢s continuistas que los Magic, especies extra?as en un verano loco en el que los de Florida tienen de vuelta el 86,4% de los minutos de la temporada pasada (su nueva plantilla ya cubri¨® 17.091 de lo 19.778 totales en la 2018-19). En un mercado sin acceso ahora mismo a los grandes agentes libres, parec¨ªa capital no perder a los que amenazaban con irse. Y no lo hicieron: Vucevic firm¨® por cuatro a?os y 100 millones, Ross por 4 y 50 (con otros cuatro de incentivos) y tambi¨¦n regresan Carter-Williams con un contrato de un a?o y Birch, que firm¨® uno muy interesante de 6 millones por dos temporadas. Es leg¨ªtimo preguntarse si con jugadores como Vucevic y Ross como pilares el equipo puede llegar mucho m¨¢s lejos... pero era a priori mucho m¨¢s arriesgado, en el actual panorama, quedarse sin ellos. El riesgo lo conoce bien Clifford, cuyos Hornets invirtieron 226 millones totales en Batum, Marvin Williams y Kidd-Gilchrist despu¨¦s de ganar 48 partidos hace tres a?os. Fue un desastre: no han vuelto a playoffs y acaban de quedarse sin Kemba Walker.
Fuera de la loter¨ªa, los Magic ten¨ªan un pick 16 que invirtieron en Chuma Okeke, el alero de Auburn que apuntaba al top 10 hasta que se rompi¨® la rodilla en pleno March Madness. Esta primera temporada NBA se la pasar¨¢ en blanco y de hecho no firmar¨¢ su contrato con la franquicia hasta el verano de 2020 por culpa de una lesi¨®n que le impedir¨¢ aportar ya a un equipo que sigue encontrando irresistibles a los forwards de mucha envergadura y proyecci¨®n defensiva y que ha sumado, en el mismo perfil, a Al-Farouq Aminu, que ha firmado por tres a?os y 29 millones despu¨¦s de cuatro temporadas muy productiva (tiene 28 a?os) en Portland. Adem¨¢s, los Magic cortaron a Timofei Mozgov, repartiendo en tres a?os los 16,7 millones que ten¨ªa garantizados la pr¨®xima temporada, y han puesto sus esperanzas en una wildcard explosiva (veremos si para lo bueno) como Markelle Fultz, con el que se hicieron en febrero y sobre el que, como casi siempre, no hay demasiadas noticias. El n¨²mero 1 del draft de 2017 solo jug¨® 33 partidos de Regular Season en Philadelphia, donde apostaron muy fuerte para subir a por ¨¦l desde el n¨²mero 3 (trade con los Celtics, que eligieron a Jayson Tatum) y donde el base de Washington vivi¨® una pesadilla por una lesi¨®n de hombro que le dej¨® literalmente sin mec¨¢nica de tiro. Su carrera, en juego aunque solo tiene 21 a?os, necesitaba un reinicio. Orlando Magic es su gran oportunidad, tal vez la ¨²ltima...
Los Magic deber¨ªan volver a ser un serio aspirante a los playoffs y una defensa f¨¦rrea y seria casi todas las noches, pero necesitan mejorar en ataque para ser un equipo verdaderamente peligroso. En las siete ¨²ltimas temporadas (m¨¢s que ninguna otra franquicia) han estado siempre entre los diez peores ratings ofensivos, un mal end¨¦mico que comienza en la creaci¨®n de juego y para el que Fultz ser¨ªa una soluci¨®n determinante, un talento de n¨²mero 1 y de s¨²per estrella que necesita reencontrarse lejos del ecosistema de los Sixers. Tratar¨¢ de hacerlo en Orlando.
Si Vucevic, Ross, Augustin y en sus t¨¦rminos Fournier son certezas en la rotaci¨®n, los Magic tambi¨¦n pueden rascar saltos de calidad de Aaron Gordon (en fuego lento hacia un nivel verdaderamente alto), un Isaac de talla imponente, Iwundu y por supuesto Mamba, que demostr¨® como rookie y antes de su grave lesi¨®n que tiene tantas posibilidades como, ahora mismo, cosas que aprender. Con la estabilidad cierta que asegura Clifford, un consumado profesional, los Magic tienen que dejar claro que su versi¨®n real es la de la brillante segunda parte de la pasada temporada, no la de la confusa primera. Tienen un quinteto s¨®lido (Augustin, Fournier, Isaac, Gordon, Vucevic), un l¨ªder en versi¨®n all star (Vucevic), un sexto hombre de primera categor¨ªa (Ross), reservas que cumplen en su rol (Carter-Williams, Birch, en principio tambi¨¦n el reci¨¦n llegado Aminu) y j¨®venes de proyecci¨®n ilusionante (Bamba, Iwundu, el inexplicable Fultz, el lesionado Okeke...). As¨ª que en Orlando pueden ser, al menos, moderadamente optimistas. Tienen el riesgo de anclarse en la zona de nadie del Este, pero si todo va bien, lo veteranos lideran, los j¨®venes explotan y Fultz es algo parecido a lo que promet¨ªa en Washington... Por so?ar que no quede, que por algo juegan en territorio Disney.