Willy Hernang¨®mez tiene otra oportunidad de pelear por un lugar estable en la NBA en unos Hornets que ser¨¢n sin duda uno de los peores equipos de la liga tras perder a Kemba Walker.
Otra vez, frustrante. Los Hornets, en el inicio de la era Borrego en el banquillo, no fueron los suficiente regulares para mantenerse en una lucha por el barat¨ªsimo octavo puesto del Este, que se quedaron los Pistons en el 50% raspado de victorias. Apretaron al final, con actuaciones emocionantes de Kemba Walker, que ten¨ªa que pelear durante tres cuartos por mantener vivo a su equipo y en el ¨²ltimo por arrancarle al rival, muchas veces solo, la victoria de las manos. Eso no le vali¨® el billete a playoffs a su equipo pero s¨ª la inclusi¨®n en el Tercer Mejor Quinteto a Kemba. Y con ello, el derecho a pedir un s¨²per contrato m¨¢ximo como agente libre que le separ¨® definitivamente del que hab¨ªa sido su equipo desde 2011.
En un estado como Carolina del Norte, donde el baloncesto es tanto y donde las batallas universitarias entre Duke y North Carolina son hito en todo el territorio estadounidense, la segunda encarnaci¨®n de los Hornets no carbura, no engancha y no deja en ning¨²n buen lugar a Michael Jordan como due?o. Celebrada en su primera etapa (1989-2002), estos Hornets que antes fueron Bobcats (2004-2014) no han tenido m¨¢s que tres temporadas con balance ganador y tres billetes para playoffs en los que no han pasado de primera ronda y han encajado dos barridas (4-0). Como Bobcats debutaron con 18-64 y en la 2011-12 ganaron solo un 10% de partidos (era a?o de lockout con 66 de Regular Season): 7-59. El peor porcentaje de triunfos de la historia de la liga, incluida una racha final de 23 derrotas consecutivas. Jordan (lleg¨® en 2010) ya estaba al frente.
En un panorama oscuro, una temporada que promet¨ªa billete a playoffs y en la que el Spectrum Center recibi¨® el All Star Weekend acab¨® en decepci¨®n con un equipo que se qued¨® corto en un Este muy d¨®cil, fuera de las posiciones de privilegio y en ruta hacia un verano que termin¨® de poner a la franquicia en las puertas de la m¨¢s profunda y completa reconstrucci¨®n.
En febrero los Hornets estuvieron cerca de hacerse con un Marc Gasol que, por suerte para ¨¦l, acab¨® en Toronto Raptors, donde se proclam¨® campe¨®n de la NBA. Era el ¨²ltimo intento de una franquicia que quer¨ªa aferrarse a los playoffs y blanquear su imagen competitiva ante Kemba Walker, el jugador franquicia que estaba a unos pocos meses de convertirse en agente libre y que ha sido tres a?os seguidos all star sin pisar las eliminatorias por el t¨ªtulo en ese tramo. No llegaron ni Marc ni los playoffs, los Hornets acabaron novenos, con un poco halag¨¹e?o pick 12 del draft y a las puertas de uno de los movimientos m¨¢s rid¨ªculos que se recuerdan: despu¨¦s de no traspasar a Kemba en el mercado invernal, le regatearon un pu?ado de millones de los 221 por cinco a?os que se hab¨ªa ganado como s¨²per m¨¢ximo tras entrar en el Tercer Quinteto. Se rumore¨® que la oferta fue de unos 170, menos incluso que los casi 190 a los que habr¨ªa tenido derecho incluso sin galones de supermax. El base, hastiado, firm¨® con Boston Celtics por cuatro y a?os... y 141 millones. Y as¨ª los Hornets perdieron a Kemba sin recibir nada a cambio y sin apostar de verdad por ¨¦l. ?Por qu¨¦ no le ofrecieron el m¨¢ximo y por qu¨¦ no le traspasaron antes si ni siquiera ten¨ªan claro si iban a querer hacerlo? Eso lo sabr¨¢n Michael Jordan y Mitch Kupchak, que est¨¢ teniendo unos inicios en los despachos de Charlotte tan malos como fueron sus ¨²ltimos pasos en los de los Lakers.
Kemba se fue, finalmente en un sign and trade en el que los Hornets se llevaron a un Terry Rozier al que dieron 57 millones por tres temporadas, en lo que parece sin lugar a dudas uno de los peores (como m¨ªnimo, m¨¢s arriesgados) contratos del verano. Despu¨¦s de sus peripecias (Scary Terry...) en los playoffs de 2018, Rozier no demostr¨® la temporada pasada nada que le hiciera merecedor de tanto dinero ni tanta confianza por parte de una franquicia que parec¨ªa m¨¢s desesperada que realmente comprometida con un jugador de talento difuso y que en sus cuatro a?os en la NBA nunca ha tirado ni pasado demasiado bien con regularidad.
Adem¨¢s de Kemba, se fue (a Indiana Pacers) Jeremy Lamb, el segundo mejor jugador del equipo la temporada pasada (25,6 puntos de media Walker, 15,3 Lamb). Se retir¨® Tony Parker, Frank Kaminsky ha buscado una segunda oportunidad en Phoenix (un 9 del draft en 2015 que se marcha como agente libre) y solo han llegado, adem¨¢s de Rozier y su exceso de millones, novatos: PJ Washington desde el n¨²mero 12 del draft, Cody Martin y Jalen McDaniels desde la segunda ronda, Robert Franks sin draftear. Los tres ¨²ltimos pasar¨¢n mucho tiempo en el Liga de Desarrollo. Washington, un prometedor ala-p¨ªvot, seguramente tambi¨¦n, ya que en la Summer League ni debut¨® por unos problemas en un pie que ya le dieron mucha guerra en su segunda temporada en Kentucky. Con todo esto a la vista, no hay forma de dar ni un suspenso honroso (no digamos un aprobado) al verano de unos Hornets que son una pura interrogante y que deber¨ªan intentar comenzar por lo m¨¢s b¨¢sico: hacer bien las cosas m¨¢s simples.
Muchas derrotas, muchos minutos para los j¨®venes y unas oficinas muy interesadas en mover algunos contratos de los veteranos que no pudieron formar un bloque competitivo alrededor de Kemba Walker, algo en lo que Michael Jordan gast¨® mucho... y muy mal. El verano pas¨® sin encontrar forma de soltar los pesad¨ªsimos millones de Batum: m¨¢s de 25 esta temporada, m¨¢s de 27 de player option la pr¨®xima. Quiz¨¢ alguien podr¨ªa encontrar valor a los expiring de Marvin Williams, un jugador interesante para un aspirante pero con unos complicados 15 millones de salario, o Kidd-Gilchrist, un 2 de draft (2012) incapaz de acompa?ar con el ataque m¨¢s m¨ªnimo (6,7 puntos de media la temporada pasada) a su notable esfuerzo defensivo. Con ellos y Biyombo en el final del camino en Charlotte, los Hornets deber¨ªan estudiar f¨®rmulas creativas para intentar obtener piezas v¨¢lidas para una reconstrucci¨®n imposible de retrasar ahora que su veterano m¨¢s significativo es Cody Zeller. Un buen jugador interior, en todo caso.
Solo si del n¨²cleo joven del vestuario van saliendo certezas la temporada puede ser provechosa para unos Hornets a los que es f¨¢cil imaginar con la vista en el draft desde muy pronto. Dwyane Bacon (n¨²mero 40 en 2017) termin¨® muy bien la temporada pasada, un tramo en el que tambi¨¦n se reivindic¨® el segunda ronda (n¨²mero 34) de 2018, Devonte' Graham. Miles Bridges (12 en 2018) hizo lo suficiente como rookie para ganarse minutos como titular indiscutible ahora, Malik Monk (11 en 2017) por ahora no ha sido capaz de anotar con regularidad, algo que se le presupon¨ªa tras su a?o en Kentucky, y pasa examen muy serio ahora. En las manos de ellos, y del reci¨¦n llegado Washington, est¨¢ parte de la esperanza de que el futuro no sea tan negro como parece ahora mismo en Carolina, donde Willy Hernang¨®mez exprimir¨¢ su ¨²ltimo a?o de contrato para intentar ganarse un sitio definitivo en la NBA. Tendr¨¢ por delante a Zeller y tal vez a Biyombo, aunque si Borrego libera pronto al movimiento joven, el espa?ol puede tener m¨¢s voz. Su capacidad defensiva sigue en entredicho y, por ahora, su temporada rookie en los Knicks sigue siendo la de m¨¢s minutos y m¨¢s producci¨®n estad¨ªstica de las tres que lleva en Estados Unidos. A ver la cuarta...