CENTENARIO DE LA SELECCI?N

En 1960, la pol¨ªtica priva a Espa?a de la Eurocopa. El sorteo establece que espa?oles y sovi¨¦ticos se enfrenten en cuartos. Ambas federaciones acuerdan las fechas de los partidos, pero el gobierno espa?ol se niega a que la URSS viaje a Madrid, por lo que la Selecci¨®n se ve obligada a retirarse, mientras que la URSS acaba campeona del torneo. La edici¨®n siguiente queda marcada por los mismos protagonistas, solo que con un desenlace muy diferente. Esta vez el gobierno s¨ª permite que los sovi¨¦ticos viajen a Madrid para disputar la final ante Espa?a en el Santiago Bernab¨¦u. Se adelanta Pereda y la URSS empata cinco minutos despu¨¦s. En el ocaso del partido, Marcelino anota el tanto que da a la Selecci¨®n su primer t¨ªtulo europeo. No ir¨¢ tan bien la Eurocopa de 1968, en la que Inglaterra gana los dos partidos de cuartos y elimina a los espa?oles. Los papeles mundialistas de Espa?a son m¨¢s discretos, ya que en ninguno de los dos Mundiales (1962 y 1966) logra superar la fase de grupos.

El sorteo de cuartos de final empareja a Espa?a con la URSS. Ambas federaciones acuerdan las fechas de los partidos, pero el gobierno espa?ol impide que los sovi¨¦ticos viajen a Madrid. La Selecci¨®n tiene que retirarse del torneo.

Espa?a queda emparejada con la URSS en cuartos de la primera Eurocopa de la historia, la de 1960 (entonces bautizada como Copa Henri Delaunay). Ambas federaciones llegan a un acuerdo, tras un forcejeo totalmente cordial, para disputar los partidos el 22 de mayo de 1960 en Mosc¨² y el 9 de junio de ese mismo a?o en Madrid. Cada federaci¨®n correr¨¢ con los gastos del viaje propio y el alojamiento ser¨¢ por cuenta del anfitri¨®n. La expedici¨®n ser¨¢ de 22 personas en total.

El duelo es de gran inter¨¦s, ya que ser¨¢ el primer encuentro entre Espa?a y la URSS. No hay precedentes ni siquiera entre clubes. Todo sigue su curso normal e incluso la UEFA ya notifica que el ¨¢rbitro ser¨¢ el brit¨¢nico K. G. Aston y los aficionados sovi¨¦ticos agotan las entradas para el estadio Lenin, que se prepara para ser escenario del encuentro.

Pero de repente ocurre algo inesperado. Al parecer, los ministros Carrero Blanco y Alonso Vega influyen para que Franco suspenda el enfrentamiento. El hermetismo es absoluto. Finalmente, tras una consulta del propio Franco al Consejo de Ministros, gana la opini¨®n de quienes consideran inoportuna la visita sovi¨¦tica.

La Federaci¨®n espa?ola hace varias propuestas para resolver el conflicto y no tener que jugar la vuelta en territorio espa?ol, pero son rechazadas por la federaci¨®n sovi¨¦tica. Espa?a tiene que retirarse de la Eurocopa. La selecci¨®n de Helenio Herrera, con jugadores como Di St¨¦fano o Luis Su¨¢rez, no puede competir a pesar de ser considerada una de las selecciones m¨¢s potentes del momento.

La URSS rechaza la propuesta de Espa?a y la Selecci¨®n tiene que renunciar a seguir en el campeonato.

La Selecci¨®n espa?ola se vuelve a casa en el Mundial de 1962 tras perder contra Brasil en el tercer partido de la fase de grupos. Bustamante, ¨¢rbitro chileno, saca fuera un penalti claro a Collar y anula sin motivo un gol legal de Adelardo.

Espa?a va de menos a m¨¢s en el Mundial de Chile de 1962. Herrera se deja llevar en el debut ante Checoslovaquia por el peso de los jugadores veteranos en lugar de apostar por otros seleccionados que llegan en mejor forma. El resultado es una inoportuna derrota (0-1) y una Selecci¨®n espa?ola demasiado lenta y falta de frescura. En el segundo encuentro, ante M¨¦xico, el juego no mejora, pero un gol de Peir¨® en el minuto 89 da vida a Espa?a.

Toca jug¨¢rselo todo contra Brasil, que es la actual campeona mundial. Helenio Herrera aprende la lecci¨®n y solo dos jugadores de los que han sido titulares en el debut repiten (Puskas y Gento). Los once elegidos responden y superan a Brasil con claridad en la primera mitad. Adelardo pone el 0-1 en el minuto 34 con un disparo raso ajustado al poste. Poco despu¨¦s, el partido puede quedar resuelto de no ser por la actuaci¨®n de Sergio Bustamante, colegiado chileno asignado para dirigir el encuentro. Collar es derribado con claridad por Nilton Santos dentro del ¨¢rea, pero el ¨¢rbitro se?ala falta fuera del ¨¢rea. Botada la falta, Adelardo marca un tanto totalmente legal que es anulado. En la segunda mitad Amarildo (que ha entrado en el once por la lesi¨®n de Pel¨¦), anota un doblete y manda a Espa?a a casa.

M¨¢s tarde, los dos clasificados del grupo, Checoslovaquia y Brasil, llegar¨¢n a la final, con triunfo para los brasile?os. El ¨¢rbitro chileno impide que la Selecci¨®n espa?ola derrote al conjunto que despu¨¦s se proclamar¨¢ campe¨®n del mundo por segunda vez consecutiva.

• Brasil: Gilmar; Djalma Santos, Mauro, Z¨®zimo, Nilton Santos; Did¨ª, Zito; Garrincha, Vav¨¢, Amarildo, Zagalo, (Entrenador: Feola)
• Espa?a: Araquist¨¢in; Rodri, Echeberr¨ªa, Gracia; Verg¨¦s, Pach¨ªn; Collar, Adelardo, Puskas, Peir¨®, Gento, (Entrenador: Herrera)
• ?rbitro. Sergio Bustamante, chileno.

Adelardo pone el 0-1 en el minuto 34 de la primera mitad con un disparo raso que bate a Gilmar. Espa?a se va con ese marcador favorable al descanso, pero en la segunda mitad el panorama cambia. Dos goles de Amarildo le dan la vuelta al resultado.

A primeros de mayo de 1964, el Comit¨¦ Ejecutivo de la UEFA se re¨²ne en Madrid. Se adjudica a Espa?a la organizaci¨®n de la Eurocopa, siendo Madrid y Barcelona sedes. Espa?a se empareja con el vencedor de la eliminatoria Francia-Hungr¨ªa.

El 17 de junio de 1964 saltan espa?oles y h¨²ngaros al estadio Santiago Bernab¨¦u buscando un puesto en la gran final. Los espa?oles no han dado ninguna opci¨®n a los irlandeses en su eliminatoria anterior, al igual que los magiares con los franceses, pero llegan relajados. Han llegado a Barajas cuatro d¨ªas antes y han tenido tiempo desde entonces para entrenarse en el Metropolitano y hasta de visitar el Museo del Prado, pasando por el deleite de una tarde en el coso de Las Ventas. Ese 17 de junio, el calor aprieta de lo lindo en la capital espa?ola. Unos 100.000 espectadores acuden a presenciar el choque, que comienza con un dominio intenso de los hombres de Villalonga, dirigidos espl¨¦ndidamente por Luis Su¨¢rez. El interista maneja la batuta del juego con naturalidad y maestr¨ªa, pero se falla en los metros finales. A diez minutos del descanso, una internada suya es rematada por Pereda. La virtud encuentra su premio.

La segunda parte es lo contrario a la primera. Su¨¢rez, con un golpe en el gemelo y aquejado de calambres, disminuye sus prestaciones. Los h¨²ngaros rondan la meta de un Iribar que se defiende como gato panza arriba. Pero a escasos minutos del final, el asedio logra su prop¨®sito: un barullo acaba con un gol de Nagy, que fuerza la pr¨®rroga. ?sta es tremenda. Iribar aborta cualquier peligro, pero los espa?oles est¨¢n agotados: Su¨¢rez, Pereda, Marcelino... En la segunda parte, Espa?a logra un c¨®rner. Lapetra saca, busca a Fust¨¦, ¨¦ste toca de cabeza y ?Gooool! Amancio, revolvi¨¦ndose, acierta a desviar el bal¨®n lejos de Szentmih¨¢lyi. Es el anhelado triunfo. Y el ansiado pase a la final de la Eurocopa.

• Espa?a: Iribar; Rivilla, Olivella, Calleja; Zoco, Fust¨¦; Amancio, Pereda, Marcelino, Luis Su¨¢rez, Lapetra, (Entrenador: Villalonga)
• Hungr¨ªa: Szentmih¨¢lyi; M¨¢trai, M¨¦sz?ly, S¨¢rosi; Nagy, Sipos; Bene, Komora, Albert, Tichy, Fenyvesi, (Entrenador: Bar¨®ti)
• ?rbitro. Arthur Blavier, belga.

Amancio, a cinco minutos de deparar el pase a la final a trav¨¦s del sorteo con una moneda, fija el 2-1 definitivo de esta manera: un remate con su pierna derecha que Szentmih¨¢lyi, el meta h¨²ngaro, no acierta a detener. ?Espa?a es finalista en la Eurocopa que ha organizado!

Domingo, 21 de junio. Festividad de San Luis. Llueve mansamente sobre Madrid. Por la tarde, Espa?a y la Uni¨®n Sovi¨¦tica disputan la final de la II Eurocopa de Naciones. Se enfrentan el pa¨ªs anfitri¨®n y el vigente campe¨®n europeo.

Llueve en Madrid en los instantes previos al comienzo del encuentro. El Bernab¨¦u presenta un lleno colosal. Franco preside el partido ante los rusos, en una escena que a?os antes habr¨ªa resultado impensable. Es algo m¨¢s que un partido para la dictadura imperante en Espa?a. Frente a los vigentes campeones europeos, aparecen los jugadores espa?oles vestidos de azul, como as¨ª ha determinado el sorteo. El orgullo del r¨¦gimen est¨¢ en juego sobre ese c¨¦sped, en competencia directa con la ¡®repudiada¡¯ URSS.

A las 18:30 horas comienza el encuentro. Los espa?oles destacan por su viveza y por su calidad frente al mayor poder¨ªo f¨ªsico de los rivales sovi¨¦ticos. Pronto, a los cinco minutos de juego, una internada de Luis Su¨¢rez por la banda derecha acaba en centro. Shustikov y Shesternev se estorban y... ?Goooooool! Pereda aprovecha la ocasi¨®n para batir a Yashin. Apenas tres minutos despu¨¦s, Khusainov empata tras recibir de Ivanov y fallar la defensa espa?ola. Todo vuelve al principio. Nervios, tensi¨®n, garra, empuje... A falta de seis minutos para el final, y cuando se intuye la pr¨®rroga, Rivilla corta un pase y corre por la banda derecha. Prolonga el bal¨®n a Pereda, que tras regatear a Mudrik, centra a media altura... En el ¨¢rea aparece Marcelino, que se lanza a rematar marcando los tiempos del cabezazo perfecto. Un remate preciso y precioso. Yashin, sorprendido, apenas puede ver c¨®mo ese remate inveros¨ªmil entra en su porter¨ªa. Seis minutos despu¨¦s, Espa?a se proclama campeona de Europa.

• Espa?a: Iribar; Rivilla, Olivella, Calleja; Zoco, Fust¨¦; Amancio, Pereda, Marcelino, Su¨¢rez, Lapetra (Entrenador: Villalonga)
• URSS: Yashin; Shustikov, Shesternev, Mudrik; Voronin, Anichkin; Chislenko, Ivanov, Ponedelnik, Korneev, Khusainov, (Entrenador: Beskov)
• ?rbitro. Arthur Holland, ingl¨¦s.

Marcelino acaba de rematar un centro de Pereda. No se lo ha pensado y, en un escorzo sin igual, ha conectado un preciso remate que supera a un sorprendido Yashin. Espa?a se adelanta en el marcador. Con este inolvidable gol ser¨¢ campeona de Europa.

Tras la derrota en el partido de ida en Dubl¨ªn (1-0) con un sorprendente fallo de Iribar, la Selecci¨®n espa?ola necesita una victoria en el duelo de vuelta para forzar el desempate. La clasificaci¨®n al Mundial de 1966 estaba en juego.

La conquista de la Eurocopa en 1964 trajo como consecuencia un fuerte subid¨®n de adrenalina para todo el f¨²tbol espa?ol. Y como tal, a partir de ese momento todo iba a ser miel sobre hojuelas. En dos a?os llegar¨ªa el Mundial de Inglaterra y ?c¨®mo no ¨ªbamos a estar!?Volver¨ªamos campeones! La Selecci¨®n queda encuadrada con Siria e Irlanda. Los primeros se retiran. Solo basta superar a los irlandeses. As¨ª que la Selecci¨®n se prepara para jugar en Dubl¨ªn. Todo marcha correctamente, cuando en el minuto 15 de la segunda parte, Iribar comete un despiste: salta a por el bal¨®n, lo coge, se gira y¡­ ?lo mete en su propia porter¨ªa! ?C¨®mo ha podido pasar eso? Sin tiempo para m¨¢s, los espa?oles intentan empatar, pero no es el d¨ªa de los delanteros. Ni de nadie en general. Duro regreso a la realidad. Por aquel entonces se cuentan los puntos en los dos partidos, sin importar el n¨²mero de goles. Hay que ir al duelo de vuelta, que se va a jugar en el Ram¨®n S¨¢nchez Pizju¨¢n, y ganar.

Todo empeora a¨²n m¨¢s cuando a los 27 minutos del partido de vuelta, un heterodoxo remate de McEvoy adelanta a los irlandeses. Los visitantes defienden con u?as y dientes su favorable resultado, pero emerge la figura de Chus Pereda. El delantero del Barcelona anota dos goles en cuatro minutos justo al filo del descanso y libera de presi¨®n a una Espa?a que hab¨ªa jugado hasta entonces con demasiados nervios. En la segunda mitad, los de Villalonga juegan con viento a favor. Luis Su¨¢rez asume el control del juego. Pereda redondear¨¢ su partidazo con un tercer tanto y Lapetra sentencia. ??Par¨ªs bien vale un partido de desempate!!

• Espa?a: Betancort; Rivilla, Olivella, Reija; Glar¨ªa IV, Zoco; Ufarte, Pereda, Marcelino, Su¨¢rez, Lapetra (Entrenador: Villalonga)
• Irlanda: P. Dunne; Foley, Cantwell, A. Dunne; McGrath, Meagan; F. O¡¯Neill, McEvoy, Barber, Giles, Haverty, (Entrenador: Carey)
• ?rbitro. D¨¦cio da Freitas, portugu¨¦s.

Marcelino corre a abrazar a Jes¨²s Pereda, autor de los tres primeros goles de la Selecci¨®n y que est¨¢ recibiendo la felicitaci¨®n de otros compa?eros. En el momento, acaba de marcar el segundo tanto, que remonta el inicial del irland¨¦s McEvoy, y lleva a Espa?a a jugar un desempate en Par¨ªs.

Solo 90 minutos separan a la campeona europea de su presencia en el Mundial de Inglaterra 1966. Tiene que jugar un encuentro de desempate en Par¨ªs ante los irlandeses. No ser¨ªa hasta el tramo final de ese partido cuando lo lograr¨ªa.

Cara o cruz. Espa?a e Irlanda se juegan un puesto en el Mundial de Inglaterra 1966. Hasta el momento, han disputado dos encuentros, saldados con una victoria para cada selecci¨®n, cada una en su territorio, lo que deja bien claras las intenciones de ambos conjuntos de estar presentes en la cita mundialista. Ahora les queda un tercer duelo. Una ¨²ltima oportunidad. Esta vez en terreno neutral: el Parque de los Pr¨ªncipes parisino ser¨¢ la sede que acoja este enfrentamiento. Tambi¨¦n ser¨¢ franc¨¦s el colegiado encargado de dirigir el encuentro.

Es 10 de noviembre de 1965. Es una noche fr¨ªa, pero los gritos de los casi 36.000 espectadores, la mayor¨ªa espa?oles, dan algo de ambiente en las gradas. El partido empieza como quieren los irlandeses. Buscan imponer un juego f¨ªsico, acorde con sus caracter¨ªsticas y en gran parte del encuentro lo consiguen. Su fuerza, su constante presi¨®n a los jugadores clave ¡ªLuis Su¨¢rez, Pereda, Zoco, Lapetra¡ª, incluso su dureza en ciertos momentos, no permite desarrollar su juego a los futbolistas espa?oles. Pero cuando todo apunta a la disputa de la inminente pr¨®rroga, llega el milagro. Un disparo de 'O Espanhol' Ufarte a falta de 8 minutos para el final del encuentro no encuentra respuesta en Pat Dunne, el meta irland¨¦s. ?Goooooool! Espa?a, la vigente campeona de Europa, s¨ª acudir¨¢ al Mundial, y todo gracias a Ufarte que, nacido en Pontevedra, se march¨® con sus padres a Brasil con siete a?os de edad. De all¨ª le rescat¨® el Atl¨¦tico de Madrid, donde har¨ªa carrera. Adem¨¢s, era su primer tanto con la camiseta nacional. Un gol que redim¨ªa a la campeona europea.

• Irlanda: P. Dunne; Foley, Cantwell, A. Dunne; Brennan, Meagan; F. O¡¯Neill, McEvoy, Dunphy, Giles, Haverty, (Entreandor: Carey)
• Espa?a: Betancort; Rivilla, Olivella, Reija; Glar¨ªa IV, Zoco; Ufarte, Pereda, Marcelino, Su¨¢rez, Lapetra, (Entreandor: Villalonga)
• ?rbitro. Pierre Schwinte, franc¨¦s.

Pat Dunne, el portero irland¨¦s, observa c¨®mo el bal¨®n disparado por Ufarte se introduce en su porter¨ªa. Es el ¨²nico tanto del encuentro. Espa?a acudir¨ªa al Mundial de Inglaterra 1966.

Espa?a llega al Mundial de Inglaterra 1966 como campeona de Europa y con un buen equipo, pero llena de dudas. Pierde con Argentina y sufre ante los helv¨¦ticos. Dos arranques de furia le dieron un triunfo que acabar¨ªa siendo insuficiente.

Espa?a encara el Mundial 1966 con la vitola de campeona de Europa, pero con dudas. Villalonga, sabedor de que el equipo no est¨¢ fino a pesar de tener a los italianos Del Sol, Su¨¢rez y Peir¨®, procura una preparaci¨®n larga y tediosa: 40 d¨ªas en Galicia.

La derrota (2-1) ante Argentina deja contra las cuerdas a la Selecci¨®n, que debe medirse a Suiza y a Alemania. El segundo partido empieza mal, muy mal. Los suizos se encierran y Espa?a domina de forma enga?osa, porque el peligro real son los contragolpes rivales. En el minuto 29, en un veloz ataque, Kuhn asiste desde la derecha y Quentin marca. El panorama es tan oscuro que, en el descanso, Villalonga explota y no puede evitar llorar de desesperaci¨®n.

En la segunda parte, se mejora. Sanch¨ªs empata con una jugada de coraje: roba un bal¨®n en medio campo, dribla rivales hasta el ¨¢rea y fusila a Elsener. ¡°Cuando tengo la pelota y veo camino, me lanzo. El gol nos dio moral¡±, explicar¨ªa luego, bautizado por la prensa como 'SuperSanch¨ªs'. Pirri cae lesionado, quedando de ariete cojo. Su¨¢rez dispara al larguero. El colegiado, luego famoso asistente, Bakhramov, anula un segundo tanto suizo (Hosp) por falta sobre Iribar. Nervios. Agon¨ªa. Amancio lograr¨ªa el gol definitivo: se lanza en plancha y cabecea a centro de Gento, que ha galopado sesenta metros por la izquierda. ?Imparable! Luego toca ganar a Alemania. Espa?a cuaja su mejor actuaci¨®n. Se adelanta con gol de Fust¨¦, pero una lesi¨®n de Adelardo merma a la Selecci¨®n. Los germanos remontan. La derrota supone la eliminaci¨®n y la marcha de Villalonga.

• Espa?a: Iribar; Sanchis, Gallego, Zoco, Reija; Pirri, Su¨¢rez, Del Sol; Amancio, Peir¨®, Gento, (Entrenador: Villalonga)
• Suiza: Elsener; Fuhrer, Brodmann, Leimgruber; Stierli, B?ni; Armbruster, Gottardi, Hosp, Kuhn, Quentin, (Entrenador: Foni)
• ?rbitro. Tofik Bakhramov (URSS).

Es un gol de la llamada ¡®furia espa?ola¡¯. Manuel Sanch¨ªs corta un avance de los suizos en el centro del campo, y se proyecta en ataque por el centro. Va superando rivales a la vez que se acerca a la porter¨ªa helv¨¦tica. En el momento justo, dispara... ?Gooooool!

El esfuerzo de Espa?a en Londres durante ochenta y cinco minutos se viene abajo con el gol de Charlton. En Madrid, Amancio adelanta a la Selecci¨®n, pero Peters acaba con el sue?o espa?ol. Casi al final, Hunt pone la puntilla a la victoria inglesa.

El 3 de abril de 1968 cien mil personas acuden a Wembley para presenciar el partido de cuartos de final de la Eurocopa que enfrenta a los campeones del Mundo y los de Europa. Espa?a se encuentra un planteamiento ultradefensivo de Inglaterra. Aunque se bate con bravura en el choque, los hombres del ataque no est¨¢n acertados y no logran nada positivo. Poli y Grosso s¨ª cumplen su misi¨®n de anular a Bobby Charlton, pero, a cinco minutos del final, una falta de Zoco acaba en gol de Bobby Charlton y condena a los espa?oles.

• Inglaterra: Banks; Knowles, Jackie Charlton, Moore, Wilson; Mullery, Bobby Charlton, Peters; Ball, Summerbee y Hunt. (Entrenador: Ramsey)
• Espa?a: Sadurn¨ª; S¨¢ez, Gallego, Zoco, Can¨®s; Pirri, Grosso, Poli; Amancio, Ansola y Claramunt. (Entrenador: Balmanya)
• ?rbitro. Gilbert Droz (Suiza).

Sadurn¨ª despeja ante el acoso de Hurst con Zoco y Can¨®s de testigos.

El partido de vuelta se juega el 11 de mayo en Madrid. Existe la esperanza de remontar el gol de ventaja que traen los campeones del Mundo, por lo que el Bernab¨¦u se llena y, muy animado, canta el 'La, la la' triunfador de Massiel. Con el gol de Amancio, que iguala la eliminatoria, se desata la locura. Muchos se lanzan al c¨¦sped para celebrarlo. Sin embargo, siete minutos despu¨¦s, golpe de realidad. Peters remata un c¨®rner lanzado por Charlton y pone las tablas en el marcador. Queda m¨¢s de media hora por delante, pero los espa?oles est¨¢n en inferioridad f¨ªsica, afectados por la lesi¨®n de Gallego, que se ha agudizado en la segunda parte, y mentalmente muy tocados. En las gradas se multiplican los gritos de ¨¢nimo, esperando una genialidad, pero el gol no lleg¨®. Los ingleses mantienen el empate con un juego eficaz, mientras Espa?a da, sin ¨¦xito, sus ¨²ltimos coletazos. En un contraataque ingl¨¦s Hunter fusila a Sadurn¨ª para poner la puntilla a la victoria inglesa.

• Espa?a: Sadurn¨ª; S¨¢ez, Gallego, Zoco, Can¨®s; Pirri, Grosso, Vel¨¢zquez; Rif¨¦, Amancio y Gento. (Entrenador: Balmanya)
• Inglaterra: Bonetti; Newton, Labone, Moore, Wilson; Mullery, Bobby Charlton, Hunter, Peters; Ball y Hunt. (Entrenador: Ramsey)
• ?rbitro. Josef Krn¨¢vek (Checoslovaquia).

Gan¨® el mejor. La lesi¨®n de Gallego influy¨® en el resultado. Tuvo que situarse en la delantera y colabor¨® en el gol de la esperanza espa?ola, pero desarticul¨® las l¨ªneas hispanas. Adem¨¢s, los extremos, Rif¨¦ y Gento, y Vel¨¢zquez rindieron por bajo de lo esperado.

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