Desde el 11 de mayo que la Selecci¨®n despeg¨® hacia tierras mexicanas hasta el 24 de junio que regres¨® tras quedar eliminada en la tanda de penaltis de los cuartos de final contra B¨¦lgica, se vivieron en el seno de la expedici¨®n un sinf¨ªn de vicisitudes que afectaron a todos los estamentos del grupo y que obligatoriamente perjudicaron la convivencia con situaciones tan grotescas como esperp¨¦nticas.

Aqu¨ª quedan reflejadas las m¨¢s significativas pero se vivieron muchas m¨¢s: desde la expulsi¨®n de tres periodistas del hotel de concentraci¨®n del equipo por sus comentarios sobre un directivo, a una batalla constante entre los estos, t¨¦cnicos y jugadores por el control del poder, sobre todo en lo relacionado con los viajes y el protocolo, pasando por el diario que escribi¨® un miembro de la Junta es la que no deja t¨ªtere con cabeza.

A pesar de las sugerencias, recomendaciones y cuidados que se tomaron para que los componentes del equipo no fueran atacados por la denominada ¡®¡®venganza de Moctezuma, o lo que es lo mismo, una intoxicaci¨®n en forma de salmonelosis o infecci¨®n parasitaria, cuatro futbolistas: Calder¨¦, Gordillo, Rinc¨®n y Gallego cayeron enfermos. No se lleg¨® a saber por qu¨¦, ni d¨®nde, pero el caso es que quedaron fuera de combate.

Para los interesados fue en la cena de convivencia en la que Roc¨ªo Jurado actu¨® en directo en la propia concentraci¨®n del equipo en Tlaxcala y para otros, como pensaba el doctor Jorge Guill¨¦n, se contagiaron en Puebla, en el primer d¨ªa de fiesta que se dio a los jugadores, por comer o beber algo en mal estado a pesar de estar advertidos.

Ni Calder¨¦, el m¨¢s perjudicado, ni Gordillo, no quer¨ªa que le administraran suero, pudieron jugar por esta causa el primer partido contra Brasil. El cuadro m¨¦dico m¨¢s preocupante por la alta fiebre que presentaba fue el del azulgrana que se tuvo que quedar ingresado en el hospital M¨¦xico-Americano de la capital mexicana. No se desplaz¨® a Guadalajara con el resto de la expedici¨®n y viaj¨® posteriormente ya recuperado.

En plena recuperaci¨®n de sus males g¨¢stricos, el barcelonista comenz¨® a incubar una bronquitis-neumon¨ªa y en el hospital entre el doctor local Rodr¨ªguez Noriega, miembro de la FIFA y responsable de la comisi¨®n antidopaje y el doctor de la Selecci¨®n, le recetaron un producto, Bisolvon Compositum. Ese medicamento estaba prohibido en la lista de f¨¢rmacos de la ley antidopaje por contener efedrina que fue, finalmente, el causante de la irregularidad sucedida cuando Calder¨¦ pas¨® el control despu¨¦s del segundo partido contra Irlanda del Norte, en el que jug¨® 30 minutos.

Por supuesto, el m¨¦dico espa?ol reflej¨® en la documentaci¨®n pertinente antes del partido que el jugador hab¨ªa sido tratado con dicho medicamento, pero la ley se?alaba que solo se pod¨ªa consumir 72 horas antes de jugar por lo que la FIFA se puso de parte de los m¨¦dicos responsables del antidopaje, amonest¨® al doctor espa?ol por recetar el producto, sancion¨® a la RFEF con 25.000 francos suizos de multa (1,8 millones de pesetas/11.000 euros) y, afortunadamente, eximi¨® al futbolista de toda culpa.

¡°Yo me tom¨¦ lo que me dieron¡±. De hecho, Calder¨¦ jug¨® el siguiente partido contra Argelia y marc¨® dos tantos. Goles muy celebrados por sus compa?eros que ya conoc¨ªan la situaci¨®n de su compa?ero aunque no se hab¨ªa hecho p¨²blica.

El central del Real Madrid hab¨ªa sido operado de menisco en su rodilla derecha el 11 de marzo, disput¨® con su club los siete ¨²ltimos partidos de la Liga y la final de la Copa de la UEFA y aparentemente estaba recuperado de su lesi¨®n por lo que fue incluido por Miguel M¨²?oz en la lista definitiva para el Mundial.

La realidad result¨® ser bien distinta. Seg¨²n se supo ya en tierras mexicanas, el jugador lleg¨® con una atrofia en el cu¨¢driceps de la pierna operada y para colmo de males en un entrenamiento tuvo un choque con Calder¨¦ que le produjo un fuerte derrame en la misma rodilla. Hasta tres veces tuvieron que sacarle l¨ªquido antes de decidir que estaba en condiciones de jugar el debut contra Brasil.

Disputa el partido completo pero al final su rodilla acaba completamente hinchada y el futbolista se encontraba evidentemente mermado en sus condiciones y con dolores. Como el presidente del club blanco, Ram¨®n Mendoza se encontraba con la Selecci¨®n, comienzan los roces con los m¨¦dicos de la Selecci¨®n y se decide que el jugador no est¨¢ para jugar m¨¢s y que regrese a Espa?a cuanto antes para ponerse en manos de los galenos del club.

Estos echaban en cara a sus colegas de la RFEF que el jugador hab¨ªa salido en perfectas condiciones de Madrid y que no les hab¨ªan informado de las tres extracciones realizadas en la rodilla maltrecha. Maceda, por su parte, reconoci¨® que hab¨ªa forzado mucho la recuperaci¨®n. ¡°El af¨¢n y las ganas que ten¨ªa por jugar el Mundial eran grandes. Me oper¨¦, forc¨¦ la rodilla y jugu¨¦ partidos incluso en malas condiciones para estar aqu¨ª. L¨®gicamente, ahora me entristece dejarlo todo".

Se vivieron momento muy tensos entre ambas partes y el futbolista lleg¨® a declarar que no volver¨ªa a jugar en la Selecci¨®n, aunque luego ech¨® marcha atr¨¢s. El caso es que Mu?oz se qued¨® sin uno de sus pilares. Un jugador que no ten¨ªa un reemplazo natural. Nada m¨¢s volver a casa se le realiz¨® una artroscopia en la rodilla lesionada.

Lo sucedido nada m¨¢s terminar el tercer partido contra Argelia fue surrealista. Las versiones son contradictorias en algunos puntos, pero la realidad es que la expedici¨®n espa?ola acab¨® concentrada en Quer¨¦taro en el mismo hotel (Hacienda Rustica) de la selecci¨®n con la que finalmente se tuvo que enfrentar en octavos de final, Dinamarca. Todo comenz¨® al finalizar el encuentro. M¨²?oz decide que no quiere quedarse en Monterrey, donde el grupo ten¨ªa reservado un hotel y prefiere viajar esa misma tarde para M¨¦xico DF. Los responsables del asunto consiguen reservas en un vuelo y tambi¨¦n encuentran habitaciones en un hotel cercano al aeropuerto. El avi¨®n en cuesti¨®n tuvo casi cuatro horas de retraso. La presencia de las mujeres y familiares de los jugadores hac¨ªa m¨¢s cordial la espera, pero al seleccionador no pareci¨® gustarle la idea de que todos pudieran pasar la noche juntos en el mismo hotel y volvi¨® a cambiar de opini¨®n.

Ya no se duerme en la capital. Quiere viajar inmediatamente a Quer¨¦taro en autob¨²s, 220 kil¨®metros y unas tres horas de trayecto, para dormir ya en la ciudad donde tienen que jugar el siguiente partido y de paso que todo el equipo presencie en directo el duelo del que saldr¨ªa el pr¨®ximo rival: Alemania-Dinamarca. Nadie logra convencerlo de que aquello es una locura. Como la llegada a Quer¨¦taro estaba prevista para el d¨ªa siguiente, esa noche no hay hotel reservado. El t¨¦cnico insiste con modales no acordes con su campechan¨ªa habitual y los empleados se tuvieron que poner a buscar alojamiento.

Finalmente encuentran uno cerca del destino. Mejor no haberlo encontrado. Cuentan los que all¨ª pararon, alg¨²n jugador se lleg¨® a tumbar en la cama, que las cucarachas jugaban al f¨²tbol por las escaleras del hostal-pensi¨®n y que las habitaciones adem¨¢s de tener las paredes descorchadas y tener goteras no ten¨ªan la m¨ªnima condici¨®n de salubridad. Aproximadamente eran las cuatro de la madrugada. Algunos jugadores dicen que se quedan all¨ª, que no quieren dar m¨¢s vueltas, pero finalmente todos se suben al autob¨²s.

En ese momento vuelven a surgir contradicciones informativas, pero la realidad es que la expedici¨®n acaba en el hotel Hacienda R¨²stica, donde est¨¢ hospedada Dinamarca. Las previsiones eran quedarse all¨ª. Si los n¨®rdicos perd¨ªan ten¨ªan que cambiar de sede o en el caso contrario ocupar el alojamiento de Alemania, que ser¨ªa quien tendr¨ªa que abandonar la ciudad. Ganan los vikingos y al asimilar que van a compartir hotel con el enemigo durante tres d¨ªas m¨¢s ponen el grito en el cielo. Adem¨¢s, se enteran de que la Prensa espa?ola tambi¨¦n est¨¢ all¨ª alojada y ellos no hab¨ªan dejado, anteriormente, estar a la de su pa¨ªs.

El recurso de marcharse al hotel de Alemania queda abortado. Los germanos dicen que se quedan all¨ª y viajar¨¢n a Monterrey la v¨ªspera de su encuentro contra Marruecos. La FIFA insta a Espa?a a abandonar las instalaciones en las que acaban de aposentarse, pero los federativos se hacen fuertes y terminan convenciendo a los organizadores de que las instalaciones eran grandes, como as¨ª suced¨ªa, y que las dos selecciones pod¨ªan convivir perfectamente, una en cada ala del establecimiento. Eso s¨ª, las zonas comunes ten¨ªan que repart¨ªrselas. Y all¨ª que se pod¨ªa ver a los nuestros con los Laudrup, Lerby, Elkjaer, Morten Olsen¡­ y compa?¨ªa en perfecta camarader¨ªa compartiendo las mesas de juego y la barra del bar. Los espa?oles sin la compa?¨ªa de sus mujeres y los daneses con ellas desde el primer d¨ªa de la concentraci¨®n.

Hasta la v¨ªspera de jugar contra Dinamarca, los jugadores y los federativos no solucionaron el asunto de las primas que los primeros cobrar¨ªan por su participaci¨®n mundialista. Tensi¨®n m¨¢xima, reuniones eternas, amenazas por parte de los futbolistas de hacer p¨²blica una nota informativa que lleg¨® a estar redactada y que hubiera ido acompa?ada de una comparecencia de todos ellos ante los medios de comunicaci¨®n¡­

Desde un principio la RFEF manten¨ªa que los premios ya se hab¨ªan fijado en una reuni¨®n de la Junta directiva en Espa?a y que estaban cerrados. El presidente, Jos¨¦ Luis Roca, hasta lleg¨® a dar cifras. 2.500.000 por pasar la primera fase; 1.000.000 por los octavos; 1.250.000 por los cuartos; 1.500.000 por las semifinales y 2.000.000 por la final. Total 8.250.000 por ganar el Mundial, m¨¢s un tanto por ciento de los ingresos publicitarios de los patrocinadores.

La versi¨®n de los jugadores es que solo estaba negociada la primera fase, pero no las eliminatorias. Finalmente hubo un acuerdo que aunque no se lleg¨® a hacer nunca oficial, supon¨ªa un buen aumento. Por los octavos cobrar¨ªan mill¨®n y medio; por los cuartos, dos y medio; por las semifinales tres y medio y por la final cinco. Un total de 15 millones. Por desgracia se quedaron a mitad de camino.

La convivencia diaria de los periodistas con el equipo permit¨ªa entrever que los profesionales que no entraban en los planes de M¨²?oz no ten¨ªan el m¨¢s m¨ªnimo inconveniente en demostrar y manifestar su malestar casi a voces. Primero fue de forma m¨¢s reservada en el seno del grupo, pero despu¨¦s trascendi¨® a la opini¨®n p¨²blica en sus declaraciones. Carrasco y Seti¨¦n, que no se estrenaron, fueron los primeros en ¡®saltar¡¯ despu¨¦s del segundo partido.

¡°No tengo nada que hacer aqu¨ª. S¨¦ que no voy a jugar. Deseo que Espa?a gane el Mundial, sobre todo por mis compa?eros, pero si lo s¨¦ antes me quedo en Barcelona", manifest¨® Carrasco. Por su parte, Quique Seti¨¦n afirm¨®: "Lo que no admito de ninguna forma son las diferencias en el trato humano y, en mi opini¨®n, se est¨¢n dando claramente. Existe un trato diferenciador de los directivos para con los jugadores titulares y los reservas¡±.

La situaci¨®n empeor¨® horas antes del partido contra Argelia. Mu?oz mand¨® al siempre diligente ?ngel Mur, masajista a la saz¨®n, a convocar a los jugadores. A 16 de ellos, uno por uno, los cit¨®. ¡°A la una en la sala de reuniones, con el seleccionador". Ellos iban a ser los inscritos para el encuentro. A los cinco restantes: Urruti, Carrasco, Seti¨¦n, Rinc¨®n y Gordillo, que estaba lesionado, los convoc¨® directamente para ir al estadio.

Esta situaci¨®n fue la gota que colm¨® el vaso y los jugadores solicitaron una reuni¨®n urgente con el seleccionador para que explicara esa discriminaci¨®n con algunos de ellos, no ya para jugar o no jugar, sino para la simple charla t¨¢ctica y exigieron que no se volviera a repetir. Mu?oz aguant¨® el golpe, pidi¨® excusas a su manera. "No era mi intenci¨®n molestar ni discriminar a nadie. Como estos cinco no iban a jugar, me pareci¨® conveniente que no estuviesen en la reuni¨®n".

Seti¨¦n, Carrasco y Rinc¨®n, declinaron sentarse en el banquillo del equipo, a pesar de que pod¨ªan hacerlo y vieron el partido entre el p¨²blico. Rinc¨®n se present¨® al d¨ªa siguiente con la maleta en el hall del hotel gritando que se marchaba para Espa?a. Le convencieron sus compa?eros para que se quedaran, aunque hay quien asegura que la maleta estaba vac¨ªa y que hab¨ªa sido simplemente una medida de fuerza.

Si Maceda ten¨ªa que abandonar la concentraci¨®n. Calder¨¦ pasar por el susto del positivo, no fue tampoco para Gordillo un Mundial para recordar. Primero fue la infecci¨®n g¨¢strica que le dej¨® fuera para el primer partido y despu¨¦s, en el segundo, contra Irlanda del Norte, sufri¨® un fuerte golpe en el peron¨¦ que le oblig¨® a abandonar el campo y ser sustituido precisamente por Calder¨¦.

Ante las quejas de dolor del jugador inmediatamente se le hacen unas radiograf¨ªas de la zona afectada y se descarta que pueda existir una fractura. Como el jugador no mejoraba es sometido a nuevas placas, hasta en tres ocasiones m¨¢s y tampoco se refleja una lesi¨®n grave. La realidad es que el jugador intenta reincorporarse a la disciplina de entrenamientos del grupo, pero no puede. No vuelve a jugar. Y al regreso a Madrid, los m¨¦dicos del club blanco le someten a nuevas pruebas y se le detecta una fractura de peron¨¦.

Un nuevo incidente despu¨¦s de los ocurridos d¨ªas antes con Maceda. El doctor Jorge Guillen que hab¨ªa seguido paso a paso la lesi¨®n del jugador, medio desesperado, susurra. ¡°Solo puedo pensar que la radiolog¨ªa espa?ola est¨¢ mejor que la mexicana¡± y los colegas del club blanco certificaron que ese tipo de fracturas no es f¨¢cil de descubrir en las radiograf¨ªas y que ellos hab¨ªan tenido que hacer cinco con contrastes para encontrar la lesi¨®n.