Splinter Cell
Splinter Cell - El Arca
Tras pasar una serie de pruebas f¨ªsicas (del todo innecesarias, est¨¢s en muy buena forma), los mandamases han quedado convencidos al 100% de que Sam Fisher es el hombre indicado para hacer frente a la peligrosa operaci¨®n que est¨¢n a punto de organizar. Enhorabuena, vuelves al servicio activo en defensa de la seguridad mundial. Tu primer ?encargo? no parece, de entrada, demasiado complicado: localizar a unos agentes de la CIA en Georgia, desaparecidos en cumplimiento de una peligrosa misi¨®n.
Vuelve atr¨¢s hasta el corredor principal, deja fuera de combate al nuevo guardia, y ve a la puerta del final del pasillo. Cruza la estancia guard¨¢ndote bien de la c¨¢mara giratoria del techo, y llegar¨¢s a un corredor. De ah¨ª a una puerta con cerradura codificada (mira tus notas), y tras ella un botiqu¨ªn y munici¨®n a tu derecha. A la izquierda ver¨¢s 3 esbirros patrullando el per¨ªmetro del ascensor central que da acceso a la biblioteca. Elim¨ªnalos y baja.
Te recibir¨¢n las fuerzas especiales de Cristavi, por lo que tendr¨¢s que abrirte camino a la fuerza hasta unas rampas en uno de los laterales de la sala. Bajando por ah¨ª encuentras finalmente a Nikoladze. Tras interrogarlo y obligarle a abrir la caja fuerte que guarda el Arca, Nikoladze nos revela que el arma ya se encuentra en territorio norteamericano y que ¨¦l est¨¢ en posesi¨®n del control remoto que la activa.
Splinter Cell (PlayStation 2) |
Para empeorar las cosas, los comandos especiales de Cristavi nos rodean y liberan a Nikoladze. No te muevas, desde la central provocar¨¢n un apag¨®n que te dar¨¢ unos segundos, los suficientes como para eliminar a un par y parapetarte tras las cajas a tu derecha. Tras acabar con los comandos, las tropas estar¨¢n en alerta m¨¢xima. Guarda algo de munici¨®n en tu rifle con mira, ya que lo vas a necesitar.
Ve hacia arriba y sal al patio, a tu izquierda. Tras dejar KO a los guardias, ve hasta una tuber¨ªa en la pared opuesta y dispara a Nikoladze desde esa distancia, a trav¨¦s de una ventana en un piso m¨¢s arriba. Y corre, corre por tu vida.