Mantuve la costumbre de ver el Tour durante varios a?os. Mis primeras resacas fueron ante la televisi¨®n, con la voz de Pedro Gonz¨¢lez de fondo.
En las dos ¨²ltimas semanas, los cuatro equipos que hist¨®ricamente se disputan el honor de ser el segundo m¨¢s grande de La Liga...
Tiendes la mano, y el hombre que t¨² has puesto ah¨ª te desliza un papel con los nombres de Pogba, Mbapp¨¦, Sterling y Van Dijk. A ver c¨®mo respondes a eso.
"Yo no obedezco a Dios, comparto su opini¨®n". La sentencia es de S¨¦neca y yo se la le¨ª a Emmanuel Carr¨¨re, en El Reino. Fue el verano pasado, con la temporada terminada y el consabido baile de nombres de responsables en los banquillos.
Ayer, d¨ªa en el que el Stuttgart recuper¨® la categor¨ªa, se celebraba el d¨ªa del orgullo LGTBI y la pr¨¢ctica totalidad del mundo del f¨²tbol se apunt¨®, ...
El Athletic nos un¨ªa a ¨¦l y a m¨ª; tambi¨¦n es lo que comparten mi hijo y mi abuelo, que no se conocieron.
Para mi hijo, no ha habido Athletic antes de Aduriz. ?C¨®mo concebir lo que viene despu¨¦s?.
San Mam¨¦s no es una casa, sino un hogar. No es una estructura, sino los hilos invisibles que unen para siempre a quien lo habita.
Me doy cuenta de que he jugado miles de partidos de f¨²tbol en mi vida y muy pocos han sido once contra once a dos porter¨ªas.
En las conversaciones por tel¨¦fono con mis amigos, todos coincidimos en lo mucho que echamos de menos al Athletic en nuestro d¨ªa a d¨ªa.
Estos d¨ªas he llorado mucho. Como tanta gente, imagino. De pronto todo lo conocido parece haberse venido abajo, al menos por un tiempo.
Un rival es aquel a quien necesitas para seguir jugando, a quien deseas recibir para medirte en duelo deportivo.
S¨¦ que mis hijos son del Athletic y es muy bonito que sus corazones rojiblancos tengan manchitas con los colores de los clubes de la gente que queremos.
Desde el viernes pasado, el tema de conversaci¨®n es el partido ante el Barcelona.
Nada satisface al entorno de los grandes clubes que pide m¨¢s y m¨¢s y m¨¢s. No vale con ganar, hay que arrasar al rival.
El pasado diciembre, la Premier League y los veinte clubes que la componen se sumaron a la campa?a Rainbow Laces de la asociaci¨®n LGTBI Stonewall.
Creo sinceramente que f¨²tbol y pol¨ªtica no se pueden separar, porque est¨¢n esencialmente unidos.
Por segunda vez en poco tiempo, la Selecci¨®n espa?ola es un hogar roto. Al igual que en el Mundial de Rusia, no es dif¨ªcil argumentar desde cualquiera de las dos trincheras.
Estoy convencido de que lo que no puede estar, bajo ning¨²n concepto, es del lado equivocado cuando hablamos de los derechos inalienables de las personas.
En lo relativo a la carrera de los jugadores, se suele decir que lo dif¨ªcil no es llegar a Primera Divisi¨®n, sino mantenerse. Pero es una media verdad,...
?Qu¨¦ responsabilidad! ?Qu¨¦ volumen descartar¨ªa? ?Qui¨¦n ser¨ªa el autor damnificado? ?A qui¨¦n sustituir¨ªamos Carlos y yo? Miqui tiene un ni?o peque?o.
Es una de las escenas que m¨¢s me ha impactado en un campo de f¨²tbol. Fue en 1998. El Olympique de Marsella se enfrentaba al Bastia.
Futbolista es quien ama el juego; futbolista es quien llora el no poder jugar.
"Perd¨ª a mi padre y a mi pareja el a?o pasado. No quiero perder mi club de f¨²tbol, que tambi¨¦n amo". El lamento es de un seguidor del Bury FC, equipo de la League One inglesa que est¨¢ en riesgo de desaparici¨®n.
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