Un talento 迆nico, un jugador adelantado a su tiempo y un l赤der demoledor en defensa y en ataque. Hakeem Olajuwon sigue siendo una de las mayores estrellas en la historia de la NBA.
Las Finales de la NBA de 1994 fueron feas. Fueron, si se quiere y si se me acepta el ox赤moron, una oda a la belleza de la fealdad. Pero es que era, claro, la NBA de los noventa. ?Te acuerdas? Series de playoffs sider迆rgicas, anotaciones bajas, batallas de atrici車n. Antes de que los cambios de reglamento se lo pusieran en chino a las defensas. Precisamente, de hecho, la raz車n de que los cambios de reglamento se lo hayan puesto despu谷s en chino a las defensas: cuando los golpes resonaban a trav谷s de la televisi車n y los anotadores se enfrentaban a lo que parec赤an l赤neas defensivas de la NFL. M迆sculo, contacto, agresi車n. Alambradas y trincheras. La banda sonora de skylines grises, aquel hermetismo cultural que todav赤a no hab赤a roto en la paleta multicolor de la crisis postindustrial.
Era la NBA que David Stern, en cuanto se qued車 sin la l芍mpara m芍gica que frotaba Michael Jordan, tuvo que replantearse c車mo vender al gran p迆blico, la que acab車 mir芍ndose en el espejo de su propia contradicci車n: el jugador afroamericano de la inner city, el aficionado/consumidor blanco de los barrios residenciales. En aquella NBA cada palmo de terreno que se ganaba requer赤a una conquista, era una cuesti車n de imposici車n. Un duro despertar tras el sue?o de los dorados a?os 80, la cruda realidad que sigui車 al sonido del despertador que hab赤an puesto los Bad Boys de Detroit Pistons. Creo que ya no estamos en Kansas, Tot車.
Era una NBA dura pero inolvidable. Una a la que levantaron un monumento (estatua a un baloncesto hoy ca赤do) Houston Rockets y New York Knicks en aquellas Finales de 1994 que fueron una guerra de siete batallas en las que la mayor anotaci車n fue 93 puntos y la mayor diferencia, un +9 para los Knicks en el manicomio del Madison Square Garden. Como Michael Jordan acababa de irse a jugar al beisbol tras su primer threepeat y en aquella primera y (todav赤a hoy) muy oscura retirada, las audiencias se desplomaron un 30% con respecto al luminoso Suns-Bulls de un a?o antes. Entre 1979 y aquel 1993, solo hab赤a habido unas Finales (1990) sin al menos uno del tr赤o que convirtieron la casa de la NBA (destartalada a finales de los setenta) en la mansi車n que devino en imperio: Magic Johnson, Larry Bird, Michael Jordan. En 1994, mientras Knicks y Rockets repart赤an palos a mansalva, el aroma a megaestrella parec赤a lej赤simos, ajeno; el rastro de una depresi車n (17,2 de rating medio en la televisi車n) que corrigi車 el regreso expr谷s de Jordan, el segundo threepeat. The Last Dance y todo lo dem芍s.
Nueva York se part赤a en dos: los Rangers acariciaban la Stanley Cup y los Knicks buscaban su primer anillo desde 1973. Y para el gran p迆blico esas fueron las Finales en las que la NBC, en pleno quinto partido, con la serie 2-2 y el marcador 59-53 avanzado el tercer cuarto, cort車 la emisi車n para mostrar c車mo OJ Simpson avanzaba por la interestatal 405 en un Ford Bronco blanco con toda la polic赤a de Los ?ngeles detr芍s. Apenas se volvi車 a conectar con el partido en lo que los periodistas implicados definieron despu谷s como la prehistoria de los reality shows. Stern se desga?itaba al tel谷fono para arrancar segundos de presencia televisiva, pero era una causa perdida. S車lo quienes estaban en el Madison vieron como los Knicks se pon赤an con un 3-2 que ol赤a a anillo. El resto de Am谷rica segu赤a las evoluciones de un Ford Bronco blanco. Era 17 de junio. Cinco d赤as antes, la exmujer de OJ Simpson hab赤a aparecido muerta junto a su amigo Ronald Goldman.
Aquel partido, el del Ford Bronco blanco a toda mecha por la I-405, puso a los Knicks 2-3, a un triunfo del t赤tulo camino del cubil de Houston Rockets, el estruendoso e inolvidable The Summit. En la expedici車n de los Rockets, que hac赤a noche en Nueva York antes de volver a Texas, era dif赤cil conciliar el sue?o. El alero Mario Elie, que un a?o despu谷s mandar赤a el ic車nico beso de la muerte al p迆blico de los Suns tras sentenciar el s谷ptimo partido de la semifinal del Oeste con un triple a falta de siete segundos, deambulaba por el hotel incapaz de pegar ojo. Se asomaba al precipicio que se hab赤a abierto en tres d赤as, justo despu谷s ganar en territorio comanche el tercer partido: de 2-1 a 2-3. Los malos augurios se le echaban encima... hasta que se cruz車 por los pasillos con la figura gigantesca de Hakeem Olajuwon, que le dijo con una sonrisa: ※Tranquilo Mario, volvemos a casa§. En ese momento supo que ser赤an campeones, una percepci車n que manten赤a el base Kenny Smith desde que Olajuwon recibi車 el MVP de la Regular Season y se neg車 a levantar el trofeo si no le acompa?aban todos sus compa?eros de equipo. De ah赤 surgi車 el esp赤ritu que tumb車 a unos Knicks para los que cada entrenamiento por entonces era ※como un partido de rugby§, el equipo que ten赤a uno de los frontcourts m芍s duros (en toda la extensi車n del t谷rmino) de la historia: Patrick Ewing, Charles Oakley, Charles Smith, Anthony Mason#
Los Rockets voltearon la final en su pista hacia un 4-3 tremendo en una final tremenda en la que no hubo ni un solo partido roto antes de los 迆ltimos minutos y en la que la diferencia media fue de poco m芍s de 7 puntos. Los Knicks de hecho promediaron 86,9 puntos por los 86,1 del campe車n, unos Rockets que se salvaron en el sexto partido gracias a una jugada que ya es leyenda sagrada de los playoffs: Hakeem Olajuwon, ※tranquilo Mario, volvemos a casa§, lleg車 a la l赤nea de tres para puntear el tiro definitivo de John Starks y dejar el marcador en el 86-84 final. Starks hab赤a acercado al t赤tulo a los Knicks con 16 de sus 27 puntos en un 迆ltimo cuarto sublime al que s車lo falt車 aquel tiro ganador, que se fue al limbo y que cruji車 el 芍nimo del el谷ctrico base hasta abocarle a un s谷ptimo partido de pesadilla: 2/18 en tiros, 0/11 en triples.
En gran medida, aquella Final de golpes, resoluciones angustiosas y audiencias miserables, defini車 legados en la colisi車n entre dos p赤vots hist車ricos, los n迆meros 1 de draft de 1984 (Olajuwon) y 1985 (Patrick Ewing). Una rivalidad prologada por la final universitaria del 84, en la que Ewing y los Hoyas de Georgetown ganaron a Olajuwon y los Cougars de Houston. Un duelo con aroma a sue?o americano (Olajuwon nigeriano y Ewing, jamaicano) cuya revancha se rumi車 durante una d谷cada. Ewing, campe車n y Mejor Jugador de la Final Four en 1984, perdi車 claramente el duelo con Olajuwon diez a?os despu谷s y en su gran oportunidad de ganar el anillo que se le neg車 como profesional. Bati車 el r谷cord de tapones (no se med赤an en tiempos de Bill Russell y Wilt Chamberlain) en una serie completa (30) y en un partido (8) de unas Finales. Pero se qued車 en 18,9 puntos con un 36% en tiros. Olajuwon, imperial y el 迆nico jugador de los dos equipos que rebas車 la barrera de los 30 puntos, acab車 en 26,9 puntos, 9,1 rebotes, 3,6 asistencias, 3,9 tapones y un 50% en tiros. Y anot車, el 迆ltimo clavo en el ata迆d de los Knicks, m芍s que Ewing en los siete partidos. En el 迆ltimo, el que pudo evitar Starks tres d赤as antes, sum車 25 puntos, 10 rebotes, 7 asistencias y 3 tapones. Ewing, 17+10# con 5 p谷rdidas de bal車n.
Esa historia, que comenz車 en 1984 y escribi車 su cap赤tulo central en 1994, se cerr車 en 2008, cuando ambos entraron juntos en el Hall of Fame. En su discurso, Olajuwon abroch車 maravillosamente el respeto que exige semejante rivalidad cuando aseguro que miraba a Ewing y se segu赤a preguntando c車mo demonios consegu赤a anotar por encima de semejante monta?a humana. La respuesta a esa pregunta habr赤a sido obvia para Makhtar N*Diaye, el primer senegal谷s que lleg車 a la NBA (Vancouver Grizzlies, 1999). Un ala-p赤vot que luego hizo carrera en equipos templados y menores de Europa y que jug車 en una North Carolina brillante; aquella que, mientras Olajuwon ganaba sus anillos y Michael Jordan se iba y volv赤a a la NBA, junt車 a Vince Carter, Antwan Jamison, Jeff McInnis# Con Jordan de visita en su alma mater, el equipo con el que fue campe車n universitario en 1982 (todav赤a poco m芍s que un escudero de James Worthy), todos los aspirantes a estrella se afanaban por controlar la emoci車n menos N*Diaye, que le pregunt車 al visitante qui谷n era, se excus車 porque ※en la televisi車n de Senegal no ponen baloncesto§ y lo termin車 de estropear diciendo que Hakeem Olajuwon eral el mejor jugador del mundo. Dicen que Jordan le pidi車 a Dean Smith, que tambi谷n hab赤a sido su entrenador, que preparada un partidillo: 谷l jugar赤a con los 迆ltimos de la rotaci車n contra los titulares de los Tar Heels. Y dicen que, claro, la cosa acab車 en paliza que incluy車, ese era el objetivo, unos cuantos mates de Jordan en la cara de N*Diaye. Por hablar.
Jordan-Olajuwon, la rivalidad que nunca se consum車
El caso es que an谷cdotas as赤 flirtean con una rivalidad que nunca lleg車 a ser tal, que nos pas車 de perfil durante toda una era gloriosa de baloncesto NBA. Durante ocho a?os, Michael Jordan y Hakeem Olajuwon se repartieron, mucho para el primero y lo suficiente para el segundo, anillos y MVPs de Finales: dos threepeats de Jordan (1991-93 y 1996-98) y durante la ausencia y media de este (no estuvo en la temporada 1993-94 y regres車 demasiado tarde en el 1994-95), dos t赤tulos para Hakeem. Nunca se enfrentaron en unas Finales, un duelo que en 1997, por ejemplo, evit車 un triple de John Stockton. Y, con Bulls y Rockets en Conferencias opuestas, tampoco se cruzaron en playoffs.
Hakeem detesta que se le diga que gan車 porque Jordan decidi車 ausentarse. Y a su alrededor creci車 la leyenda de que sus Rockets eran la kryptonita a la que nunca se enfrent車 el divino 23, b芍sicamente porque los Bulls no ten赤an un p赤vot con el peso espec赤fico suficiente para hacer frente a Olajuwon. Si ese mismatch hubiera sido suficiente es baloncesto ficci車n. Y no cuesta imaginar, en realidad, que Jordan habr赤a encontrado armas en su infinito arsenal, un nuevo nivel de juego si hubiera sido necesario# y si tal cosa era posible (con 谷l, lo era). M芍s cuanto m芍s grande era el reto. La 迆nica certeza, sirva para lo que sirva, es que Olajuwon tuvo balance ganador en sus duelos directos: 13-10 en 23 partidos en los que promedi車 21,9 puntos, 11,2 rebotes, 2,3 asistencias y 3,3 tapones. Y Jordan 30,8 puntos, 5,6 rebotes, 5,4 asistencias y 3 robos. Los 迆ltimos dos enfrentamientos, por cierto, llegaron en la temporada 2001-02 y con la obvia sensaci車n de que algo no cuadraba en absoluto: Jordan llevaba el uniforme de Washington Wizards y Olajuwon el de Toronto Raptors. Finalmente, acabaron compartiendo Conferencia. Pero cualquier parecido con la realidad, con aquella percusi車n con la que hab赤a so?ado sin suerte la NBA, se hab赤a convertido en coincidencia.
Ni siquiera el draft de 1984, uno de los mejores de siempre, dej車 heridas entre ellos. Ni entre quienes reparten filias y fobias. Olajuwon fue el n迆mero 1. Estaba tan cantado y fue tan extraordinariamente bueno que nadie ha criticado a los Rockets despu谷s, ni en los ejercicios de puro revisionismo, por no haber seleccionado a Jordan, que cay車 al n迆mero 3. Los Trail Blazers s赤 se han llevado pescozones constantes durante los 迆ltimos treinta y siete a?os por haberle dado el pick 2 a Sam Bowie. Un error de c芍lculo nefasto.
Y el caso es que es curioso, con la perspectiva del tiempo, recordar con qu谷 arbitrariedad cayeron los dados sobre el tapete. Siempre suele ser as赤. Olajuwon ten赤a ganas de jugar un a?o m芍s en los Cougars pero sab赤a que en 1985 llegar赤a el sistema de loter赤a, que naci車 con pol谷mica porque se acus車 a la NBA de trucarlo para que Patrick Ewing jugara en los h赤per medi芍ticos Knicks. Todav赤a en a?os de moneda al aire entre los peores de cada Conferencia, Olajuwon vio una oportunidad inmejorable de quedarse en Houston y jugar en los Rockets, que acababan de ser el peor equipo del Oeste (29-53). Y as赤 fue.
Los Rockets no contemplaban otra cosa que no fuera hacerse con un jugador que era adem芍s un 赤dolo universitario en su ciudad. Miel sobre hojuelas. Eso si efectivamente se hac赤an con el n迆mero 1. Para el 2, de haber perdido el sorteo, su opci車n era Jordan. Los Blazers, que ten赤an el derecho a estar en la moneda al aire porque ten赤an el pick de Indiana Pacers (26-56 en el Este) ten赤an un ranking en el que la posici車n primaba sobre el talento. Quer赤an un p赤vot, as赤 que su prioridad era Hakeem y su segundo plato, Bowie. Bobby Knight, el sargento de hierro universitario que se hab赤a enamorado de Jordan tras entrenarlo en los Juegos Ol赤mpicos de 1984, no se pod赤a creer que los Blazers no lo prefirieran a Bowie. Cuando Stu Inman, el general manager de los de Oreg車n, le dijo que pasara lo que pasara iban a draftear un cinco, Knight le dio una respuesta que ya es historia: "Pues elige a Jordan y ponlo a jugar de p赤vot".
Tanto ansiaban un interior los Blazers, que ten赤an en el puesto de Jordan a Clyde Drexler, que estuvieron a punto de facilitar la formaci車n del big three m芍s resonante de la historia cuando ofrecieron a los Rockets a Drexler, que acababa de completar su a?o rookie, y el pick n迆mero 2 a cambio del gigante Ralph Sampson, el 2,24 que acababa de ser Novato del A?o tras acabar en los Rockets con el n迆mero 1 de un draft de 1983 en el que Drexler sali車 elegido en el puesto 14. En Houston rechazaron la propuesta porque se frotaban las manos con las torres gemelas que ya anticipaban: Sampson-Olajuwon. De haber acabado con Drexler y los picks 1 y 2 podr赤an haber elegido a Olajuwon y Jordan. No podemos saber, m芍s baloncesto ficci車n, qu谷 habr赤a sucedido. Pero s赤 que, sencillamente, la historia de la NBA ser赤a totalmente distinta.
Del amago de divorcio al ascenso a la gloria
Con 39 a?os, y despu谷s de 17 en unos Rockets que hab赤an entrado en reconstrucci車n ( y que pasaron a tener como l赤deres a Cuttino Mobley y Steve Francis), Hakeem fue traspasado el 2 agosto de 2001 a Toronto Raptors. La escenificaci車n del fin de una era. Su salida solo dej車 una primera ronda y una segunda de 2002, invertidas en Bostjan Nachbar y Tito Maddox. La nada. Acababa de rechazar un contrato de 13 millones de d車lares por un a?o (hab赤a ganado casi 100 hasta entonces, 16,7 el curso anterior) y los Raptors le dieron un 3x18 del que solo cumpli車 un a?o. En Canad芍 sus medias se hundieron a 7,1 puntos y 6 rebotes en apenas 22 minutos en pista. Acosado por problemas cada vez m芍s serios de espalda, Hakeem se retir車 en 2002 despu谷s de ese 迆ltimo a?o fantasma. Antes, la historia se escribe recta pero con renglones torcidos, vivi車 un casi divorcio del equipo de su vida que no fue muy distinto al de muchas s迆per estrellas en tiempos en los que el mercado de agentes libres no exist赤a o no ten赤a la flexibilidad actual. Ni legal ni social: ahora estamos en la era del jugador empoderado, mucho m芍s firmemente protegido y valorado en su rol dentro de la gigantesca escala que establece una competici車n deportiva profesional.
Del mismo modo que Michael Jordan estuvo a minutos de irse a jugar a los Knicks en 1996, Hakeem pudo salir de Houston Rockets en 1992, en el mismo verano en el que Patrick Ewing, su rival en la Final de 1994, pudo irse a los Warriors si los Knicks no hubieran descubierto y abortado la extra?a estratagema de la franquicia de la Bah赤a. Olajuwon, descontento con su contrato (3,1 millones en la 1991-92) por cantidades y rigidez, y molesto por lo que percib赤a como poca ambici車n deportiva en los despachos, pidi車 el traspaso. Su agente habl車 de una situaci車n ※irreconciliable§, el p赤vot insult車 p迆blicamente tanto a directivos como al propietario de la franquicia, Charlie Thomas, y el Houston Chronicle asegur車 que el traspaso era, aquel verano, una certeza. Menos de dos a?os despu谷s, los Rockets eran campeones y el Olajuwon de la temporada 1993-94 fue el primer jugador de la historia con el triplete, en una misma campa?a, MVP-MVP de las Finales-Defensor del A?o.
Los Rockets no hab赤an jugado los playoffs 1992, antes de su gran crisis. Solo hab赤an ganado 42 partidos y Hakeem hab赤a sufrido una arritmia que le hab赤a apartado de las pistas durante algunas semanas. Con 谷l como jugador franquicia, las cosas no iban demasiado bien. No si las aspiraciones eran las m芍ximas, desde luego. Despu谷s de jugar las Finales de 1986 con las torres gemelas Sampson-Olajuwon, los Rockets hab赤an estado cinco veces playoffs pero solo hab赤an ganado una serie (1-5) con cuatro eliminaciones en primera ronda. Sampson, ya con los problemas de rodillas que destrozaron su carrera, se hab赤a ido a los Warriors en diciembre de 1987. El mejor momento, a partir de ah赤, hab赤a llegado en una temporada 1990-91 en la que Don Chaney fue Entrenador del A?o y el equipo gan車 52 partidos pero fue barrido en la primera ronda del Oeste por los Lakers (3-0). A Hakeem, un codazo de Bill Cartwright le hab赤a provocado una lesi車n en un ojo que le dej車 en 56 partidos, por debajo del m赤nimo necesario para (promedi車 13,8, habr赤a ganado sin problemas) sumar su tercer t赤tulo seguido de M芍ximo Reboteador de la NBA. Un a?o antes, 1989-90 y antes de otra eliminaci車n a la primera contra los Lakers, hab赤a liderado la Liga en rebotes (14) y tapones (4,5), un doblete que solo hab赤an logrado antes Bill Walton y Kareem Abdul-Jabbar. La NBA empez車 a dar oficialidad a la estad赤stica de tapones en 1973.
Aquel primer Olajuwon, que pas車 de complementar a Sampson a ser el eje del equipo, era un perfil nuevo de p赤vot. Pese a sus 2,13, no parec赤a tan largo ni tan grande como los m芍s dominantes en su posici車n. Al contrario, era una especie de alero enorme, con una coordinaci車n y una elasticidad fant芍sticas. Antes de la gran globalizaci車n de la NBA, hab赤a algo inevitablemente ex車tico en el primer no estadounidense que fue all star (1985), condici車n que mantuvo en 12 de los 13 primeros a?os de su legendaria carrera. Con una elegancia felina, Olajuwon fue uno de los primeros p赤vots con manos r芍pidas para robar balones fuera de la zona y un motor que le permit赤a quedarse en los cambios defensivos con los generadores exteriores del rival. Atributos hoy valorad赤simos en una NBA distinta, en la que tambi谷n fue un adelantado a su tiempo en ataque porque desarrollo un excelente tiro desde la media distancia y una capacidad de pase que floreci車 con la instrumental llegada al banquillo de Rudy Tomjanovich (1992).
A partir de ese 1992, la crisis de despachos y la llegada del nuevo entrenador, emergi車 el Olajuwon definitivo. El fruto del trabajo meticuloso, una percepci車n del baloncesto como ciencia, y de una gen谷tica nigeriana pulida primero como portero de f迆tbol. No toc車 un bal車n de baloncesto hasta los quince a?os, y siempre atribuy車 a su primer amor deportivo su movilidad, sus reflejos y su excepcional juego de pies. De Nigeria, de la etnia yoruba y de una familia de clase obrera en la que era el tercero de ocho hermanos, sac車 su 谷tica de trabajo, sus principios inquebrantables# y la H de su nombre, que cuando lleg車 a Estados Unidos en 1981 se convirti車 en Akeem pero que volvi車 a ser Hakeem (※doctor, hombre sabio§) en 1991. Porque su madre no paraba de preguntarle qu谷 hab赤a pasado y porque quer赤a mantenerse lo m芍s fiel posible a su origen: musulm芍n practicante que fue Jugador del Mes cumpliendo el ramad芍n y que desde su retirada pasa media vida en su rancho de Texas, controlando sus negocios inmobiliarios, y la otra mitad en Jordania, el lugar en el que encontr車 el entorno que quer赤a para sus hijos. Apartado casi completamente de los focos, sin acercarse a los banquillos o a las c芍maras de televisi車n, se tiene m芍s o menos por cierto que ese perfil baj赤simo ha influido en que su carrera no sea tan reivindicada como deber赤a por el gran p迆blico. ?l lo resume de forma muy simple: ※Mi religi車n es mi forma de vida§.
En los dos a?os de los anillos, la temporada y media sin Michael Jordan en la que ejerci車 de rey provisional de la NBA, Hakeem Olajuwon tuvo uno de los m芍s productivos picos de rendimiento de una s迆per estrella en toda la historia de la NBA. En las temporadas 1993-94 (MVP) y 1994-95 promedi車 24,6 puntos, 10,1 rebotes, 3,2 asistencias, 1,6 robos y 3,2 tapones. Antes, se hab赤a convertido en uno de los 迆nicos cuatro jugadores (los otros son Nate Thurmond, Alvin Robertson y David Robinson) con un cu芍druple-doble: 18 puntos, 16 rebotes, 10 asistencias y 11 tapones el 29 de marzo de 1990. Un a?o en el que, por ejemplo, tambi谷n hizo un partido de 29 puntos, 18 rebotes, 11 tapones, 9 asistencias y 5 robos. Uno de 52 puntos y 18 rebotes, otro de 37 puntos, 25 rebotes y 5 tapones, otro de 34+20 y 8 robos... Sigue siendo (recuerdo que se empezaron a medir en 1973) el jugador con m芍s tapones de la historia conocida (3.830) y el tercero en promedio (3,09) solo por detr芍s de Mark Eaton (3,5) y Manute Bol (3,34). Tambi谷n es el 迆nico jugador interior en el top 10 de robos (ahora noveno: 2.162) y es decimocuarto en rebotes (13.748).
Lleg車 a unos Rockets con 29 victorisas (29-53) y los convirti車 en un a?o en un equipo de 48-34 y plaza de playoffs. Tiene dos anillos, un MVP, dos MVP de Finales, dos premios de Defensor del A?o, 12 All Star, seis inclusiones en el Mejor Quinteto, tres en el Segundo y tres en el Tercero. Cinco en el Mejor Quinteto Defensivo y cuatro en el Segundo. Fue el 迆nico que le rob車 votos a Michael Jordan en la carrera por el Rookie del A?o de 1985 y en su segunda temporada fue portada de Sports Illustrated y lleg車 a las Finales en lucha con dos de los mejores equipos de la historia: gan車 a los Lakers y despu谷s ya no pudo con los Celtics de 1986. Pero fue en ese tramo 1993-95 cuando edific車 la planta noble de su legado, puso su nombre junto al de los m芍s grandes de siempre.Antes de las Finales contra Ewing y de su primer anillo, en 1994, hab赤a dejado una obra suprema de arte en el s谷ptimo partido de semifinales del Oeste, una batalla tremenda contra los Suns que hab赤an sido finalistas en 1993 (Charles Barkley, Kevin Johnson, Dan Majerle#). Los Rockets remontaron un 0-2, dos derrotas aparentemente letales en su pista, y cerraron con un partido majestuoso de Olajuwon: 37 puntos, 17 rebotes, 5 asistencias y 3 tapones.
Nunca subestimes el coraz車n de un campe車n
Finalmente, en 1995 lleg車 el 谷xtasis, una de las grandes epopeyas de la historia del deporte estadounidense. El recorrido que resumi車 Tomjanovich despu谷s con aquel inolvidable ※nunca subestimes el coraz車n de un campe車n§, el equipo del destino que reuni車 (gracias a un traspaso en febrero) a Olajuwon y Clyde Drexler en Houston, la ciudad que hab赤an puesto a sus pies con los Cougars, la fraternidad universitaria de los mates: Phi Slama Jama, los cr赤os que jugaban por encima del aro. Los Rockets pasaron de 58 a 47 (47-35) victorias y, a pesar de la llegada de Drexler, cerraron el curso con un 17-18 en 35 partidos que los envi車 al tercer puesto de la Midwest, el sexto del Oeste. Nunca un sexto clasificado hab赤a sido campe車n antes, nunca lo ha sido despu谷s. Para lograrlo, los Rockets derrotaron a unos Jazz de 60 victorias remontando, de un 2-1 a un 2-3, con el quinto partido en Salt Lake City; A unos Suns de 59 con un incre赤ble 3-4 para el que tuvieron que ganar tres partidos seguidos (de 3-1 a 3-4), a domicilio el quinto y ese s谷ptimo cerrado con el triple del beso de la muerte de Mario Elie. A unos Spurs de 62-20, el gran favorito al anillo que ten赤a a la pareja David Robinson-Dennis Rodman como te車rico ant赤doto contra Olajuwon. Y, finalmente, a unos Orlando Magic que ven赤an de un 57-25 liderados por un jovenc赤simo Shaquille O*Neal que ha reconocido muchas veces que nunca se llev車 tunda como la que le dio Hakeem, el rival hacia el que m芍s respeto mostr車 siempre.
Contra los Jazz, Olajuwon promedi車 35 puntos, 8,6 rebotes, 4 asistencias y 2,6 tapones. Contra los Suns, 29,6, 9, 3,7 y 2,3. Contra los Magic 32,8, 11,5, 5,5 y 2 (obvio MVP de la Final). Y contra los Spurs, en la lucha por el trono del Oeste y contra Robinson, Rodman y todo lo dem芍s, sus medias fueron estas: 35,3 puntos, 12,5 rebotes, 5 asistencias y 4,2 tapones. Cuando le preguntaron a David Robinson c車mo se resolv赤a el problema que supon赤a Hakeem, la respuesta del Almirante fue un simple ※no se puede resolver§. En los dos 迆ltimos partidos, desde el 2-2, la diferencia de puntos fue 81-41 para Olajuwon, que cerr車 con 39 puntos, 17 rebotes y 5 tapones en el sexto. Fue la serie, adem芍s, en la que Olajuwon dej車, es historia de los playoffs, una de las muestras m芍s hermosas de su Dream Shake, los movimientos al poste que lo convirtieron en un jugador 迆nico.
Entre las Finales de 1994 y las dos 迆ltimas series de 1995 contra Spurs y Magic, Olajuwon se enfrent車 en 17 partidos a tres de los mejores p赤vots de siempre, Ewing, Robinson y Shaquille. El de los Spurs le empat車 a puntos en uno. En los otros 16 anot車 siempre m芍s que su rival directo. En todos. As赤 de lejos hab赤a llegado el chico que hasta los 15 a?os era portero de f迆tbol en Nigeria. Que para mejorar despu谷s de su primer a?o de College en Houston se pas車 el verano entrenando con Moses Malone, el legendario p赤vot que jugaba por entonces (1982) en los Rockets. Malone era tan fuerte que Hakeem no pod赤a moverlo en el poste y tuvo que exprimirse para aprender a ser m芍s r芍pido, m芍s flexible. El extraordinario Mo le ense?車 que, finalmente, no hab赤a m芍s secreto que desearlo m芍s que el rival. El siguiente rebote, el siguiente tiro. Solo exist赤a un cambio: ※Do your work§. Trabaja. Cuando regres車 a los Cougars, despu谷s de esas sesiones en el Fonde Recreation Center, sus entrenadores quedaron tan impresionados que compararon sus vuelos hacia el aro con un sue?o. Y ese, The Dream, fue su apodo desde entonces. Desde la Universidad hasta el Dream Team II, el equipo campe車n en Atlanta 96 con el que se desquit車 tras no poder estar en Barcelona 92. Todav赤a no ten赤a la condici車n de jugador naturalizado y estaba pendiente de recibir un permiso especial de la FIBA para formar parte del Team USA tras haber jugado como junior con Nigeria.
No se puede hacer nada contra 谷l. Lo intentamos todo. Dos defensas, tres, hasta cuatro. No se puede hacer nada
Pat Riley
El sue?o: Hakeem es uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, desde luego. Y uno de los grandes p赤vots, un linaje venido a menos pero que durante d谷cadas estableci車 la l赤nea de sangre real en la NBA: se ganaba con el mejor p赤vot. Es dif赤cil compararlo con Bill Russell y Wilt Chamberlain porque su baloncesto era otro, sus referencias y m谷tricas distintas. Y parece imposible situarlo por delante de Kareem Abdul-Jabbar, hasta la llegada de LeBron James el 迆nico jugador con un caso objetivamente factible de disputarle el trono absoluto a Michael Jordan. A partir de ah赤, es igual de complicado poner a cualquier otro por delante de 谷l: Moses Malone, Bill Walton, David Robinson# ni siquiera a Shaquille O'Neal, seguramente el que llama a la puerta del debate con m芍s fuerza. Pero, creo, es tan leg赤timo reconocer que el mejor Shaq, una fuerza de gobierno como pocas ha habido en la historia, era especialmente dominante como apreciar que Hakeem era m芍s completo, mucho m芍s determinante en defensa, con m芍s armas y m芍s a?os de plenitud. Son debates para el aficionado, al fin y al cabo. No cambian nada, no tocan un legado legendario ni la grandeza de un jugador 迆nico, imponente. El que pudo con todos los grandes p赤vots de su generaci車n y dej車 pendiente una gran guerra con Michael Jordan, el cebo para que discutamos hasta cansarnos que habr赤a pasado si. Quiz芍 sirvan como pista las palabras de Pat Riley, que entrenaba a los Knicks en aquellas Finales de 1994, las del Ford Bronco blanco: ※No se puede hacer nada contra 谷l. Lo intentamos todo. Dos defensas, tres, hasta cuatro. Jugadores desde todos los 芍ngulos. No se puede hacer nada§. El sue?o para los aficionado de los Rockets, la pesadilla para los rivales. The Dream: Hakeem Olajuwon.