El 'otro' Jordan: la leyenda de Drexler, el hombre a la sombra
El legendario Clyde Drexler vivi車 toda su carrera a la sombra de Jordan, pero forj車 su propia leyenda, primero en los Blazers y luego en Houston.
Ser escolta y coincidir generacionalmente con Michael Jordan tiene que ser complicado. Y si adem芍s, has estado a un paso de compartir equipo con 谷l, m芍s todav赤a. Es lo que le pasaba a Clyde Drexler, un hombre que, en un mundo hipot谷ticamente meritocr芍tico, estar赤a en la cima m芍s alta. No s車lo por ser un fant芍stico jugador de baloncesto (que lo era), campe車n de la NBA (que lo fue), jugador franquicia o estrella unviersitaria. Tambi谷n por su capacidad para forjar su propio legado al margen de una de los mayores deportistas jam芍s vistos, de escribir su propia historia sin querer competir por las ajenas, de huir de una imitaci車n en la que cualquiera iba a salir derrotado, de poner su nombre en las p芍ginas de la mejor Liga del mundo y ser, por derecho propio, una referencia que ha ido desde el collegue a la NBA, desde la adolescencia a la edad adulta, desde principios de los 80, a finales de los 90. Y de ah赤, claro, a la eternidad.
Drexler siempre lo tuvo todo en contra, pero emergi車 de las profundidades de la competitividad y supo encontrar su hueco y trascender en el deporte y en el respeto. Nacido en Nueva Orleans, Luisiana, en 1962, su familia se traslad車 a Houston en su infancia. All赤, se gradu車 en secundaria antes de acceder a la universidad local, donde empez車 a despuntar y escribi車 las primeras p芍ginas de su incre赤ble historia. Fue en el collegue donde coincidi車 con Hakeem Olajuwon y Larry Michaux. El primero, uno de los mejores p赤vots de la historia, fue una referencia en la NBA; el segundo pas車 por la mejor Liga del mundo, pero tuvo que probar suerte en Italia (Varese) y Espa?a (Pamesa Valencia, Huesca...) y su 谷xito fue m芍s relativo si lo comparamos con el de sus compa?eros de generaci車n.
En los Cougars de la Universidad de Houston, Drexler empez車 a despuntar. Con estad赤sticas que siempre se mov赤an en torno a los 14 puntos y los 10 rebotes, fue parte de la fraternidad Phi Slamma Jamma, conocida as赤 por los saltos, las acrobacias y casi las coreograf赤as que eran inherentes a ese equipo. All赤, pierden contra Michael Jordan y James Worthy, referencias de North Caroline, en semifinales del campeonato universitario, en 1982. Y al a?o siguiente llegan a la final, pero vuelven a caer, esta vez en ante North Caroline State, en un encuentro apasionante y pol谷mico resuelto por tan solo una canasta: 54-52. Su destino estaba pues, ya desde entonces, ligado al de Jordan. Y las cosas siguieron siendo as赤 en una NBA que, ya se sabe, no espera a nadie. Pero en la que Drexler acabar赤a dejando huella.
Caminos paralelos
Jordan y Drexler siempre han ido de la mano. Separados, pero juntos. Con caminos que se han entrelazado, pero no se han llegado a unir del todo. De la Universidad de Texas, Dreexler dio el salto a la NBA y recal車 en los Rockets, en 1983. Al a?o siguiente, Jordan har赤a lo propio en los Bulls, en un draft pol谷mico e hist車rico en el que Olajuwon, compa?ero de Drexler en los Cougars, atrrizaba en unos Rockets en los que se reencontrar赤a con el propio Drexler, a?os despu谷s. En el segundo puesto del draft aparece un tal Sam Bowie, un nombre maldito por haber salido elegido justo antes de Jordan, y haber tenido una carrera infinitamente peor. Y fue a parar, iron赤as del destino, a unos Blazers que pasaron de His Airness al considerar ya cubiera su posici車n. Un error de c芍lculo que acompa?ar赤a toda la vida a una franquicia que se hab赤a despedido de Bill Walton solo unos a?os antes y ven赤a de la mejor etapa de su larga historia.
Drexler siempre pens車 en todo lo que habr赤a podido conseguir al lado de Jordan. Pero es quien es, precisamente, por no haber compartido jam芍s equipo con 谷l, m芍s all芍 de esos Juegos Ol赤mpicos de Barcelona, en 1992, en el que form車 parte, como no pod赤a ser de otra manera, del Dream Team. Fue una referencia eterna en los Blazers, con los que no explot車 de inmediato, como el escolta de los Bulls. Su ascenso fue paulatino, apenas cont車 con su protagonismo en su primer a?o (apenas tres titularidades en 82 partidos) y fue aumentando su cach谷 a medida que pasaban los a?os. De 7 puntos por encuentro en su campa?a rookie, a 17 en la sophomore. En la tercera, ya establecido como titular, tuvo m芍s tiempo el bal車n en sus manos y demostr車 su habilidad para el pase, llegando al tope personal de 8 asistencias por duelo y sumando, adem芍s, 18,5 puntos. En la temporada siguiente, sum車 m芍s de 20 tantos por noche por primera vez en su carrera, algo que har赤a en las seis temporadas siguientes de forma consecutiva. Y todo, establecido definitivamente como el l赤der espiritual y moral de un equipo emergente.
Asentado como jugador franquicia, Drexler lleg車 a su m芍xima expresi車n y se defini車 a s赤 mismo tal y c車mo se le recuerda hoy. Una estrella con facilidad para la anotaci車n, parcialmente dependientede su f赤sico, pero muy fuerte de cintura para arriba y, sobre todo, para abajo. Esto le permit赤a ser bueno en el posteo y aguantar a jugadores fuertes en defensa, establecer buenos bloqueos y defender a aleros m芍s altos y corpulentos. M芍s alto que Jordan (2,01), le gustaba penetrar (le apodaban Glide y Clyde de Glide por su facilidad para ello), reboteaba bien (6,1 rebotes de promedio en su carrera)) y pasaba de forma excelente (5,6), siendo uno de los escoltas que m芍s y mejor desarroll車 esta parte del juego junto a su eterno compa?ero generacional (otra vez Jordan) y otros que vendr赤an despu谷s, especialmente Kobe Bryant (que pasaba muy bien a pesar de esa fama de chup車n que le persigui車, merecidamente o no, en buena parte de su carrera). Drexler defend赤a, jugaba en est芍tico o al contraataque y se adapt車 perfectamente tanto al juego r芍pido que propusieron algunos equipos en los 80 (principalmente, los Lakers de Magic) como a la monoton赤a que se apoder車 de ciertos momentos de la d谷cada siguiente, con posesiones m芍s largas, lanzamientos seguros y un menor uso de la improvisaci車n.
Jugador atemporal, Drexler empez車 a tirar m芍s de tres a medida que su f赤sico se ve赤a m芍s perjudicado, pero siempre fue muy fiable en el rebote y en el pase, adem芍s de sustituir su fortaleza atl谷tica por la sabidur赤a y la experiencia para no perder coba en defensa. Su momento cumbre en los Blazers fue en 1992, cuando disput車 sus segundas Finales en un equipo fetiche y amado por los aficionados, entrenador por ese entrenador hist車rico y legendario como Rick Adelman, uno al que solo le falt車 eso que Larry Brown consigui車 casi sobre la bocina y en la recta final de una carrera que abarca casi medio siglo: el anillo. Los de Oreg車n llegaron a las Finales en 1990 y cayeron contra la 迆ltima versi車n competitiva de los Bad Boys. Y en 1992, hicieron lo propio junto a esa divinidad, casi deidad, que representaba, ya por aquel entonces (y otra vez), Michael Jordan.
Las Finales de 1992 tuvieron miga en lo referente a lo que marca el orden de las cosas, la opini車n p迆blica, ese lugar en el que se libran las batallas que deciden las guerras. Antes, en 1990, los Blazers pecaron de falta de experiencia ante Detroit: ganaron el segundo partido de un solo punto, pero perdieron el primero, el cuarto y el quinto por 6, 3 y 2 puntos respectivamente, adem芍s de caer en Oreg車n durante tres duelos consecutivos. Tras caer ante el 迆ltimo gran Magic Johnson en las finales del Oeste, en 1991, llegaron como un equipo establecido a 1992. Y fueron uno de los equipos que m芍s batalla dio a Jordan: llegaron a empatar a 2 (solo los Jazz, en 1997, repitieron tal haza?a) y cayeron de solo 4 puntos en el 迆ltimo encuentro, en Chicago. Jordan martille車 de inicio (39 puntos y 11 asistencias en el encuentro inaugural) y promedi車 35,8 puntos en la serie. Drexler, que tuvo un gran papel, se qued車 en 24,8+7,8+5,3. En 1990, por cierto, se fue a 26,4+7,78+6,2. S赤, era peor que Jordan, ese ser celestial con el que casi nadie pudo. Pero jam芍s se escondi車. Y respondi車 a la leyenda de los Bulls cuando este despreci車 a sus rivales en ese documental que hizo m芍s amenas las cuarentenas, The Last Dance: "Deber赤a mostrar m芍s respeto", dijo entonces.
Reencuentro y anillo
La vida de Drexler cambi車 el 14 de febrero de 1995. Los Blazers eran un equipo alejado de los tiempos de gloria, las Finales y las oportunidades de campeonato, por lo que el escolta pidi車 a Portland que le recompensaran su compromiso con un traspaso a un equipo aspirante. Lleg車 a los Rockets, a Houston, su segunda casa, el lugar que le acogi車 como a un hijo, el sitio en el que tuvo su formaci車n y con el que estuvo tanto en el instituto como en la universidad. Y se reuni車 con, nada menos que Hakeem Olajuwon, ese p赤vot que estaba por encima del bien y del mal, con el que hab赤a causado furor en su etapa universitaria y con el que el destino volvi車 a juntarle. El center por excelencia que hab赤a alcanzado la gloria meses antes, ante los Knicks y en siete hist車ricos partidos. El 迆nico comparado, hasta Shaquille (que ya andaba por ah赤), con o,tros monstruos de su posici車n como Mikan, Chamberlain, Russell o Jabbar. Escolta y p赤vot se un赤an para una nueva aventura en un reencuentro marcado por la emoci車n para la opini車n p迆blica y por el morbo para el aficionado de la NBA.
Drexler lleg車 a un equkpo que en nada se parec赤a al que hab赤a conquistado el anillo unos meses antes. La plantilla estaba desmadejada, la situaci車n compleja y nada mejor車 con la llegada de Drexler, con el que se consiguieron 16 victorias en 35 partidos, menos del 50%. Sin embargo, todo mejor車 en playoffs: sextos clasificacos, los Rockets se convirtieron en el primer equipo de la historia en ganar el anillo sin tener ventaja de campo en ninguna ronda, sufrieron para ganar a los Jazz de Stockton y Malone en una dura primera ronda, remontaron un 3-1 ante la 迆ltima versi車n competitiva de los Suns de Charles Barkley en semifinales, y se exhibieron en las finales del Oeste, con master class incluida de Olajuwon ante Rodman y Robinson. Y en las Finales, nueva lecci車n del enorm谷rrimo p赤vot para pasar por encima de Shaq y conquistar el segundo anillo de su dilatada carrera deportiva. Con su amigo, Drexler, a su lado. Esa pareja que conform車 el hist車rico equipo de la Universidad de Houston, uni車 de nuevo sus caminos en el equipo de la ciudad texana para volver a trascender m芍s all芍 del mero baloncesto.
Esa fue la historia de Drexler, una leyenda que emergi車 m芍s all芍 de la sombra de su compa?ero de generaci車n y de posici車n, rival universitario y de NBA, el mejor de todos los tiempos. Esa es la mayor virtud, entre muchas otras, que un jugador que promedi車 21,5 puntos, 9,5 rebotes y 6,8 asistencias en unas Finales en las que fue el elemento diferencial que complet車 una plantilla hoy ic車nica (Robert Horry, Sam Cassell...) y sirvi車 para dar impulso moral y espiritual a un equipo hundido al final de la regular season, pero que cuaj車 unos excelentes playoffs. Drexler, 10 veces All Star, se retir車 en 1998, con casi 36 a?os y una temporada en la que promedi車, todav赤a con esa edad, m芍s de 18 puntos por partido. Y ni su 迆ltimo partido (1 de 13 en tiros de campo y eliminaci車n ante los Jazz), empa?車 su legado, uno intr赤nsecamente ligado a Houston, inseparable de Oreg車n y su idiosincrasia y uno que se ha ganado a pulso dentro de equipos fetiche. Tanto el de los Blazers de Adelman como el de los Rockets de Rudy Tomjanovich. Porque s赤, fue a la conclusi車n de ese anillo cuando se pronunci車 la frase m芍s famosa: "Nunca subestimes el coraz車n de un campe車n". Y as赤 era, claro, el coraz車n de Clyde Drexler. El de un campe車n.