F?TBOL Y LITERATURA
¡°Qu¨¦ bonita es la Copa¡±
El Bar?a estren¨® en tierra ¨¢rabe las ilusiones extraviadas, como un emigrante que, en el extranjero, halla la esperanza en una nueva salud para su historia.
El Bar?a no se zafa del desastre. Vive pegado a ¨¦l, dando patadas a la mala suerte que lo domina como si adorara al becerro de carb¨®n...
La discusi¨®n sobre su renovaci¨®n resulta compatible con los que quieren y no quieren al jugador franc¨¦s. Es un regalo de Reyes para el Bar?a...
La gasolina del Bar?a dura lo que dura, as¨ª que, en la segunda parte, despu¨¦s del solitario gol del holand¨¦s errante...
Debo decir que respir¨¦ s¨®lo en el minuto 96, porque dormirse ahora en los laureles no est¨¢ ni al alcance de los aficionados.
Ahora el Bar?a ni es feliz ni es aguerrido ni es un m¨¢s que club ni es nada. As¨ª es si as¨ª os parece.
El 24 de noviembre cerr¨® Tequila su larga vida cantando; a la guitarra, Ariel Roth, y ante el micr¨®fono de sus noches interminables, Alejo Stivel
Demb¨¦l¨¦ le puso la miel en los labios a la cofrad¨ªa del s¨ª en el Bar?a, donde ese grupo que defiende la esperanza en la recuperaci¨®n se enfrenta a la poderosa cofrad¨ªa del no.
Un d¨ªa triste
Fue un fuego fatuo, es verdad, pero negar que el Bar?a est¨¢ mejor, m¨¢s suelto, m¨¢s vivo, es creer que el Bar?a no sirve ni para esperar mejores tiempos.
El Bar?a afront¨® frente al Espanyol la embestida con la duda met¨®dica que lo acompa?a cuando sale de los hospitales.
La llegada de Xavi al Barcelona, como un rey de Oriente, es la esperanza en la que ahora residimos, como si otra vez el color azulgrana nos sirviera de almohada de nuestro insomnio.
En cuanto se va Ansu Fati lesionado el entusiasmo del Bar?a se complic¨® la vida y perdi¨® acierto, garra y juego.
Acostumbrado ahora a la aceptaci¨®n de la mala suerte, el equipo que pierde en los momentos en que ganar forma parte de las obligaciones del juego se impuso la tarea del h¨¦roe...
El cambio de guardia no hizo brotar la primavera en el Barcelona
Xavi es inteligente y afectivo, lo recuerdo risue?o en el campo, jugando. Que al Bar?a alguien le devuelva la risa ser¨ªa devolverle el futuro.
Hay, como en la tarde de este mi¨¦rcoles en Vallecas, un momento del juego, cuando los futbolistas y quienes los preparan tratan de hacer realidad sus sue?os...
Nadie fue capaz de expresar con inteligencia el f¨²tbol que lleva en sus pies, mientras que el Real Madrid estuvo atento a esa debilidad azulgrana...
Oliver y ?ngel quieren ser en el patio, peloteando, Benzema o Vinicius, aunque juegan como Casemiro, y hablan del Cl¨¢sico con la pasi¨®n de Tom¨¢s Roncero.
No me gusta llorar, y menos llorar solo. Me fui del partido con la palabra ojal¨¢ en la mente. Ojal¨¢ nunca m¨¢s los partidos opacos.
Cuando el Bar?a estaba en el alambre decisivo del partido, y sonaban los clarines del miedo a que el equipo fuera el indeciso individuo que lleva ...
Don Luis Su¨¢rez lo dijo en Carrusel. Este Bar?a pareci¨® el equipo de un barrio, pero de un barrio malo. No exagera el maestro.
El nuevo desastre en Lisboa tiene sabor a fin de etapa, como si el Bar?a hubiera arrojado a un barranco poroso la ¨²ltima oportunidad de levantar cabeza. Ni una sola acci¨®n resulta salvable...
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