Demb¨¦l¨¦, Xavi y algunas ilusiones vigentes
Casi todo es color gris oscuro casi negro, como en aquella pel¨ªcula de S¨¢nchez Ar¨¦valo, pero es mejor esperar, ilusionarse, pues el f¨²tbol no es una ciencia exacta ni est¨¢ hecho s¨®lo para sufrir. As¨ª que qued¨¦monos con algunas ilusiones, seguramente vanas, pero leg¨ªtimas, que anoche abundaron tanto sobre el c¨¦sped como en la grada, poblada por entusiastas a los que yo me quiero adherir.
El Bar?a de Xavi muestra signos de una nueva animaci¨®n; su falta de gol forma parte de la leyenda de las realidades que persiguen al equipo, pero esta vez, sobre todo, los futbolistas se sintieron urgidos de acabar con el maleficio.
Para conjurar la desgracia entr¨® en el campo Demb¨¨l¨¨. El desarrollo de su inteligencia de futbolista hizo abrigar esperanzas, y el gol de Araujo, en fuera de juego, le puso a la tarta ilusa de la noche una guinda que en seguida se pudri¨®, como una fruta que desprecia su forma.
Al contrario de lo que suele suceder en partidos recientes, y ya en la ¨¦poca de Xavi, el equipo no se desplom¨® sobre s¨ª mismo, tambi¨¦n porque Demb¨¨l¨¨ tir¨® de un carro que hasta ahora no hab¨ªa escupido fuego.
Fue un fuego fatuo, es verdad, pero negar que el Bar?a est¨¢ mejor, m¨¢s suelto, m¨¢s vivo, es creer que el Bar?a no sirve ni para esperar mejores tiempos. Y vale, valen mucho algunos de estos chicos que parecen arrastrar, de momento, una sombra que no merecen. Falta Pedri, el talism¨¢n de Tegueste. Lo espero como la luz que alumbre el porvenir con su Golden Boy tan merecido.