Esperanza para seguir viviendo
La llegada de Xavi al Barcelona, como un rey de Oriente, es la esperanza en la que ahora residimos, como si otra vez el color azulgrana nos sirviera de almohada de nuestro insomnio.

El verso civil que m¨¢s aprecio es aquel en el que el poeta canario Jos¨¦ Luis Pernas declara que "es preciso buscarse una esperanza para seguir viviendo". En estos meses que han sido torturas de hierro candente sobre la antigua felicidad azulgrana hemos buscado en vano una esperanza que nos hicieron tragar para siempre la humillaci¨®n de Lisboa. Ni Seti¨¦n ni Koeman, ?ni siquiera Sergi!, resultaron lenitivos de tanto dolor, de tanta venganza atroz de la historia de un club al que los m¨¢s j¨®venes consideraban imbatible porque en sus edades nunca perdi¨® tanto.
No digamos nada, por ahora, de la derrota que sufrimos frente al dinero y a Messi. Los que ven¨ªamos de la experiencia sucesiva de las derrotas hist¨®ricas, desde la ¨¦poca posterior a Helenio Herrera hasta estos tiempos en que el equipo se rindi¨® sin competir, y sin jugar, sab¨ªamos lo que era perder, igual que los que oyeron a cantar a Sabina para explicar la esencia de su equipo, ahora reciente campe¨®n de LaLiga.
La llegada de Xavi, como un rey de Oriente, es la esperanza en la que ahora residimos, como si otra vez el color azulgrana nos sirviera de almohada de nuestro insomnio. Este color mixto que veneramos vuelve a parecer un himno a la alegr¨ªa. Tenemos derecho a este momento, y yo lo voy a vivir como se vive la espera, en busca de esperanza.