Recordando TimeSplitters: la historia del heredero de GoldenEye y Perfect Dark

Es oficial: habr¨¢ nuevo TimeSplitters. O al menos es la intenci¨®n, porque, como bien sabr¨¢n sus fans, no es la primera vez que se anuncia TimeSplitters 4 y hasta ahora la historia nunca ha terminado bien. El plan original ya era crearlo durante la generaci¨®n de Xbox 360, PS3 y Wii, pero tras el sonado fracaso de Haze, los editores dieron la espalda al proyecto y Free Radical ¡ªestudio formado por algunos miembros clave de Rare durante el desarrollo de GoldenEye¡ª acab¨® en la quiebra. Sin embargo, no desapareci¨®, sino que fue adquirido Crytek y renombrado como Crytek UK, aunque el movimiento sigui¨® sin significar el regreso de TimeSplitters: en 2014, siguiendo a una crisis de la propia Crytek, la divisi¨®n brit¨¢nica cerr¨® y gran parte del personal fue transferido a Deep Silver, donde se agrup¨® bajo el sello Dambuster Studios.

Con Dambuster Studios trabajando en el malogrado Homefront: The Revolution y el eternamente retrasado Dead Island 2, el sue?o de TimeSplitters parec¨ªa eso, ficci¨®n et¨¦rea. Pero a veces los sue?os se cumplen y, apenas medio a?o despu¨¦s del anuncio del nuevo Perfect Dark ¡ªotra saga estrechamente ligada a GoldenEye¡ª, Free Radical y TimeSplitters 4 vuelven a ser una realidad. Una realidad todav¨ªa lejana, eso s¨ª, puesto que el equipo todav¨ªa est¨¢ en proceso de formaci¨®n y seguramente tardaremos varios a?os en ver los frutos. Pero la disposici¨®n de Deep Silver a escuchar a los fans y traer de vuelta a Steve Ellis y David Doak invita al optimismo. As¨ª que vamos a rebobinar y a explicar todo bien desde el principio. Esta es la historia de TimeSplitters.

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?rase una vez en Rare

Y la historia de TimeSplitters empieza, c¨®mo no, en Rare. Podr¨ªamos encontrar muchos puntos de partida v¨¢lidos, pero la primavera de 1997 tiene un lugar preferente porque ah¨ª, a pocos meses del lanzamiento de GoldenEye, fue cuando Steve Hollis decidi¨® programar el multijugador. No era un modo previsto como parte del proyecto, y ni los altos cargos de Nintendo ni los de la propia Rare fueron informados hasta que el equipo ya lo hab¨ªa implementado, pero la cercan¨ªa del fin del desarrollo y la cantidad de contenido funcional ya creado para la campa?a (armas, mapas, personajes) hizo que los beneficios superasen al esfuerzo requerido.

Llegado el verano, GoldenEye apareci¨® en tiendas rodeado de una expectaci¨®n mayor que la adaptaci¨®n de pel¨ªcula media, aunque su impacto real se evidenciar¨ªa m¨¢s a largo plazo. Las ventas iniciales fueron buenas, si bien no espectaculares, pero el juego sigui¨® moviendo un volumen alto de unidades mes tras mes, tras mes, durante a?os. La excelente campa?a con objetivos variados, gadgets y una jugabilidad accesible y satisfactoria pusieron el anzuelo, pero fue ese improvisado multijugador lo que lo elev¨® a un estatus de leyenda (8 millones de copias, explosi¨®n de los FPS y los deathmatch en consolas) que nadie, empezando por Rare, hab¨ªa previsto.

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La historia, naturalmente, sigui¨® con Perfect Dark, sucesor espiritual creado con la libertad que ofrec¨ªa cambiar a una licencia propia, pero divergi¨® a medio camino. Las condiciones de Rare ¡ªlaborales o econ¨®micas seg¨²n el caso¡ª no eran las ideales para todos y, a finales de 1998, la compa?¨ªa sufri¨® una fuga de talento. El director de GoldenEye, Martin Hollis, fue uno de los primeros en abandonar el nuevo proyecto, aunque la posterior salida de David Doak (doctor en bioqu¨ªmica reconvertido a dise?ador de videojuegos con cameo en el emblem¨¢tico nivel Facility) fue la que tuvo un efecto llamada en otros miembros del equipo.

Steve Ellis no tard¨® en seguirle y, en abril de 1999, ambos fundaron Free Radical, estudio independiente al que tambi¨¦n se unieron Karl Hilton (artista de entornos), Graeme Norgate (compositor) y Lee Ray (no involucrado en GoldenEye, pero s¨ª en Perfect Dark). Como todos los fans de Joanna Dark sabr¨¢n, este rev¨¦s no impidi¨® que el juego de Rare llegase a buen puerto ¡ªel ¨¦xito de GoldenEye hizo que no escatimasen en recursos y nutriesen el equipo con sangre fresca¡ª, pero las cosas fueron algo m¨¢s complicadas para Free Radical, ya que su intenci¨®n de mantenerse como los propietarios de las licencias ech¨® para atr¨¢s a algunas editoras. Al final, ser¨ªa la tambi¨¦n brit¨¢nica Eidos (Tomb Raider, Legacy of Kain) la que decidir¨ªa tenderles una mano, y eso que por aquel entonces TimeSplitters ni siquiera exist¨ªa como concepto.

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TimeSplitters: el sprint hacia PS2

La primera idea con la que trabaj¨® Free Radical fue, de hecho, Second Sight, proyecto que no ver¨ªa la luz hasta mediada la generaci¨®n: con la llegada de PlayStation 2 a poco m¨¢s de un a?o de distancia, Steve Ellis se puso a trabajar en un nuevo motor gr¨¢fico y empuj¨® al grupo a aprovechar su experiencia con GoldenEye y Perfect Dark para preparar r¨¢pidamente un First Person Shooter con el que acompa?ar a la consola de Sony en su lanzamiento. A Eidos, curiosamente, no le pareci¨® tan buena idea y les inst¨® a seguir con Second Sight ¡ªentonces denominado Redemption a nivel interno¡ª, pero el equipo ignor¨® el consejo y puso toda la carne en el asador con TimeSplitters.

La prioridad ahora era el multijugador (su nombre clave, de hecho, fue MPG, siglas de MultiPlayer Game) y el equipo quer¨ªa conseguir un rendimiento estable en todo momento, problema que afectara a los juegos de Rare en cuanto hab¨ªa algo de caos en pantalla. El prototipo se puso a funcionar en tiempo r¨¦cord y los empleados de Sony encargados de asistir a estudios externos en el trabajo con los devkits quedaron muy sorprendidos con el resultado, peque?a jugarreta que a?adi¨® cierta presi¨®n a Eidos. Teniendo en cuenta la celeridad del arranque y la ajustada ambici¨®n del proyecto ¡ªsu presupuesto acab¨® por debajo del mill¨®n de d¨®lares¡ª, el desarrollo de TimeSplitters sigui¨® adelante y se complet¨® en octubre de 2000 (5 meses despu¨¦s de Perfect Dark), lo que le permiti¨® acompa?ar a PS2 en sus lanzamientos americano y europeo.

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Este desarrollo expr¨¦s, eso s¨ª, se sald¨® con un modo historia bastante pobre, con apenas nueve niveles y sin secuencias ni objetivos variados como en los de Rare. Todas las fases consist¨ªan en avanzar hasta localizar un objeto importante ¡ªdiferente seg¨²n la ¨¦poca¡ª y luego regresar al inicio mientras los propios Splitters, criaturas con capacidad de teletransporte interdimensional, aparec¨ªan entre los enemigos aut¨®ctonos e intentaban cortarnos el paso. Su atractivo resid¨ªa principalmente en el control ajustado al doble anal¨®gico ¡ªausente en Nintendo 64 por razones obvias¡ª, la fluidez y la variedad de ambientaciones y armas que ofrec¨ªan los niveles: una tumba egipcia en 1935, una mansi¨®n con zombis en 1965, un restaurante chino en 1970, un planeta remoto en 2020 (que ahora es el pasado, c¨®mo vuela el tiempo), etc.

Subir la dificultad solo cambiaba la cantidad y dureza de los enemigos, pero superar cada modalidad nos recompensaba con uno o dos personajes nuevos ¡ªseg¨²n el tiempo¡ª y el modo desaf¨ªo era accesible incluso tras completar la raqu¨ªtica historia en f¨¢cil. Ah¨ª, el juego empezaba a mostrar su mejor cara con pruebas como hacer frente a hordas, escoltar objetivos, destruir barriles o cristales repartidos por los escenarios, usar torretas o ¡°comprar¡± en tiendas ¡ªuna variante de la recogida y hu¨ªda del modo historia donde los enemigos intentaban hacer lo mismo¡ª. Estos modos y otros m¨¢s cl¨¢sicos como el deathmatch tambi¨¦n estaban presentes en un multijugador con muchas opciones de personalizaci¨®n, m¨¢s de 60 personajes, bots y un creador de mapas completo e intuitivo. En ese terreno, Free Radical cumpli¨® con lo prometido, haciendo de TimeSplitters la compra ideal para disputar combates en grupo.

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TimeSplitters 2: la culminaci¨®n del concepto

Pese a tratarse de una licencia nueva con importantes carencias en el monojugador, su lanzamiento estrat¨¦gico, su estilo desenfadado y el cuidado multijugador catapultaron a TimeSplitters por encima del mill¨®n de copias vendidas, lo que dio un giro bastante esperado a la din¨¢mica con Eidos: ahora el estudio estaba dispuesto a retomar Second Sight, pero era la editora la que quer¨ªa una secuela. En Free Radical, por suerte, no necesitaron presi¨®n, ya que con el motor funcionando y sin una fecha tan espec¨ªfica hacia la que correr, sab¨ªan que pod¨ªan dar m¨¢s rienda suelta a su creatividad. As¨ª, a su estreno en octubre de 2002, el desarrollo de TimeSplitters 2 se hab¨ªa alargado algo m¨¢s que el de su antecesor, pero el resultado tambi¨¦n fue exponencialmente mejor.

La secuela, esta vez con versiones en GameCube y Xbox adem¨¢s de PS2, empez¨® dando la atenci¨®n que merec¨ªa a la campa?a. Aunque solo ofreci¨® un nivel m¨¢s, todas las misiones fueron m¨¢s amplias y complejas ¡ªrecurriendo a puntos de control para no tener que repetirlas enteras en caso de muerte¡ª, con montones de objetivos variados ¡ªalgunos dependientes del modo¡ª y secuencias de gran factura, dobladas y excelentemente animadas de forma acorde al tono caricaturesco. En ellas, ahora s¨ª, se introduc¨ªan en condiciones a los Splitters, y el sargento Cortez se encargaba de hilar los niveles mediante la b¨²squeda de los Cristales Temporales: a trav¨¦s de un portal situado en una estaci¨®n espacial, este marine saltaba a diferentes ¨¦pocas y encarnaba a otros personajes, casualmente tambi¨¦n involucrados en eventos que guardaban relaci¨®n con los cristales, pero motivados por circunstancias propias.

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As¨ª, la presa de Siberia (1990) nos pon¨ªa en la piel de una esp¨ªa en plena misi¨®n de infiltraci¨®n que deb¨ªa desactivar una antena de telecomunicaciones y abrirse paso por las instalaciones evitando c¨¢maras y alarmas ¡ªel nivel con mayor aroma a GoldenEye¡ª; las calles de Chicago (1932), en la de un detective que se las ve¨ªa contra la mafia destruyendo barriles de contrabando y protegiendo a un sopl¨®n; o la ya no tan futurista ciudad de NeoTokio (2019), en la de un hacker incriminado por otros que necesitaba rastrear la ruta hacia su base para conseguir evidencias y limpiar su nombre.

Lo que en el primer TimeSplitters hab¨ªa sido una simple excusa para variar de armas y escenarios, en la secuela sirvi¨® para nutrir una de las campa?as m¨¢s densas de cualquier FPS previo o posterior a su lanzamiento. Cada misi¨®n era una peque?a aventura en s¨ª misma, con ambientaciones mucho m¨¢s cuidadas en el plano audiovisual ¡ªla catedral de Notre Dame era genuinamente escalofriante para los est¨¢ndares de PS2¡ª y peque?os arcos narrativos que en algunos casos daban pie a antagonistas espec¨ªficos de los personajes de esa ¨¦poca e incluso varios jefes a los que hacer frente. A su segundo intento, Free Radical s¨ª logr¨® igualar ¡ªcuando no superar¡ª a lo mejor ofrecido por una Rare que entonces ya era propiedad de Microsoft.

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Porque la dedicaci¨®n del estudio no se limit¨® a la campa?a y el resto de modos tambi¨¦n se beneficiaron de una inyecci¨®n de esfuerzo y creatividad similar. Los desaf¨ªos ahora eran accesibles desde el inicio, y adem¨¢s de pruebas recurrentes del primer juego, se plantearon otras nuevas como misiones de infiltraci¨®n donde ten¨ªamos que acabar con todos los enemigos sin ser detectados, acertar a objetivos de cart¨®n en galer¨ªas de tiro, arrancar cabezas de zombis a pu?etazos o manejar un mono para buscar pl¨¢tanos a contrarreloj. Superarlas, adem¨¢s, nos recompensaba con trofeos de bronce, plata, oro o platino seg¨²n nuestro desempe?o, lo que aumentaba tanto la cantidad de extras desbloqueables como la rejugabilidad.

El multijugador tambi¨¦n vino cargado de opciones nuevas, como cambiar la velocidad, y modos in¨¦ditos como una especie de juego de pillar donde todos deb¨ªan huir del jugador en llamas, un giro a los tower defense donde un equipo defend¨ªa una zona mientras el otro la invad¨ªa, o modalidades basadas en h¨¢ndicap donde los peor clasificados reduc¨ªan su tama?o para dificultar el apuntado a los dem¨¢s o eran asistidos por monos ¡ªtema recurrente¡ª que atacaban a los mejores. Todo ello con control e IA de bots mejorados, m¨¢s de 120 personajes y un editor de mapas potenciado donde tambi¨¦n se pod¨ªan crear misiones con objetivos como los del modo historia. TimeSplitters 2 no solo estableci¨® un nuevo est¨¢ndar para su saga, sino para cualquier otro Shooter en t¨¦rminos de cantidad y calidad de contenido.

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Futuro Perfecto: m¨¢s, ?y mejor?

Aqu¨ª cabe hacer un inciso y recordar que bastantes meses antes de TimeSplitters 2, el primer Halo desembarc¨® en Xbox y cambi¨® la percepci¨®n de los FPS consoleros de una forma no tan diferente a la de GoldenEye en la generaci¨®n previa, inculcando un nuevo amor por la escala ¨¦pica con mapas abiertos y tiroteos a bordo de veh¨ªculos. Cuando al a?o siguiente TimeSplitters 2 llev¨® la f¨®rmula de GoldenEye al siguiente nivel, las notas y las ventas tambi¨¦n mejoraron, pero todav¨ªa quedaron bastante por debajo de las de Rare y Bungie (2 millones de copias frente a las 8 de GoldenEye y las 5 de Halo: Combat Evolved pese a ser el ¨²nico multiplataforma de los tres), algo que supuso una decepci¨®n en el seno de Free Radical.

El lanzamiento de TimeSplitters 2 fue seguido por la ruptura con Eidos, y Second Sight, tras un acuerdo malogrado con Activision, acab¨® siendo publicado por Codemasters en 2004. El tercer y ¨²ltimo TimeSplitters, no obstante, acabar¨ªa en manos de Electronic Arts, que ¡ªseg¨²n palabras de Steve Ellis¡ª se acerc¨® a Free Radical tras ver el elevado Metacritic de TimeSplitters 2 (el 90 de la versi¨®n PS2 lo mantendr¨ªa como el FPS m¨¢s valorado de la consola). Con EA surgi¨® una nueva oportunidad, pero tambi¨¦n nuevas demandas: quiz¨¢ influenciados por el ¨¦xito del Jefe Maestro, uno de los requisitos fue dar mayor protagonismo al personaje central, lo que result¨® en el sargento Cortez accediendo con su propio cuerpo a cada ¨¦poca e interactuando de forma directa con los dem¨¢s personajes.

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Tras un desarrollo de nuevo m¨¢s largo que el de sus antecesores, TimeSplitters: Futuro Perfecto se puso a la venta en marzo de 2005, repitiendo tambi¨¦n lanzamiento simult¨¢neo en PS2, GameCube y Xbox. Argumentalmente, este cierre de trilog¨ªa retom¨® las cosas justo donde las hab¨ªa dejado TimeSplitters 2, con el sargento Cortez regresando a la Tierra tras reunir los cristales en el juego previo y embarc¨¢ndose en otra aventura intertemporal para destruir su fuente de origen. Esto le llevaba a entrar en contacto con Jacob Crow, cient¨ªfico loco que tambi¨¦n era capaz de viajar en el tiempo y hab¨ªa creado la raza de los Splitters como parte de sus experimentos.

De este modo, aunque la historia segu¨ªa lanz¨¢ndonos de ¨¦poca en ¨¦poca para jugar en diferentes ambientaciones, con diferentes armas y junto a diferentes secundarios ¡ªalgunos recuperados del primer y segundo juego o emparentados con personajes anta?o controlables¡ª, Crow era un objetivo constante a perseguir, lo que Futuro Perfecto aprovech¨® para retorcer el argumento de formas ingeniosas y delirantes. Tanto ¨¦l como Cortez interactuaban con versiones alternativas de s¨ª mismos, creando momentos absurdos, paradojas temporales, algunos giros de guion e incluso situaciones jugables nuevas donde un Cortez del futuro acud¨ªa para ayudarnos a progresar para que luego nosotros devolvi¨¦semos el favor a otro que ven¨ªa detr¨¢s.

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Para hacer justicia a estas locuras, las secuencias aumentaron y mejoraron de forma notable, aunque tambi¨¦n hicieron falta algunas concesiones en la estructura: si bien la cifra de niveles volvi¨® a subir (de diez a trece), Futuro Perfecto redujo la cantidad de ¨¦pocas, ya que ahora varias fases iban en sucesi¨®n directa como ya ocurriera con GoldenEye o Perfect Dark. No fue, eso s¨ª, un ejercicio camuflado de reciclaje, ya que cada nivel introduc¨ªa escenarios completamente nuevos: la mansi¨®n encantada de 1994, por ejemplo, conduc¨ªa hacia un laboratorio subterr¨¢neo (?alguien dijo Resident Evil?); la infiltraci¨®n en una base rusa de 1969 culminaba con tiroteos a bordo de un tren en marcha; o la alianza entre Cortez y la agente especial Amy Chen se desarrollaba a lo largo de una larga operaci¨®n de asalto a un edificio futurista (2052) que bien podr¨ªa haber llevado el nombre de DataDyne.

A ra¨ªz de este mayor foco en la trama y la dependencia ocasional de otros personajes ¡ªo versiones alternativas de Cortez¡ª para avanzar, el desarrollo no fue tan ligero como el de su antecesor, que se segu¨ªa prestando m¨¢s a rejugados r¨¢pidos por su mayor clasicismo jugable y la estructura de misiones autoconclusivas. Aunque a cambio, la tercera entrega ofreci¨® m¨¢s humor, m¨¢s gui?os ¡ªa juegos y a pel¨ªculas¡ª un reparto mucho m¨¢s memorable de personajes y una concatenaci¨®n elogiable de situaciones ¨²nicas, como la manipulaci¨®n de algunos objetos a distancia mediante un artilugio electromagn¨¦tico situado en el brazo de Cortez, la ocasional conducci¨®n de veh¨ªculos (?otro mandato para apelar al p¨²blico de Halo?) y varias set pieces que no estar¨ªan fuera de lugar en juegos de la generaci¨®n siguiente.

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En el terreno de los desaf¨ªos y el multijugador, Free Radical sigui¨® ampliando la base existente con m¨¢s y m¨¢s, y m¨¢s contenido. M¨¢s armas (ahora con elaboradas animaciones de recarga), m¨¢s mapas, m¨¢s personajes (su n¨²mero subi¨® a 150, por si alguien todav¨ªa llevaba la cuenta). Las nuevas pruebas pod¨ªan ir desde carreras de gatos robot hasta curling, pasando por la caza de hombres-ciervo en medio de un lago helado o la electrificaci¨®n de monos para mantenerlos bailando en la pista de una discoteca. Por supuesto, tampoco faltaron modos de disparos m¨¢s tradicionales ni las partidas deathmatch configurables al extremo.

De hecho, Futuro Perfecto tambi¨¦n estren¨® online (en PS2 y Xbox, GameCube se qued¨® sin ¨¦l) y ofreci¨® un editor de mapas todav¨ªa m¨¢s completo, esta vez con posibilidad de crear niveles abiertos para jugar con veh¨ªculos. Aunque no siempre fue necesariamente un juego mejor, el cierre de la trilog¨ªa s¨ª fue el TimeSplitters m¨¢s ambicioso, el que m¨¢s contenido agrup¨®, el que m¨¢s cosas permiti¨® hacer a los jugadores y, si bien quedar¨ªa eclipsado por el fen¨®meno Halo 2 (t¨ªtulo trascendental para el ¨¦xito de Xbox Live), aun hoy, m¨¢s de 15 a?os despu¨¦s, todav¨ªa se cuenta como uno de los multijugadores m¨¢s completos y alocados del medio.

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El fin de una era

Por desgracia, la primera en infravalorar su potencial fue la propia Electronic Arts, que por aquel entonces dispon¨ªa de la licencia James Bond y financi¨® en paralelo el desarrollo de un nuevo GoldenEye. Esta entrega, subtitulada Rogue Agent, estaba llamada a ser el plato fuerte de la compa?¨ªa, con miembros de la misma asegurando a Free Radical que Futuro Perfecto apenas tendr¨ªa campa?a de marketing para dedicar los recursos al otro juego. Como sabr¨¦is si seguisteis aquel t¨ªtulo, a la hora de la verdad, Rogue Agent se revel¨® como una casta?a total (los ejecutivos pendientes de Metacritic seguramente chirriar¨ªan al ver su 60), pero eso no motiv¨® a reforzar la promoci¨®n de TimeSplitters cuando se estren¨® pocos meses despu¨¦s.

Naturalmente, tras aquel fiasco las dos partes tomaron caminos separados y, aunque Futuro Perfecto logr¨® buenas cifras, Free Radical segu¨ªa siendo modesto y en absoluto autosuficiente, lo que a?adi¨® nuevas complicaciones cuando aparecieron las consolas de alta definici¨®n. Los desarrollos encarecieron y la acci¨®n caricaturesca de TimeSplitters se vio como un riesgo por parte de editoras que buscaban el nuevo Halo: la segunda parte de la saga de Bungie hab¨ªa alcanzando esos 8 millones m¨¢gicos de GoldenEye, as¨ª que Free Radical se ten¨ªa que adaptar a la nueva moda si quer¨ªa conseguir financiaci¨®n de una compa?¨ªa grande. Fue esa necesidad la que llev¨® a colaborar con Ubisoft para crear Haze (2008), y tambi¨¦n la que acabar¨ªa condenando al estudio tras un desarrollo marcado por exigencias y retrasos.

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El fracaso de Haze, suficientemente malo ya de por s¨ª, vino seguido por una reestructuraci¨®n dentro de LucasArts, que decidi¨® cancelar un avanzado prototipo de Battlefront 3 tambi¨¦n en desarrollo por Free Radical. Fue la prueba m¨¢s dura del estudio, que disput¨® una tan intensa como in¨²til batalla en los despachos para mantener con vida el proyecto. David Doak, que hab¨ªa compaginado sus labores de dise?o con las reuniones ejecutivas, se vio sometido a demasiada presi¨®n y abandon¨® la compa?¨ªa que hab¨ªa fundado. El resto no tir¨® la toalla y prob¨® suerte con TimeSplitters 4 por su cuenta, pero la b¨²squeda de editora no dio resultados. Activision, con la licencia de James Bond reci¨¦n adquirida tras la mala gesti¨®n de EA, les propuso hacer un juego con ella, pero acabar¨ªa cambiando de opini¨®n y contando con Eurocom para el remake de GoldenEye. Nada sal¨ªa adelante.

A finales de 2008, la situaci¨®n se volvi¨® insostenible y Free Radical tuvo que despedir a unos 140 empleados. Fue entonces cuando Crytek entr¨® en escena para adquirir los restos, cuando Steve Ellis sali¨® del estudio y cuando nosotros retomamos el inicio de este texto para lamentar los siguientes a?os de oportunidades perdidas. Tras asistir en la saga Crysis, otro producto de la cultura de Shooters triple A de la ¨¦poca, Free Radical cay¨® en la irrelevancia y desapareci¨® bajo otro nombre. Por suerte, es una historia que todav¨ªa puede tener final feliz, porque ahora, en pleno 2021, Deep Silver ha decidido reunir de nuevo a David Doak y a Steve Ellis con TimeSplitters. Solo el tiempo dir¨¢ si el resultado est¨¢ a la altura de las circunstancias o ser¨¢ una sombra de lo que vino antes. De momento, lo ¨²nico que podemos ¡ªy debemos¡ª hacer es recordar y reivindicar una de las mejores sagas de First Person Shooters.

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Fuentes: Eurogamer | Nintendo Life | Medium | YouTube