Syberia
Syberia - 6.Komkolzgrad (otra vez)
Tu misi¨®n en esta aventura es acudir a un pueblo de los Alpes Franceses, Valadil¨¦ne, para cerrar un trato con la familia Voralberg, que a su vez es due?a de otra f¨¢brica que interesa mucho a los jefes de Kate y que por falta de pago se encuentra en venta.
6. Komkolzgrad (otra vez)
Una vez en la f¨¢brica el recital comenz¨®, Helena estaba impresionante, la ac¨²stica era magn¨ªfica y el ¨®rgano funcion¨® a la perfecci¨®n, todo iba a pedir de boca y de nuevo pens¨¦ que nada pod¨ªa salir mal, estaba a punto de finalizar mi viaje, podr¨ªa llegar a Siberia, hablar con Hans y regresar a la comodidad de mi hogar, pero, de nuevo, me equivoqu¨¦... Tendr¨ªa que haberlo previsto, ese loco no se iba a conformar con que llevase a la pobre se?ora hasta esa f¨¢brica de los demonios, no, el pervertido hab¨ªa preparado su propio espect¨¢culo y nadie estaba invitado a el. Mientras Helena actuaba una enorme jaula se desplom¨® sobre ella atrap¨¢ndola, fui hasta ella y us¨¦ las tenazas para cortar el candado, tras dejar a Helena salir us¨¦ el destornillador para recuperar las manos del organista, est¨¢bamos a punto de irnos cuando una reja separo a Helena de mi, le di las manos a Helena y le ped¨ª que se las pusiera a Oscar, acto seguido e ignorando las tonter¨ªas del capataz me introduje en el ascensor de la mina, recorr¨ª la galer¨ªa principal hasta el otro ascensor, lo llam¨¦ con la palanca y cuando iba a montarme me di cuenta de que ese maldito loco hab¨ªa puesto una bomba dentro, corr¨ª todo lo que pude y por poco no lo cuento. Me refugi¨¦ como pude y regres¨¦ a la zona del ascensor, todo estaba destrozado y seguro que por ah¨ª no iba a poder salir, pero f¨ªjate, por cosas del azar la explosi¨®n hab¨ªa abierto una reja que bloqueaba una salida de ventilaci¨®n, me arrastr¨¦ por ella y pude salir al and¨¦n junto al tren.
Habl¨¦ con Oscar para que pusiera el tren en marcha, me sub¨ª y justo cuando nos ¨ªbamos el gigante de hierro se puso en movimiento y nos bloque¨® la salida, era evidente que ese cabr¨®n no nos iba dejar irnos tan f¨¢cilmente.
Sal¨ª de nuevo del tren, fui a la parte trasera y cog¨ª un mont¨®n de dinamita que hab¨ªa en una caja, record¨¦ en esquema que hab¨ªa encontrado dentro del gigante, de c¨®mo representaba al gigante volando por los aires al hacer explotar algo en su tal¨®n de Aquiles, y eso fue lo que hice, puse la carga en su tal¨®n y sal¨ª pitando de all¨ª, de camino al vago le grit¨¦ a Oscar que moviera el culo y nos larg¨¢semos de all¨ª.