Syberia

Bajo la barra encontr¨¦ un bote de miel congelado y lim¨®n. Ten¨ªa de todo menos la miel l¨ªquida, pero en ese momento record¨¦ la ba?era de agua caliente, hacia ella fui y puse la miel dentro que se derriti¨® r¨¢pidamente. De vuelta al bar pas¨¦ por el final de la zona de ba?os, donde hab¨ªa un carrito con un mont¨®n de copas de cristal, cog¨ª una de ellas.

De vuelta en el bar coloqu¨¦ las cosas en su sitio, la botella de vodka del cosmonauta, el bote de miel y el lim¨®n. Finalmente iba a poder poner en pr¨¢ctica mis dotes de barman. Puls¨¦ el bot¨®n I/O, despu¨¦s la segunda tecla del piano, una extra?a nota fue emitida, despu¨¦s pulse la palanquita de la derecha, presion¨¦ entonces la tercera tecla del piano, el bot¨®n de miel (con un panal dibujado en el), el del lim¨®n, el del hielo y, finalmente, el bot¨®n con un aut¨®mata dibujado sobre el. De la parte trasera del bar sali¨® un gracioso mu?eco con la copa que acababa de prepararle a Helena, ella se la bebi¨® con ganas y comenz¨® a cantar, estaba casi recuperada pero aun no se lo llegaba a creer, no importaba lo que le dijera que no entraba en raz¨®n. No sab¨ªa que hacer, pens¨¦ y pens¨¦ hasta que record¨¦ la copa de cristal que ten¨ªa guardada, la puse sobre el extremo derecho de la barra y habl¨¦ con Helena, ella cant¨® y la copa estall¨® en mil pedazos justo cuando la mujer llegaba a la nota aguda, aquello fue prueba suficiente de su recuperaci¨®n. Pidi¨® a su criado que la llevase a vestirse de gala y a mi que fuese a preparar el dirigible para el viaje, eso hice y justo cuando entr¨¦ en el recib¨ª una llamada de mi querid¨ªsima amiga, estaba muy alterada y entre sollozos me confes¨® que se hab¨ªa beneficiado a mi novio, seguro que el t¨ªo se opuso. Tras la triste noticia Helena lleg¨® y emprendimos el viaje a la f¨¢brica.