Syberia

Dej¨¦ al notario en su despacho y me fui hacia la iglesia, pero cercior¨¢ndome de coger la llave extensible que hab¨ªa junto al perchero en la salida. No tengo muy claro la raz¨®n de haber ido a la iglesia, supongo que por el cortejo f¨²nebre que vi al llegar al pueblo, posiblemente fuese el funeral de la anteriormente conocida como due?a de la f¨¢brica (creo que le gustaba prince). Mientras llegaba a la iglesia tuve dos llamadas de tel¨¦fono, una de ellas de mi amado jefe y otro de mi querido y fiel novio, con el cual tuve una conversaci¨®n un tanto rara, ¨¦l quer¨ªa que fuese con ¨¦l a una cena (en norte Am¨¦rica) y yo ten¨ªa que quedarme a encontrar a Hans (en Europa).

En la zona que comprend¨ªa la iglesia pude encontrar el cementerio con el pante¨®n de los Volaberg, que por si no lo sabes, es el nombre de la familia que cre¨® la f¨¢brica de aut¨®matas. Tambi¨¦n encontr¨¦ un ascensor con un extra?o mecanismo al que le faltaban cuatro engranajes, no pod¨ªa creerlo, que suerte, justamente yo tenia cuatro engranajes que encajaban a la perfecci¨®n y gracias al esquema que me hab¨ªa copiado pude colocar cada pieza en su sitio. Me sub¨ª al ascensor y descubr¨ª el peculiar campanario: Un aut¨®mata con una hendidura en la espalda en la que parec¨ªa encajar algo que en ese momento no ten¨ªa. Baj¨¦ de nuevo por el ascensor y fui a la parte trasera de la iglesia, donde encontr¨¦ la entrada a la sacrist¨ªa.

En la sacrist¨ªa hab¨ªa un par de muebles, una mesa y una cruz que llam¨® mi atenci¨®n, la mov¨ª y encontr¨¦ una llave, la cual abr¨ªa el mueble que hab¨ªa a su derecha, recog¨ª una colecci¨®n de tarjetas perforadas y clasificadas por colores y, adem¨¢s, en uno de los cajones observe algo extra?o, parec¨ªa tener un doble fondo.