Syberia

Hecho esto habl¨¦ con Oscar, que me dijo que necesitaba un billete para poder irnos. Sal¨ª del tren, fui a la taquilla y me encontr¨¦ a Oscar dentro, tras una conversaci¨®n digna de los l¨ªmites de la realidad cog¨ª el billete y un papel de autorizaci¨®n de salida. Este papel deb¨ªa estar sellado por la autoridad competente y como la ¨²nica autoridad que conoc¨ªa en este maldito pueblo era el notario, hacia all¨ª fui.

El notario no quer¨ªa ser molestado, as¨ª que me las ingeni¨¦ para conseguir el sello de aprobaci¨®n. Us¨¦ la tinta del desv¨¢n con un extra?o aparato que hab¨ªa sobre la mesa de la notaria, despu¨¦s coloqu¨¦ la autorizaci¨®n sobre la mesa y puls¨¦ el bot¨®n rojo del aparato, de inmediato el trasto ese bajo unos brazos y me plant¨® el sello necesario. Volv¨ª al tren y le di el billete y la autorizaci¨®n a Oscar, ya pod¨ªamos irnos. Pero nooo, el aut¨®mata tenia que jorobarlo todo, no sab¨ªa poner en marcha el tren, desde luego, hay que jod... En fin, sal¨ª de nuevo del tren, por el and¨¦n contrario al de la taquilla. Al final del mismo encontr¨¦ un aparato (otro mas, este pueblo esta lleno de resortes), empuj¨¦ la palanca, gir¨¦ la manivela y empuj¨¦ de nuevo la palanca. Esto activ¨® una serie de mecanismos que dieron cuerda al tren, ?toma ya! Un tren a cuerda y yo con estos pelos. Entr¨¦ de nuevo al tren y al fin pudimos irnos.