Pod¨ªan haber sido recordados por los logros deportivos, innovaciones en la comunicaci¨®n o grandes infraestructuras, pero los Juegos Ol¨ªmpicos de M¨²nich de 1972 siempre se ligar¨¢n al martes negro, el d¨ªa que el terrorismo hizo a?icos el esp¨ªritu ol¨ªmpico de convivir como una sola naci¨®n mundial.

Diez d¨ªas despu¨¦s del inicio de la competici¨®n, en la madrugada del 5 de septiembre, un grupo terrorista llamado Septiembre Negro se introdujo en la residencia de la delegaci¨®n israel¨ª y asesin¨® a dos de sus miembros, adem¨¢s de hacer rehenes a otros nueve. Tras largas horas de negociaciones, con la pretensi¨®n de los terroristas de alcanzar la liberaci¨®n de m¨¢s de 200 activistas palestinos, se les prometi¨® que ser¨ªan trasladados al aer¨®dromo de Furstenfeldbruck para facilitarles la hu¨ªda. All¨ª, la actuaci¨®n policial se vino abajo al darse cuenta los secuestradores del enga?o. De ese modo se desencaden¨® una masacre en la que murieron todos los rehenes, tres de los seis secuestradores y un polic¨ªa alem¨¢n.

Toda la programaci¨®n de los Juegos fue suspendida durante las 34 horas que dur¨® el secuestro y tras una ceremonia religiosa en el propio estadio se decidi¨® mediante una votaci¨®n que continuara la competici¨®n. Israel se decant¨® porque las pruebas se reanudaran, pero retir¨® a su equipo, al igual que Noruega, Holanda y Filipinas.

Otras controversias tambi¨¦n rodearon esta edici¨®n, como la expulsi¨®n previa de Rhodesia o la vuelta del Black Power con la sanci¨®n para los atletas americanos, que no pudieron participar en el 4x400 al haber tenido una conducta impropia en el podium de la prueba individual.

Dejando de lado lo extradeportivo, en esta ocasi¨®n la piscina dej¨® el tart¨¢n en un segundo plano. Y el culpable fue el americano Mark Spitz, estrella de estos Juegos con siete oros y otros tantos r¨¦cords mundiales. Tal fue su haza?a que los tres oros, una plata y un bronce de la nadadora australiana Shane Gould no tuvieron tanta repercusi¨®n.

Pero se vivieron muchas m¨¢s cosas en esta XX edici¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos. Por primera vez los jueces realizaron el juramento ol¨ªmpico y tambi¨¦n por primera vez una mujer, Heidi Schuller, llev¨® a cabo el de los atletas. Volvi¨® el tiro con arco al programa tras 52 a?os, entr¨® el balonmano, se incorpor¨® la categor¨ªa de slalom al pirag¨¹ismo y la primera mascota, el perro Waldi.

En atletismo brillaron el finland¨¦s Lasse Viren y el sovi¨¦tico Valeri Borzov. El primero logr¨® el oro en 5000 y 10000 metros mientras el segundo fue el primer europeo en hacer doblete en las pruebas de velocidad. En f¨¦minas, se introdujo el 1.500 y se cambiaron lo 80 metros vallas por los 100. La protagonista fue la alemana de 16 a?os Ulrike Meyfarth, la primera campeona en salto de altura al estilo Fosbury.

La URSS se impone en baloncesto. Otro de los momentos m¨¢s recordados fue la pol¨¦mica derrota de EE UU ante la URSS en la final de baloncesto. Los americanos, en su primera derrota ol¨ªmpica desde la implantaci¨®n de este deporte, se negaron a recoger las medallas que a¨²n hoy se encuentran en la c¨¢mara acorazada de un banco de M¨²nich.

Sobre el papel de los espa?oles, las de cal las dieron el boxeador Enrique Gonz¨¢lez Cal, con una medalla de bronce, y el fondista Mariano Haro, con un gran cuarto puesto en 10.000. Pero el ciclista Jaime Hu¨¦lano puso la de arena al ser descalificado por dopaje tras ser tercero en la prueba de ruta. Tambi¨¦n cabe destacar la participaci¨®n del entonces todav¨ªa Pr¨ªncipe de Espa?a Don Juan Carlos de Borb¨®n.

Estrellas

Medallero