Dark Souls II
Dark Souls II, gu¨ªa completa - Calabozo de exilio
?Cansado de morir una y otra vez? Si est¨¢s perdido y abrumado, y no sabes c¨®mo seguir tu aventura, no desesperes valiente guerrero. En nuestra gu¨ªa de Dark Souls II encontrar¨¢s toda la ayuda que necesitas para sobrevivir a la oscuridad.
Caballero de Heide
La fortaleza perdida es un lugar bastante amplio y complejo. Intentaremos dividirlo de manera clara y concisa para no perdernos entre sus muros. La hoguera est¨¢ en una de las celdas del pasillo de la izquierda. Cuando hayas descansado, sal del habit¨¢culo y continua hacia arriba.
Camina unos metros y ver¨¢s al caballero de Heide. Ya sabes, en tu mano est¨¢ si atacarle o no. La recompensa esta vez es una lanza de rayo. Ya que est¨¢s en esta zona, d¨¦jate caer por el fondo y recoge el tesoro que hay al final del acantilado. Regresa y d¨¦jate caer sobre la hierba. Encontrar¨¢s una escalera a la izquierda para volver a subir hasta la zona anterior y regresar a la hoguera.
Herrero de la Fortaleza Perdida
Una vez superada esta zona tendr¨¢s que superar un pasillo con perros en el que hay una verja met¨¢lica por el medio. No te preocupes, la palanca est¨¢ justo al lado. Gira y ver¨¢ una puerta cerrada. Al otro lado est¨¢ el herrero. De momento no podr¨¢s acceder a ¨¦l hasta haber conseguido la llave de la fortaleza.
Dicho objeto lo obtienes despu¨¦s de vencer a la Pecadora, uno de los cuatro grandes demonios. No falta mucho para enfrentarte a ella, pero por el momento es mejor esperar. Este herrero es un poco especial, ya que para ponerse a trabajar necesita unas ascuas determinadas, aunque eso, lo explicaremos detalladamente en otra secci¨®n.
Camino a la niebla
Para llegar a los centinelas realiza el camino anterior hasta llegar a la puerta del herrero. Cuando llegues frente a una largas escaleras, espera a que el enemigo lance el barril explosivo contra ti. Si se queda parado puedes comenzar a subir, pero mant¨¦n los ojos bien abiertos.
Sigue por el estrecho camino acabando con los perros los enemigos con alabarda. Al final encontrar¨¢s un torre¨®n y podr¨¢s hablar con Lucathiel, la pirata que encontraste en el Muelle de nadie. Da media vuelta y cruza por las piedras en ruinas hasta las casas de la izquierda. Una vez hecho esto ya no hay vuelta atr¨¢s.
Este tramo es especialmente duro y frustrante. Antes de abrir la puerta, has de saber que en cuanto des dos pasos saldr¨¢n de 3 a 5 enemigos a por ti. Adem¨¢s no son simples huecos, son soldados armados con espadas a dos manos y bastante resistentes.
Es mejor hacerlos salir que pelear en el interior del torre. Una vez dentro, d¨¦jate caer hacia abajo y luego a la izquierda. Ignora la puerta del final, al otro lado hay un precipicio. Sube por las escaleras y ve a la derecha para llegar a la niebla. Puedes eliminar a los soldados que quedan a la izquierda o pasar sigilosamente sin llamar su atenci¨®n.
En la hilera de celdas previa a la niebla, encontrar¨¢s la marca de invocaci¨®n de un NPC, un mago que ser¨¢ de vital ayuda especialmente si avanzas en solitario. La pelea que te espera al otro lado de la niebla no es nada f¨¢cil, tendr¨¢ que lidiar con tres enemigos casi al mismo tiempo.
Los Tres Centinelas de las Ruinas
Este combate puede convertirse en tu primer gran problema del juego. Tendr¨¢s que enfrentarte contra tres jefes a la vez, pero no desesperes, es cuesti¨®n de paciencia que puedas acabar con ellos. Si est¨¢s jugando en solitario, recupera tu humanidad en la zona y toca la marca del mago que hay en la celda.
Una vez cruces la niebla, tu primera preocupaci¨®n ha de ser esquivar el poderoso golpe a dos manos que te da en cuanto cruzas. Rueda contra tu enemigo para ponerte detr¨¢s de ¨¦l justo antes de que baje los brazos. Una vez superado el primer golpe, comienza el baile.
Basicamente tienes que aprender dos rutinas. La primera es una r¨¢faga de tres sablazos seguidos que tienen gran recorrido. En cuanto veas que empieza el golpe, al¨¦jate o p¨¦gate a ¨¦l tom¨¢ndole la espalda. Mientras el centinela realiza sus golpes, puedes aprovechar el momento para atacar, pero cuidado no te pille el arma mientras lo levanta pordetr¨¢s.
El segundo ataque que debes evitar es el sablazo a dos manos, haz lo mismo que al principio. Rueda hacia ¨¦l y pone en la espalda, despu¨¦s aprovecha para atacar o c¨²rate si lo necesitas. Si por alguna casualidad el centinela cae al suelo, no bajes bajo ning¨²n concepto. Espera pegado a la pared y al¨¦jate del borde para que no te alcance cuando vuelva a subir. Sigue bailando con ¨¦l hasta hacerlo caer.
Derrotado el primero, es el momento de bailar con los otros dos, lo cual complica considerablemente la situaci¨®n. Espera al primer arriba, si tienes hechizos, este es el mejor momento para lanzarlos, antes de que suba. Cuando est¨¦ debajo de la plataforma, al¨¦jate del borde y espera a que suba.
Aprovecha el momento para meterle unos cuantos golpes y, en cuanto veas que el segundo se aproxima, intenta saltar sobre ¨¦l golpeando mientras caes. Una vez en el suelo, ponte debajo de la plataforma en la que estabas y c¨²rate. Aqu¨ª empieza el baile final.
Ahora tendr¨¢s que mantener a los dos a raya. Si peleas con m¨¢s aliados, intenta separarlos lo m¨¢ximo posible entre ellos y lucha uno contra uno. Si luchas s¨®lo contra los dos, ten paciencia y espera a que ataquen, mientras se queden expuesto, aprovecha para atacar y vuelve a tomar distancia.
El truco est¨¢ en tratarlos como un s¨®lo enemigo, aunque sean dos, y sobretodo, no perder nunca de vista a ninguno (esto es funadmental). Aprende sus rutinas y podr¨¢s evitar los golpes con relativa facilidad. Si ves que uno empieza a rotar, corre a toda prisa hasta dejarlos atr¨¢s.
El tesoro de los Centinelas
Una vez derrotados, el primer impulso l¨®gico de cualquier h¨¦roe, es seguir adelante y dejar atr¨¢s la zona. Pero no tan raudo maese no-muerto. Antes dedica un tiempo a encontrar las cuatro c¨¢maras secretas que hay en la misma sala donde luchas contra el jefe. Ac¨¦rcate a las paredes y pulsa el bot¨®n de interactuar, cuando lo hagas sobre la entrada de un pasadizo ver¨¢s que el muro se abre dando paso a una gruta.