El Banco Mundial avisa: el coronavirus incrementa las desigualdades, sociales, econ¨®micas, y pone en riesgo la salud de las personas m¨¢s all¨¢ de la enfermedad. Y una de las partes m¨¢s afectadas es la nutrici¨®n.

Afirma que "las dietas poco saludables est¨¢n contribuyendo a condiciones preexistentes que las ponen en mayor riesgo", en relaci¨®n a las personas enfermas de coronavirus. Pero no s¨®lo a las enfermas. 

La dieta, clave en la salud 

Las dietas son cruciales para el estado de salud de las personas en todo el mundo. La comida no es una preocupaci¨®n perif¨¦rica: seg¨²n el informe Global Burden of Disease 2017, los riesgos metab¨®licos representaron la mayor¨ªa de los cinco principales riesgos de discapacidad y muerte. M¨¢s de 2 mil millones de personas tienen sobrepeso u obesidad, seg¨²n la FAO, con m¨¢s del 70% de ellas en pa¨ªses de ingresos bajos y medianos.

Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, los alimentos inseguros o perjudiciales causaron aproximadamente 600 millones de enfermedades y 420,000 muertes prematuras en 2010, lo que pone en peligro la salud y la seguridad nutricional de las personas.

Y la evidencia emergente a la que nos enfrentamos hoy sugiere que las personas con afecciones preexistentes relacionadas con la dieta, como la obesidad severa, la enfermedad card¨ªaca y la diabetes est¨¢n sufriendo consecuencias m¨¢s graves por COVID-19, incluidas enfermedades m¨¢s graves y una mayor necesidad de cuidados intensivos de salud, como respiradores.

Desnutrici¨®n: un problema end¨¦mico

La desnutrici¨®n tambi¨¦n debilita severamente el sistema inmunol¨®gico de las personas, aumentando las posibilidades de enfermarse, permanecer enferma y morir a causa de la enfermedad.

Las deficiencias de hierro, yodo, ¨¢cido f¨®lico, vitamina A y zinc son las m¨¢s generalizadas, con m¨¢s de 2 mil millones de personas afectadas en todo el mundo. Esta "hambre oculta" no solo aumenta el riesgo de morbilidad y mortalidad, sino que tambi¨¦n contribuye al crecimiento deficiente, el deterioro intelectual y las complicaciones perinatales. Esto reduce el capital humano y las perspectivas de desarrollo de los pa¨ªses.

El coronavirus, la COVID-19 pone en riesgo las dietas a trav¨¦s de la interrupci¨®n de los servicios de salud y nutrici¨®n, p¨¦rdida de empleos e ingresos, interrupciones en las cadenas locales de suministro de alimentos y como resultado directo de infecciones entre personas pobres y vulnerables. Algo de lo que alerta el Banco Mundial.

A la vez, ante la crisis econ¨®mica, aumenta la venta de bocadillos y alimentos no perecederos, frente a los alimentos frescos, como las verduras y las frutas, o los alimentos ricos en prote¨ªnas, como las legumbres, el pescado y la carne. Los fabricantes de "comida basura", afirma la instituci¨®n, ven la crisis como una oportunidad para ampliar su cuota de mercado.