La pereza es uno de los obst¨¢culos para la vida sana. En los pa¨ªses desarrollados en que los servicios son f¨¢ciles y accesibles, las comunicaciones fluidas y extensas, elegir otras opciones forma parte de una actitud activa. Los investigadores de la Escuela de Negocios Cornell han comprobado hasta qu¨¦ punto un detalle puede llevar a una decisi¨®n m¨¢s c¨®moda por falta de voluntad cuando han analizado los datos de alquiler de bicicletas compartidas en Par¨ªs.

"Si una estaci¨®n de bicicletas compartidas est¨¢ a m¨¢s de dos o tres manzanas de distancia, simplemente no ir¨¢n", explica Karan Girotra, profesora de Operaciones, Tecnolog¨ªa e Innovaci¨®n en la escuela de negocios estadounidense. Los datos del an¨¢lisis del sistema 'V¨¦lib' en Par¨ªs refrendan su teor¨ªa. El modelo determin¨® que alguien a aproximadamente 300 metros de una estaci¨®n de bicicletas tiene un 60 % menos de probabilidades de usar el servicio que alguien que est¨¢ muy cerca de la estaci¨®n. Las probabilidades disminuyen ligeramente con cada metro adicional, de modo que alguien a 500 metros de distancia es "altamente improbable que use el sistema".

Las cifras revelan que el cambio hacia una vida m¨¢s sostenible y saludable en las ciudades debe afrontar este problema. En el sistema parisino se disponen 17.000 bicicletas repartidas en 950 estaciones (el servicio m¨¢s grande fuera de China), pero tienen el mismo problema que todos: la pereza, la falta de tiempo o simplemente la falta de voluntad. "Si se encuentran con una estaci¨®n sin bicicletas, es muy poco probable que vayan a la siguiente estaci¨®n", recuerda Girotra.

Los investigadores han querido llamar la atenci¨®n sobre la transformaci¨®n de las ciudades porque entienden las motivaciones de quienes renuncian a caminar en busca del veh¨ªculo de dos ruedas. "No sorprende que la gente quiera estaciones cerca", aclara Elena Belavina, otra de las autoras del estudio. Incide en que las planificaciones de ubicaci¨®n est¨¢n m¨¢s cerca de lo que se pens¨® y pero se ha demostrado que no ha suficiente.

M¨¢s bicicletas y m¨¢s estaciones

Seg¨²n el modelo, salvo en las principales estaciones, se necesitan m¨¢s bicicletas y puntos de recogida. Se requieren redes de bicicletas compartidas mejor repartidas. Por ejemplo, cuando las unidades se aparcan cerca de supermercados, aumentan los viajes. Los an¨¢lisis recomiendan reubicaciones en puntos con cajeros autom¨¢ticos bancarios o junto a comercios para incentivar el veh¨ªculo no contaminante. "No est¨¢n cerca de su densidad ¨®ptima", insiste Belavina. Adem¨¢s, sostienen que podr¨ªa ser aplicable tambi¨¦n a las bicicletas el¨¦ctricas, motos, servicios a domicilio y otros transportes colaborativos.

Los especialistas consideran que el problema de estos sistemas en lugares como Nueva York, Par¨ªs o Shangh¨¢i es que se desarrollaron con demasiada rapidez con una planificaci¨®n poco rigurosa para abaratar los costes. Seg¨²n su modelo, con aumentar un 10 % la disponibilidad de bicicletas en estos lugares aumentar¨ªan las probabilidades de encontrar bicicletas libres en todas las estaciones y el n¨²mero de ciclistas urbanos se elevar¨ªa un 12 %.

El estudio defiende que simplemente con una mejor expectativa aumentar¨ªa la fuerza de voluntad. Y mandan un mensaje a Par¨ªs, Londres y Nueva York. "Haga que las bicicletas y las estaciones est¨¦n m¨¢s disponibles. A la gente no le gusta caminar para acceder a un sistema de bicicletas compartidas", aconseja Girotra.