Los tel¨¦fonos m¨®viles se han convertido en modificadores de conducta. Cada vez m¨¢s individuos caminan mirando al tel¨¦fono m¨®vil en lugar de al frente, viven absorbidos por sus dispositivos incluso en eventos sociales y las terapias de adicci¨®n suman nuevos tecnoadictos. Una de las fronteras que ha cruzado es la del sue?o, ya que el uso del 'smartphone' puede provocar malos h¨¢bitos que afectan a la salud y la capacidad para dormir.

La Universidad Femenina de Sugnshin (Se¨²l) estudi¨® los comportamientos de m¨¢s de un centenar de adultos y descubri¨® que aquellos que retrasaban su hora de acostarse ten¨ªan m¨¢s problemas tambi¨¦n para levantarse. Los individuos que se quedaban hasta tarde despiertos sol¨ªan meterse en la cama con 50 minutos de retraso (de promedio) repecto a los otros y se levantaban 46 minutos m¨¢s tarde (de promedio) de lo que marcaba el despertador.

Esta costumbre se asocia a perjuicios relacionados con el m¨®vil como la perdida de sue?o o un estado de ¨¢nimo negativo. La raz¨®n principal es que el cambio de comportamiento interfiere en la salud. Seg¨²n el estudio, estas personas reconocieron ?significativamente m¨¢s depresi¨®n, ansiedad e insomnio? en sus diarios y se revelaron m¨¢s noct¨¢mbulos. Los datos motraron que tambi¨¦n su calidad del sue?o fue m¨¢s baja.

Enganchados al m¨®vil

Para descubrir los motivos de la procrastinaci¨®n de la hora de acostarse se analizaron los estilos de vida de unos y otros. Los que dilataron su viaje a la cama hab¨ªa pasado m¨¢s tiempo participando en actividades recreativas y de grupo, pero la mayor diferencia fue en el tiempo que se pasaron mirando la pantalla de su tel¨¦fono. Seg¨²n el informe coreano, aquellos que desarrollaron m¨¢s problemas para dormir ocuparon 61 minutos m¨¢s de media mirando a su celular.

Los especialistas han alertado sobre este tipo de comportamientos que interfieren negativamente con el sue?o y el estado de ¨¢nimo. Los j¨®venes coreanos dedicaban 79,5 minutos a usar el m¨®vil de los 180 previos al sue?o, lo que influ¨ªa en su negativa predisposici¨®n para dormir.

Dif¨ªcil distinguir las se?ales de d¨ªa o noche

El problema es ya conocido. En 2015, la Universidad de Connecticut public¨® una investigaci¨®n que alertaba de que la exposici¨®n a la luz artificial puede provocar interrupciones en los ritmos circadianos que controlan los ciclos vitales diurnos y nocturnos. La luz de la pantalla del m¨®vil es mala porque el cerebro asocia lo luminosos con la actividad. Con los est¨ªmulos lum¨ªnicos el cuerpo no se prepara para pasar a la fase de sue?o. Adem¨¢s, los tel¨¦fonos m¨®viles suelen suponer mayor interactividad por parte de los usuarios, lo que crea un mayor obst¨¢culo a la hora de encontrar la relajaci¨®n que favorece el comienzo del sue?o. A las malas noches se unen los dif¨ªciles despertares y los correspondientes problemas de salud.