El peligro del teletrabajo y los viajes a la nevera: ?por qu¨¦ lo hacemos?
Trabajar en casa tiene beneficios, pero tambi¨¦n inconvenientes, y en este caso podemos engordar m¨¢s de la cuenta si cada vez que acudes a la nevera picas.
Qu¨¦ tiene la nevera que nos atrae tanto cuando no sabemos qu¨¦ hacer. Por qu¨¦ miramos una y otra vez pensando que algo habr¨¢ cambiado desde hace media hora. Pues hay una explicaci¨®n l¨®gica. Y m¨¢s ahora que pasamos tanto tiempo en casa trabajando.
"Todo cambi¨® en marzo de 2020, y hay h¨¢bitos que hemos tenido que mejorar. Teletrabajar y comer sano no siempre es f¨¢cil. Pero te podemos dar las claves para que entiendas c¨®mo la tensi¨®n, la ansiedad, el nerviosismo, y el desconectar muy poco te afectan", nos cuenta el psic¨®logo Richard Mart¨ªnez.
Por qu¨¦ abrimos la nevera una y otra vez
"La ¡°casa oficina¡±, en la mayor¨ªa de las ocasiones, no ofrece el espacio id¨®neo para trabajar. No todo el mundo vive solo, tiene un despacho con todo lo necesario para poder atender convenientemente su trabajo. La comida se convierte en un recurso cada vez m¨¢s frecuente por la facilidad de acceso. Cuanta m¨¢s comida hay en casa, m¨¢s se come, y no solamente para evitar que se pierda. Hagan la prueba. Los problemas empiezan cuando ingerimos sin tener hambre por aburrimiento, por estr¨¦s, por falta de relaci¨®n con el entorno, por temores¡", explica a Deporte y Vida.
"Cuando sentimos ganas de engullir alimentos sin tener hambre, algo nos est¨¢ sucediendo. Existen varias opciones para superar esta tentaci¨®n y comportamiento obsesivo. La primera de ellas es cuando vamos a hacer la lista de la compra".
"Es aconsejable incluir alimentos saludables y variados. ¡°Saludables¡± no significa veganos, bio o ecol¨®gicos. ¡°Saludables¡± significa lo m¨¢s natural posible, variado y con los menores aditivos. Si compramos un fiambre de pavo, por ejemplo, podemos constatar que tiene pocas calor¨ªas. Al leer los ingredientes, sin embargo, apreciamos que est¨¢ compuesto por un m¨ªnimo de carne de pavo, pero s¨ª abundante f¨¦cula, gelatinas, col¨¢genos, colorantes, conservantes, az¨²cares y potenciadores de sabor", a?ade.
"Nuestro organismo omn¨ªvoro, es decir con capacidad de ingerir todo tipo de sustancia org¨¢nica, necesita buenas grasas, carbohidratos, az¨²cares, prote¨ªnas, vitaminas, oligoelementos, minerales y muchas otras sustancias, pero siempre en dosis saludables. ?C¨®mo se puede saber lo que a nuestro cuerpo le sobra o de lo que carece? De la manera m¨¢s sencilla: escuch¨¢ndole. Pongamos otro ejemplo. Al abrir la nevera sin saber lo que queremos, hag¨¢monos esta pregunta: ?Tengo hambre o sed? En la mayor¨ªa de los casos es sed. Bebamos un vaso de agua y si necesitamos un ¡°potenciador de sabor¡± agreguemos el zumo de alg¨²n c¨ªtrico o una hierba arom¨¢tica como la menta o hierbabuena. Despu¨¦s de un rato, volvamos a preguntarnos. Seguramente nuestro apetito habr¨¢ variado de opci¨®n", detalla.
?Refleja la comida, nuestra cesta de la compra, nuestro estado de ¨¢nimo?
"Los alimentos so?ados tienen mayor importancia que los alimentos reales. Sin lugar a duda, los alimentos reflejan nuestro estado de ¨¢nimo. Por ejemplo, el chocolate para suavizar la pena contiene anandamida (sustancia que act¨²a como el c¨¢nnabis sobre nuestro sistema nervioso, tambi¨¦n se le llama endocanabinoide) y la feniletilamina (que act¨²a como un antidepresivo). De la misma forma, nos tomamos un caf¨¦ (cafe¨ªna) o infusi¨®n para darnos un ¡°chute¡± cuando tenemos un baj¨®n", a?ade el psic¨®logo asturiano.
"Por otro lado, si observamos un carro repleto de comidas procesadas, precocinadas, boller¨ªa y aperitivos varios podemos inferir una serie de conclusiones tales como que en esa casa no se cocina, no saben cocinar, no tienen tiempo para cocinar, no poseen h¨¢bitos alimenticios saludables, etc. Nuestro estado de ¨¢nimo es mucho menos observable".
Sin embargo, los profesionales de la salud y del comportamiento podemos considerar ciertos indicadores de cu¨¢l puede ser el estado de ¨¢nimo de la persona. Uno de esos indicadores es la cantidad de alimentos que llenan el carro. Seg¨²n los h¨¢bitos ¡°naturales o cotidianos¡± de la familia o de esa persona, se podr¨ªa apreciar si hay un exceso de alimentos tanto perecederos como no perecederos, si son procesados o preparados, si son dulces o salados, si son derivados de l¨¢cteos. En estos casos s¨ª que podemos inferir el estado de ¨¢nimo seg¨²n el ¡°comportamiento alimentario¡±.
El placer de comer
Seg¨²n la nutricionista canadiense Marilyn Manceau, los alimentos nos proporcionan placer por el gusto, la textura, el contexto en el cual son consumidos. Mejoran nuestra moral y nos facilitan un sentimiento de satisfacci¨®n. "Una comida fuerte y grasienta, dif¨ªcil de digerir, puede perturbar nuestro estado de humor. A la inversa, nuestro estado psicol¨®gico influye tambi¨¦n en nuestro consumo de alimentos. La ira y la alegr¨ªa nos empujan a comer mayores cantidades de alimentos que la pena o el miedo. Sin embargo, el estr¨¦s puede aumentar o disminuir nuestra ingesta".
"No debemos descartar los aspectos socioculturales, la ¨¦poca y el lugar en el cual vivimos. No es lo mismo abastecernos en una ciudad repleta de supermercados que en un pueblo de monta?a. La disponibilidad de los productos, su variedad, el poder de elecci¨®n, la localizaci¨®n y la accesibilidad, son variables que act¨²an sobre el comportamiento de las personas, tanto en la alimentaci¨®n como en cualquier art¨ªculo de consumo", nos detalla el profesional que trabaja en Gij¨®n.
De igual manera, algunas festividades incitan al consumo y a la ingesta casi indecente de alimentos, mientras que, en otras, el ayuno es el que predomina. La continua exposici¨®n a la publicidad, como bien se sabe, posee una enorme influencia sobre los factores psicol¨®gicos.
"Las poblaciones m¨¢s desfavorecidas suelen tener una menor confianza en su capacidad de controlar su dieta y su salud, tambi¨¦n poseen una baja autoestima. No se sienten capaces de realizar los cambios esperados para avanzar hacia una conducta alimentaria mejor y m¨¢s saludable, por lo que suelen rehusar dichos cambios. Este obst¨¢culo, que a menudo se pasa por alto, contribuye al rechazo que se observa frente a las campa?as de los medios de comunicaci¨®n que abogan por comportamientos demasiado alejados de sus h¨¢bitos. Las personas desfavorecidas tambi¨¦n tienen dificultades para proyectarse hacia el futuro debido a las dificultades inmediatas de la vida. La relaci¨®n con la salud se ve a trav¨¦s de la enfermedad, como una fatalidad sobre la que el comportamiento individual tiene poca influencia. Por este motivo, los recursos econ¨®micos, la estructura familiar, el sistema de educaci¨®n recibido y la edad de las personas son tambi¨¦n factores a tener en cuenta a la hora de evaluar los comportamientos alimenticios, y por consiguiente el carro de la compra".
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