A estas alturas nadie se sorprender¨¢ si afirmamos que en una dieta que se precie de ser saludable y equilibrada no deben faltar frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos, aceite de oliva, productos l¨¢cteos desnatados o semidesnatados y fuentes de prote¨ªnas saludables de origen animal o vegetal. Y, de igual forma, deber¨ªamos saber qu¨¦ tipos de alimentos debemos desterrar de la dieta.

Nos referimos principalmente los alimentos ultraprocesados, que no son otra cosa que preparaciones industriales elaboradas a partir de sustancias derivadas de otros alimentos que incluyen largas listas de aditivos (conservantes, colorantes, edulcorantes o potenciadores del sabor), con muy poco valor nutricional, que tienen un contenido rico en grasas, az¨²car o sal y aportan una cantidad ingente de calor¨ªas.

El nutricionista Carlos R¨ªos, que abandera desde hace tiempo el movimiento Realfooding, lo tiene claro. ¡°Los alimentos tienen una compleja matriz alimentaria, la cual es saludable en su forma natural y m¨ªnimamente procesada. El grado de procesamiento de estas materias primas lo hemos pasado por alto, ignorando los posibles efectos que alteran al alimento y que tienen repercusi¨®n en nuestra salud¡±, explica.

Ultraprocesados y aumento de peso: dos ejemplos

Una reciente investigaci¨®n a cargo del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de EEUU, pone de manifiesto que un consumo de alimentos ultraprocesados prolongado en el tiempo puede conllevar un considerable aumento de peso y aumentar el riesgo de sufrir determinadas enfermedades tanto de car¨¢cter metab¨®lico como cardiovascular.

Los resultados del trabajo en el que se comparaban dos tipos de patr¨®n alimentario, publicado en la prestigiosa revista ¡®Cell Metabolism¡¯, indican que aquellas personas cuya dieta fue a base de alimentos ultraprocesados inger¨ªan una media de 500 calor¨ªas m¨¢s en relaci¨®n al otro grupo que llevaba una dieta saludable y el aumento de peso fue de 1 kilogramo, que fue justo la cantidad de peso que perdi¨® el grupo de alimentos m¨ªnimamente procesados. Es decir, la diferencia entre adherirse a una dieta o a la otra fue de dos kilos en tan solo dos semanas.

Pero adem¨¢s, reducir la ingesta diaria de calor¨ªas no solo puede traducirse en la p¨¦rdida de peso corporal sino que adem¨¢s puede conllevar una serie de beneficios para la salud como la mejora los niveles de colesterol, la presi¨®n arterial, el az¨²car en la sangre y otros marcadores relacionados con enfermedades metab¨®licas o cardiovasculares.

Al menos es la conclusi¨®n principal de una investigaci¨®n a cargo de expertos de la Universidad de Duke (EEUU), publicada en la revista 'The Lancet Diabetes & Endocrinology', que sugiere importantes mejoras en la salud y el control del peso corporal incluso en personas adultas que ya tienen un peso saludable.

Y es que los investigadores hallaron que quienes eliminaron de su dieta 300 calor¨ªas al d¨ªa durante dos a?os perdieron de media 7,5 kilos (5,3 kilos de grasa) en comparaci¨®n con quienes mantuvieron una dieta, digamos, normal. Unas calor¨ªas extra que perfectamente pueden corresponder a las que aportan los ultraprocesados que no aportan nada m¨¢s que quebraderos de cabeza.