El ayuno intermitente se ha convertido en una dieta popular a pesar del debate entre los expertos. Un estudio de 2018 de la Universidad de la Pompeu Fabra (UPF) determin¨® que ?con el an¨¢lisis de las evidencias disponibles, se ha concluido que, hoy por hoy, la pr¨¢ctica del ayuno espor¨¢dico o intermitente por motivos de salud no tiene justificaci¨®n cient¨ªfica?. En cambio, la Sociedad Espa?ola de Nutrici¨®n y Medicinia Ortomolecular sostiene que ?es una herramienta eficaz para abordar numerosas enfermedades cr¨®nicas?. Desde Estados Unidos llega un nuevo argumento con un estudio de m¨¢s de 25 a?os de duraci¨®n.

El neurocient¨ªfico de la Johns Hopkins Medicine, Mark Mattson, ha publicado en la Revista de Medicina de Nueva Inglaterra un informe en que incluye su propia experiencia durante los ¨²ltimos 20 a?os sobre el ayuno intermitente. El profesor quiso aclarar si los ayunos c¨ªclicos pueden ayudar a los pacientes y acab¨® una conclusi¨®n prudente pero avanzada: ?el ayuno intermitente podr¨ªa ser parte de un estilo de vida saludable? pero algunos investigadores ?no entienden completamente los mecanismos espec¨ªficos del cambio metab¨®lico?.

Dos tipos de ayuno intermitente

Seg¨²n el experto, hay dos tipos de dietas de ayuno intermitente. En el primer caso, se reduce el horario de alimentaci¨®n a menos de ocho horas diarias. ?Comer en un intervalo de s¨®lo seis horas durante la ma?ana y ayunar las 18 horas restantes, mejora la funci¨®n pancre¨¢tica, la sensibilidad a la insulina, la tensi¨®n arterial y el estr¨¦s oxidativo?, seg¨²n la Sociedad Espa?ola de Nutrici¨®n y Medicinia Ortomolecular. En el segundo, se escogen dos d¨ªas de la semana en que se moderar¨¢ la ingesti¨®n de comida. Un estudio de la Universidad del Sur de M¨¢nchester con este segundo ritmo comprob¨® en mujeres que perd¨ªan el mismo n¨²mero de calor¨ªas que con una dieta normal pero que mejoraba su sensibilidad a la insulina (un factor de prevenci¨®n de diabetes) y que reduc¨ªa su abdomen (para adelgazar). Adem¨¢s, una investigaci¨®n de la Universidad de Toronto tambi¨¦n ha relacionado el ayuno intermitente con una mejora en la retenci¨®n de la memoria, aunque la comunidad cient¨ªfica prefiere recoger m¨¢s evidencias antes de apuntalar la teor¨ªa de una relaci¨®n directa.

En su informe, Mattson recuerda que algunos estudios con animales y humanos han demostrado que esta alternancia ?favorece la salud celular, probablemente al desencadenar una antigua adaptaci¨®n a los per¨ªodos de escasez de alimentos?. En momentos de ayuno es cuando las c¨¦lulas recurren a sus reservas de energ¨ªa de acceso r¨¢pido a base de az¨²car de acceso r¨¢pido y comienzan a convertir la grasa en el combustible que necesitan en un proceso metab¨®lico m¨¢s lento. Seg¨²n el profesor de la Johns Hopkins Medicine, se ha confirmado que este cambio ?mejora la regulaci¨®n del az¨²car en la sangre, aumenta la resistencia al estr¨¦s, suprime la inflamaci¨®n, disminuye la presi¨®n arterial, se reducen los niveles de l¨ªpidos en la sangre y baja la frecuencia card¨ªaca en reposo?. En definitiva, argumenta que el ayuno intermitente es m¨¢s saludable y alarga la vida.

Problemas de adaptaci¨®n

El autor principal del estudio quiere trasladar sus descubrimientos a la vida diaria para reducir los riesgos de obesidad y diabetes, aunque reconoce las dificultades. ?Algunas personas no pueden o no quieren adherirse al ayuno intermitente?, reconoce Mattson. Se trata de un paso dif¨ªcil puesto que durante la adaptaci¨®n al cambio hay que superar la sensaci¨®n de hambre o el mal humor. Seg¨²n su propia experiencia, las condiciones de malestar se superan despu¨¦s de dos semanas o un mes, cuando ?el cuerpo y el cerebro se acostumbran al nuevo h¨¢bito? con per¨ªodos de adaptaci¨®n progresivos.

El defensor del ayuno intermitente es optimista y quiere difundir su teor¨ªa m¨¢s all¨¢ de los libros. Antes tendr¨¢ que convencer a sus compa?eros de profesi¨®n. ?Estamos en un punto de transici¨®n en el que pronto podr¨ªamos considerar incorporar la informaci¨®n sobre el ayuno intermitente al plan de estudios de la Escuela de Medicina junto con consejos est¨¢ndar sobre dietas saludables y ejercicio?, avanza.

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La falta de evidencias cient¨ªficas sobre el ayuno intermitente

Mattson se enfrenta a rivales muy seguros que apuntan contraindicaciones. ?Las personas que practican el ayuno lo hacen buscando diversos efectos sobre la salud, principalmente la p¨¦rdida de peso y la reducci¨®n del riesgo de enfermedades cr¨®nicas, como la diabetes y la enfermedad coronaria; incluso, hay quien lo hace con el fin de mejorar su estado de ¨¢nimo o de alargar la vida. Aunque hay estudios en humanos que sugieren dichos efectos, todav¨ªa es temprano para confirmarlos o descartarlos, pues las investigaciones realizadas son pocas y su calidad es insuficiente. Cualquier recomendaci¨®n que promueva el ayuno para reducir peso, prevenir enfermedades cr¨®nicas o mejorar el estado de ¨¢nimo carece de fundamento cient¨ªfico?, plantea un informe del a?o 2018 del proyecto Nutrimedia del Observatorio de la Comunicaci¨®n Cient¨ªfica (OCC) del Departamento de Comunicaci¨®n de la UPF.