En el mundo cada vez es m¨¢s habitual encontrarse con grupos de personas que, en los aleda?os de los mataderos, piden a los camioneros que transportan ganado que se detengan para llevar a cabo lo que se conoce como vigilia vegana. Un fen¨®meno al alza con el que se persigue dar cari?o a los animales antes de ser sacrificados, concienciar sobre su sufrimiento y denunciar lo que consideran una pr¨¢ctica cruel y prescindible.

En Espa?a es una pr¨¢ctica m¨¢s o menos reciente, pero en el mundo ya existe una larga tradici¨®n de vigilias veganas celebradas y casos c¨¦lebres entre el activismo. Como el de la canadiense Anita Krajnc, co-fundadora del movimiento Toronto Pig Save, que en 2015 pudo incurrir en un delito penal seg¨²n las leyes de aquel pa¨ªs por el simple hecho de darle de beber agua a unos cerdos mientras se dirig¨ªa al matadero. Se enfrentaba a seis a?os de c¨¢rcel, pero finalmente fue absuelta en 2017.

Momentos de drama

Los momentos de drama y de tensi¨®n que se viven durante una vigilia vegana no son ni mucho menos impostados. Hay personas que lo pasan realmente mal, aunque son conscientes de que los animales sufren infinitamente m¨¢s que ellas. Entre susurros, l¨¢grimas, caricias y abrazos, los participantes se despiden de los animales para dar paso a un silencio premonitorio.

¡°Las vigilias son duras, pero profundamente importantes. Con demasiada frecuencia, nuestras opiniones con respecto a los animales provienen de abstracciones, pero enfrentarnos con animales sensibles y emocionales que no han experimentado nada m¨¢s que dolor y brutalidad a manos de los humanos, y est¨¢n a punto de ser sacrificados, es horrible y desgarrador. Si vas a una vigilia y no eres un activista de los derechos de los animales comprometido, lo ser¨¢s cuando te vayas¡±, explicaba el m¨²sico Moby, reconocido activista, en una publicaci¨®n en Instagram el pasado mes de marzo.

En un pa¨ªs como Espa?a, con una tradici¨®n muy arraigada en la cr¨ªa de ganado, principalmente porcino, ovino y vacuno, y en el que la ingesta de alimentos derivados todav¨ªa tiene un enorme peso, es complicado revertir la din¨¢mica, pero eso no impide que la concienciaci¨®n sobre el maltrato animal y el consumo insostenible de carne que aducen los animalistas vaya en aumento.