Tanto la modificaci¨®n horaria que tiene lugar en verano como la que se ha realizado recientemente, para cambiar al horario de invierno, provoca ligeras alteraciones en nuestras rutinas diarias que, aunque para una gran parte de la poblaci¨®n son pr¨¢cticamente imperceptibles, no lo son tanto para aquellas personas que padecen alguna enfermedad neurol¨®gica. Y es que los cambios en los horarios de comidas, de sue?o o en el n¨²mero de las horas que dedicamos a dormir, y que se ven modificados por el cambio horario, afectan especialmente a personas que padecen cefaleas, epilepsia, trastornos de sue?o o enfermedades neurodegenerativas.

En el caso de las cefaleas, los cambios horarios en las rutinas diarias son uno de los principales desencadenante de ataques de dolor de cabeza. ¡°El cerebro de una persona que sufre dolores de cabeza es hipersensible a cualquier cambio, por muy l¨®gicos o moment¨¢neos que parezcan. Por eso, una de las principales recomendaciones que hacemos a nuestros pacientes es que intenten mantener el mismo ritmo de comidas y sue?o durante todos los d¨ªas de la semana. Algo complicado de llevar a cabo si se producen cambios de horario, bien por la adaptaci¨®n a los horarios de verano o invierno, o cuando realizamos viajes a pa¨ªses con distinta franja horaria¡±, explica el Dr. Jes¨²s Porta-Etessam, Director de la Fundaci¨®n del Cerebro.

Por otra parte, la variaci¨®n del ritmo de sue?o, sea por exceso o por defecto, tambi¨¦n se reconoce como desencadenante de crisis de dolor de cabeza. Y en el caso de la migra?a, a¨²n se hace m¨¢s patente: un 35% de las personas que padecen migra?a consideran los cambios en los tiempos de sue?o como el principal desencadenante de sus crisis. ¡°La mayor¨ªa de las personas, cuando duermen m¨¢s o menos de lo habitual, al despertarse, suelen experimentar una ligera cefalea que suele desaparecer cuando iniciamos nuestra actividad. No obstante, en una persona predispuesta a tener dolor de cabeza, esto puede evolucionar en el desarrollo de una crisis¡±, se?ala el Dr. Jesus Porta-Etesam. ¡°Y en estos d¨ªas, en los que nuestro cerebro a¨²n se est¨¢ habituando al cambio de horario, es muy habitual que durmamos m¨¢s o menos de lo habitual y que surjan este tipo de trastornos¡±.

En todo caso, lo habitual es que los efectos del cambio horario solo duren unos pocos d¨ªas. Normalmente una persona tarda una media de entre 2 a 7 d¨ªas en adaptarse al nuevo horario, que es lo que necesita el cerebro para reajustar su actividad y que nuestras funciones corporales y nuestra conducta sea la adecuada en cada momento. ¡°Nuestro cerebro tiene mecanismos para autorregularse mediante un sistema hormonal y de neurotransmisores, vinculados sobre todo a la luz, y que son los que marcan los ciclos para tener sue?o, hambre, etc.¡±, explica el Dr. Jesus Porta-Etesam. ¡°Aunque es verdad que no todos los d¨ªas del a?o tenemos las mismas horas de luz, habitualmente este cambio es muy gradual, lo que permite a nuestro reloj interno ajustarse sin dificultades, pero si los cambios son m¨¢s bruscos ¨Ccomo ocurre cuando se produce el cambio horario- la adaptaci¨®n puede ser m¨¢s dif¨ªcil¡±.

Los estudios que se han realizado hasta la fecha indican que, en personas sanas, ni?os y ancianos son los segmentos de la poblaci¨®n que m¨¢s dificultad tienen para adecuarse al nuevo horario porque las estructuras cerebrales encargadas de regular el ciclo vigilia-sue?o se adaptan peor a los cambios. Para evitar los efectos secundarios derivados de cambio horario es recomendable reajustar poco a poco el horario de comidas y sue?o, evitar siestas, comer y cenar ligero, evitar el consumo de alcohol, cafe¨ªna y nicotina y hacer ejercicio.