El dolor cr¨®nico no oncol¨®gico se define como aquel que persiste en un per¨ªodo de tiempo superior a los tres meses de forma continua o intermitente, m¨¢s de cinco d¨ªas por semana. Pasa de ser un s¨ªntoma a una enfermedad con entidad propia.

Es un problema de salud p¨²blica a nivel mundial, con una alta prevalencia (el 31% de la poblaci¨®n mayor de 15 a?os, seg¨²n la Encuesta de Salud de Catalu?a 2014, tiene dolor) y tiene una marcada repercusi¨®n en la calidad de vida f¨ªsica, ps¨ªquica, laboral, social y econ¨®mica de las personas que lo padecen y su entorno.

Seg¨²n la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC) y la Sociedad Catalana de Dolor, es fundamental el tratamiento precoz y adecuado para mantener la funcionalidad f¨ªsica y mental del paciente, y mejorar su calidad de vida. Y requiere un abordaje multimodal, incluyendo, aparte de los f¨¢rmacos, otras intervenciones no farmacol¨®gicas y la participaci¨®n activa de los propios enfermos.

En este contexto, como aseveran los expertos, es fundamental el papel de la Atenci¨®n Primaria. De hecho, m¨¢s del 50% de las consultas de Atenci¨®n Primaria est¨¢n relacionadas con el DCNO, y son estos profesionales, casi siempre, los primeros en diagnosticar y tratar enfermedades que causan dolor, tanto agudo como cr¨®nico, por lo que son el eje central de la asistencia al paciente con dolor.

Por lo tanto, es b¨¢sico que desde la Atenci¨®n Primaria se proporcione una atenci¨®n segura con una atenci¨®n sanitaria integral que englobe prevenci¨®n, diagn¨®stico correcto de los diferentes tipos de dolor, tratamiento farmacol¨®gico y no farmacol¨®gico adecuado, y una coordinaci¨®n ¨¢gil entre los diferentes niveles asistenciales.