Watch Dogs: Legion, un viaje entre Chicago, San Francisco y Londres; repaso y antecedentes

Esta recta final de a?o cobra especial relevancia para los intereses de Ubisoft. En apenas medio mes de diferencia lanzará dos entregas de sus principales IP de cabecera. Por un lado nos espera la odisea vikinga de Assassin’s Creed: Valhalla para el próximo 10 de noviembre. Mientras tanto, la siguiente parada nos llevará al otro lado de la máquina del tiempo: un futuro que no está tan lejos.

La Londres de Watch Dogs: Legion ya ha pasado por nuestras manos en más de una ocasión. Desde las primeras impresiones os comentábamos cómo Ubisoft Toronto había logrado innovar a través de la mecánica Play as Anyone. Poder reclutar y controlar a cada NPC del mundo es un paso más en una fórmula de mundo abierto que nos es familiar, reconocible. Pero para llegar a este punto tuvimos que pasar por Chicago y San Francisco. Recapitulamos los antecedentes que nos han llevado a esta Inglaterra post brexit.

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Watch Dogs, el vigilante de Chicago

Todos recordarán la presentación de Watch Dogs durante el E3 2012. Más allá del aspecto gráfico que lucía, la compa?ía presentaba un mundo abierto con un tono diferente, oscuro, que huía del juego de luces tropical de Far Cry 3. Veíamos a un personaje que controlaba la ciudad a golpe de click. Semáforos, trenes, la potencial peligrosidad de un individuo… todo el peso recaía sobre un smartphone a modo de mirada hacia el futuro que nos esperaba.

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Una vez en el mercado, las cartas estaba sobre la mesa. La primera entrega llegaría apenas seis meses después de la nueva generación de consolas. PS4 y Xbox One recibieron un port intergeneracional que servía como carta de presentación hacia lo que estaba por llegar. Chicago fue el escenario elegido para protagonizar la trama de desventuras de Aiden Pearce, el proclamado vigilante por opinión popular.

Watch Dogs a los mandos se sentía el sandbox tradicional anclado en el presente. Había espacio para la conducción, investigación, disparos en tercera persona… todos los ingredientes que podríamos ver en cualquier Grand Theft Auto. Esa base reconocida tenía un motivo de peso: el hackeo. Las formas de interactuar con el entorno se expandían frente a lo visto con anterioridad. Se sentía diferente poder meternos en cámaras de vigilancia para controlar el entorno, o poder crear vías de escape con nuestro smartphone. La ciudad ofrecía los elementos necesarios para cambiar su situación en tiempo real. ?Necesitamos huir de la policía? Simplemente pon en verde los semáforos y haz que el tráfico colapse un cruce.

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También contaba con elementos diferenciadores. En plena moda de mezclar el entorno en línea con la campa?a para un jugador, podíamos sufrir invasiones de otros hackers en tiempo real. Cuando eramos víctimas de uno, debíamos buscar al invasor antes de que terminara el contador. El juego del gato y el ratón de toda la vida, solo que buscando a alguien que se hace pasar por cualquier NPC. En esta casa obtuvo una calificación de 8 sobre 10, donde decíamos que era un videojuego “divertido, entretenido y variado”.

Watch Dogs 2, de vueltas por Silicon Valley

Dos a?os después llegaría Watch Dogs 2. La saga rompía con el tono original para ofrecer un estilo mucho más urbano y alocado. San Francisco era una ciudad llena de color, llevada por las corrientes artísticas de hace un lustro. Al contrario de la venganza individual de Aiden, el protagonista de la secuela atacaría a Blume, creadores del ctOS, como parte de un colectivo: eramos Dedsec.

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Marcus Holloway ofrecía ese punto de vista diferente en todos los sentidos. A los mandos era un juego que respondía mejor a nuestras órdenes, al mismo tiempo que se potenciaron las formas de interactuar con el entorno. El estudio potenció la libertad de elección sobre qué experiencia queríamos trazar. ?Prefieres ser violento y aniquilar a todos? Puedes. ?Quieres pasar desapercibido y no derramar una gota de sangre? También. La infiltración era una vía óptima en cualquier momento de la aventura, al contrario que en la primera entrega. Se nos nutrió de diferentes gadgets no letales con los alternar frente a la balística.

San Francisco también fue uno de los motivos de la tendencia positiva. La ciudad estaba mejor dise?ado a todos los niveles. Lejos de la horizontalidad de Chicago, a la sombra del Golden Gate pasábamos por multitud de tejados, edificios, complejos de oficina… Quienes hayan jugado recordarán las misiones dentro de Silicon Valley. Ese tipo de oportunidades aumentaban la variedad que ofrecía el juego.

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El título coincidió con el lanzamiento del modelo Pro de PlayStation 4, por lo que fue uno de los primeros juegos en contar con mejoras específicas para la consola de Sony. En general, era un título que mantenía la diversión que caracterizó a la marca en 2014. En MeriStation obtuvo una calificación de 8 sobre 10.

Watch Dogs: Legion, la hora de la verdad

Como decíamos, Watch Dogs: Legion ha pasado recientemente un par de veces por nuestras manos. En nuestras impresiones decíamos que había cumplido sus grandes promesas, al menos de momento. El sistema de reclutamiento funcionaba, sentías que tenías un montón de personajes potencialmente aptos para tus intereses. También subrayábamos la continuidad a nivel jugable, como le ocurrió a la segunda entrega.

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Las horas a las que tuvimos acceso nos permitieron ver una ciudad de diferente estructura. Londres se dividía en barrios que teníamos liberar a través de determinadas misiones. Una vez completadas, accedíamos a una misión final diferente a lo que teníamos hasta el momento. En la sesión, por ejemplo, debíamos escalar el Big Ben por dentro mediante una ara?a robot, saltando los engranajes al más puro estilo plataformas.

En cualquier caso, tendréis que esperar a nuestro análisis para conocer la valoración final de MeriStation. El juego llegará el próximo 29 de octubre a PS4, Xbox One, PC y Stadia. En el caso de las consolas de nueva generación, lo recibirán desde el mismo día de su lanzamiento: el 10 de noviembre en Xbox Series X|S y el 19 de noviembre en PS5.