Ni una, ni dos, ni tres¡­ aunque pueda parecer lo contrario por las im¨¢genes que vemos estos d¨ªas. Son muchas las personas que no quieren salir de casa ni a dar un paseo. Bien para evitar contagiarse, bien para esperar a que pase la segunda ola de contagios que puede llegar, bien para evitar incluso el contacto con los dem¨¢s.

Y es que ese ¡®no querer salir¡¯, es muy comprensible. ¡°Para tratar de entender cualquier pensamiento como este, reflejo de nuestras emociones, hemos de tener en cuenta el contexto en el que nos encontramos y las particularidades de cada persona. El contexto es la pandemia de COVID-19, percibido y experimentado como una amenaza real para la salud de la poblaci¨®n, que ha detonado las medidas de afrontamiento gubernamentales¡±, nos cuenta a Deporte y Vida Covadonga Mart¨ªnez, psic¨®loga ¨C psicoterapeuta de Cl¨ªnica Galiano.

¡°Despu¨¦s de muchos d¨ªas de confinamiento en nuestras casas, en general, hemos asimilado las normas para preservar nuestra salud y adaptarnos mejor a esta situaci¨®n, pero es sabido que estamos entrando en un proceso de gradual desescalada de tales medidas. Ante ello, cualquier ni?o, adolescente o adulto puede experimentar estos d¨ªas ese sentimiento de rechazo a salir de casa o a introducir nuevos cambios en nuestro d¨ªa a d¨ªa. En estos momentos estamos escuchando m¨¢s acerca del ¡°S¨ªndrome de la Caba?a¡±, pero en realidad, no es un trastorno psicol¨®gico reconocido por los Manuales de Diagn¨®stico Cl¨ªnico. No obstante, estamos comprobando que podemos experimentar pensamientos que nos generen m¨¢s inseguridad como dudas acerca de c¨®mo comportarnos, tomar decisiones u orientar a los m¨¢s peque?os, mayor irritabilidad y ansiedad traducido en algunas tensiones f¨ªsicas¡±, a?ade.

El miedo, una emoci¨®n necesaria

?Por qu¨¦ podr¨ªa ser as¨ª? ¡°Pues porque el miedo, como otras emociones humanas, cumple una funci¨®n adaptativa, activa nuestro sistema nervioso simp¨¢tico y puede llevar a comportamientos de evitaci¨®n, lucha o bloqueo para afrontar aquello que se teme con los menores costos posibles. Para muchos que se han habituado al confinamiento, el hogar ha sido tomado como refugio seguro, tratando de evitar salir a la calle si no es estrictamente necesario para as¨ª reducir los miedos a enfermar nosotros o nuestros seres queridos, a contagiar, a ser multados, a enfrentarnos a nuevas medidas de comportarse en el exterior. Y as¨ª evitar excesivas tensiones que podr¨ªan pasar factura a nuestro cuerpo en el caso de mantenerse¡±, resalta la experta.

¡°Nos hemos quedado en casa para colaborar entre tod@s y, emocionalmente, para evitar que se realicen nuestros miedos. Y ahora, a pesar de que podamos gozar de mayor libertad de movimiento en el exterior, la inercia de estos comportamientos de evitaci¨®n sigue actuando y hemos de entrar en una fase de transici¨®n que nos ayude a ¡°recalibrarlos¡± para que vuelva a sernos ¨²til ante los nuevos cambios, en los que adem¨¢s, muchas personas podemos y debemos volver a realizar trabajo presencialmente¡±, explica Mart¨ªnez.

?El miedo es igual para todos? No, hay personas m¨¢s vulnerables

¡°Existir¨ªan recomendaciones espec¨ªficas para personas con problemas emocionales previos a estas circunstancias (por ejemplo, personas diagnosticadas de alg¨²n tipo de trastorno de ansiedad), personas en duelo por la p¨¦rdida de seres queridos durante la pandemia o con problemas de salud cr¨®nicos. Si estuvieran experimentando ansiedad o miedo excesivo dificultando notablemente su vuelta paulatina a la nueva normalidad, deber¨ªan pedir ayuda psicol¨®gica profesional¡±, especifica.