La reciente cancelaci¨®n del Mobile World Congress 2020 en Barcleona, la carrera desaforada por hacerse con mascarillas o productos desinfectantes, las reacciones xen¨®fobas hacia la comunidad china o las medidas dr¨¢sticas y restrictivas adoptadas por algunos gobiernos son un claro ejemplo de que cuando el miedo hace acto de aparici¨®n es complicado no sucumbir a su inmenso porder.

Y es precisamente ese temor el que tambi¨¦n nos hace incurrir en el error de dar rienda suelta a comportamientos que lejos de apelar al sentido com¨²n, todav¨ªa echan m¨¢s le?a al fuego. ¡°La sensaci¨®n de temor es una de las emociones que nos lleva a tomar m¨¢s decisiones, como reacci¨®n casi por necesidad antropol¨®gica. Ante una noticia que nos genera miedo, es m¨¢s f¨¢cil que se tome la decisi¨®n de compartir; a menudo, por buena intenci¨®n nos convertimos en difusores de desinformaci¨®n?, afirma Alexandre L¨®pez-Borrull, profesor de los Estudios de Ciencias de la Informaci¨®n y de la Comunicaci¨®n de la UOC.

¡°El miedo constituye un caldo de cultivo inmejorable a la hora de captar nuestra atenci¨®n, incluso en contextos de saturaci¨®n informativa. No solo atendemos prioritariamente a aquellos contenidos que conectan con nuestros miedos, sino que tambi¨¦n tendemos a divulgarlos con mayor intensidad y celeridad¡±, a?ade Ferran Lalueza, profesor de los Estudios de Ciencias de la Informaci¨®n y de la Comunicaci¨®n de la UOC, en relaci¨®n a un estudio publicado en la revista Science, que demostraba que las noticias falsas o fake news se propagan m¨¢s r¨¢pido, de forma m¨¢s profunda y m¨¢s ampliamente que la verdad en todas las categor¨ªas de informaci¨®n.

Fake news y salud

¡°El hecho de que la salud afecte a todos los colectivos e individuos genera que la sensaci¨®n de miedo e inseguridad se expanda de forma m¨¢s r¨¢pida¡±, explica L¨®pez-Borrull. Mientras la cifra de fallecidos en China ya ronda los dos millares, en Espa?a solo ha habido dos casos de contagio y sin embargo no son pocos los bulos que han surgido al amparo de la ignorancia.

¡°Nos encontramos ante una crisis mundial sobre un tema complejo en el que la mayor parte de la poblaci¨®n no es experta, en un tema que afecta a la salud y al que se le suma la distancia geogr¨¢fica (los comienzos han sido en la otra parte del mundo); todo esto conduce al miedo y la desconfianza ante la informaci¨®n oficial¡±, a?ade L¨®pez-Borrull.

?Se ha comunicado bien?

Por su parte, Carles Pont, autor del libro Comunicar las emergencias. Actores, protocolos y nuevas tecnolog¨ªas, de Editorial UOC, es un firme defensor de la comunicaci¨®n de crisis, pero en el caso de la epidemia de COVID-19 no ha sido la adecuada. ¡°La comunicaci¨®n de crisis salva vidas, pero el problema es que con el coronavirus no se ha hecho bien. Se ha comunicado mal por dos motivos; se ha hecho tarde y de forma err¨¢tica, se ha dado informaci¨®n contradictoria en varios momentos y no se ha evidenciado cu¨¢les son los mecanismos de prevenci¨®n de la enfermedad. Si hoy tenemos un alcance real es gracias a la entrada de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) en el caso¡±. asegura.

RRSS: parte del problema

Y con un panorama dominado por el miedo y la desinformaci¨®n, las redes sociales se posicionan en la mayor¨ªa de las ocasiones m¨¢s como parte del problema que de la soluci¨®n ya que con frecuencia son incapaces de ejercer de filtro ante seg¨²n que contenidos. Por ello, es vital que quienes saben den un paso adelante.

¡°Es importante que los cient¨ªficos y los expertos den un paso adelante y tengan presencia en las redes, creando hilos de contexto, dando su opini¨®n y ayudando a desmentir bulos. Las revistas y las editoriales cient¨ªficas deber¨ªan tener pol¨ªticas m¨¢s abiertas, para que el conocimiento certero sea difundido de manera gratuita; la ciencia abierta deber¨ªa ayudar a combatir la desinformaci¨®n cient¨ªfica¡±, concluye L¨®pez-Borrull.