Los m¨¦dicos cada vez se apoyan m¨¢s en las nuevas tecnolog¨ªas. Y, a veces, encuentran soluciones m¨¢s esperanzadoras de lo previsto. As¨ª ha pasado con un ensayo de la Universidad Southwestern, en colaboraci¨®n con Harvard y Stanford, que ha anticipado grandes posibilidades para la inteligencia artificial en el tratamiento de la depresi¨®n.

Los expertos eran prudentes antes de comenzar la investigaci¨®n porque la psicolog¨ªa es un campo complicado. Sin embargo, consideran que la inteligencia artificial revolucionar¨¢ su sector. "Estos estudios han sido un ¨¦xito m¨¢s grande de lo que nadie en nuestro equipo podr¨ªa haber imaginado. Proporcionamos abundantes datos para demostrar que podemos superar el juego de adivinanzas de elegir tratamientos para la depresi¨®n y alterar la mentalidad de c¨®mo se debe diagnosticar y tratar la enfermedad", asegura Madhukar Trivedi, un psiquiatra de UT Southwestern que firma el informe publicado en Nature Biotechnology.

El equipo desarroll¨® un algoritmo de aprendizaje autom¨¢tico para analizar y utilizar los datos de los electroencefalogramas de los 300 sujetos con depresi¨®n severa que participaron en el experimento. La computadora deb¨ªa predecir qu¨¦ pacientes se beneficiar¨ªan de la medicaci¨®n dos meses despu¨¦s. Fue un ¨¦xito. El ordenador adelant¨® los resultados con precisi¨®n y, adem¨¢s, ofreci¨® alternativas (psicoterapia o estimulaci¨®n cerebral) cuando hab¨ªa dudas sobre el antidepresivo adecuado. Los expertos volvieron a comprobar los datos con otros tres grupos diferentes.

Mejor prevenci¨®n de la depresi¨®n

Para los cient¨ªficos, la posibilidad de emplear la inteligencia artificial con un electroencefalograma, an¨¢lisis de sangre y resonancias magn¨¦ticas aumenta el porcentaje de ¨¦xito. "Hay muchas firmas de depresi¨®n en el cuerpo. Tener todas estas pruebas disponibles mejorar¨¢ las posibilidades de elegir el tratamiento adecuado la primera vez", se?ala Triveldi.

El experimento se suma a la b¨²squeda de los fundamentos de la depresi¨®n. La intenci¨®n es garantizar a los pacientes una terapia efectiva y acabar con los perjuicios. "Puede ser devastador para un paciente cuando un antidepresivo no funciona. Nuestra investigaci¨®n muestra que ya no tienen que soportar el doloroso proceso de prueba y error", completa Triveldi.