Los cient¨ªficos observan las diferencias entre hombres y mujeres. La resistencia, la velocidad o la fuerza est¨¢n marcadas por una anatom¨ªa fruto de la adaptaci¨®n de supervivencia al medio. Pero hasta ahora no se hab¨ªa investigado otra posible evoluci¨®n humana: el dise?o para el combate. Un equipo de investigadores de la Universidad de Utah ha descubierto que no s¨®lo el macho de la especie est¨¢ configurado para la pelea sino que su pu?o es un perfecto engranaje para golpear.

Los expertos seleccionaron a una veintena de hombres y mujeres en plena forma. Compararon potencia de salida del arranque de los brazos. "El enfoque general para comprender por qu¨¦ evoluciona el dimorfismo (diferencia de cuerpos) sexual es medir las diferencias reales en los m¨²sculos o los esqueletos de machos y hembras de una especie determinada y luego observar los comportamientos que podr¨ªan estar impulsando esas diferencias", ilustra Jeremy Morris, autor principal del estudio.

?Puede una boxeadora ser poderosa con sus ganchos? ?Puede una luchadora de artes marciales mixtas ser letal? Sin duda, pero los cient¨ªficos se?alan que su dise?o no est¨¢ acondicionado como el de los varones. La prueba inicial ya mostr¨® que la fuerza promediada por ellos al golpear era un 162 % superior al de las participantes. Cualquier hombre de los seleccionados golpeaba m¨¢s fuerte que cualquiera de las voluntarias observadas.

?l, dise?ado para golpear

En principio, tampoco deber¨ªa extra?ar si se comparan con animales similares. "En los mam¨ªferos en general la diferencia entre machos y hembras es a menudo mayor en las estructuras que se usan como arma", explica David Carrier, profesor de la Facultad de Ciencias Biol¨®gicas de la Universidad de Utah.

Sin embargo, la diferencia m¨¢s llamativa del estudio es que localiz¨® otras partes que llamaban la atenci¨®n sobre el dimorfismo. Los expertos confirmaron una diferencia decisiva para sostener que el macho es el m¨¢s preparado para el combate en la raza humana. "Nuestros resultados indican la presencia de un pronunciado dimorfismo sexual en el rendimiento muscular del hombre para alargar el brazo para impulsar el pu?o hacia adelante", explica el informe publicado en la Revista de Biolog¨ªa Experimental (EE UU).

Adem¨¢s, descubrieron que las proporciones de la mano m¨¢s grandes entre los machos no son ¨²nicamente producto de la destreza manual, sino que tambi¨¦n protegen la mano cuando se forma agrupa en un pu?o. Un sistema perfecto para el combate a golpes. Para comparar, probaron los movimientos asociados a arrojar lanzas u otros objetos y no registraron las mismas diferencias. Es decir, que la evoluci¨®n ha formado una estructura que cierra el pu?o para golpear m¨¢s fuerte y sin el riesgo de lesionarse (al poder recogerse el dedo gordo).

La conclusi¨®n es sencilla. "La parte superior del cuerpo de los hombres est¨¢ construida para golpes m¨¢s poderosos que las mujeres", afirma la investigaci¨®n. "Este es un ejemplo sexual que es consistente con que los hombres se vuelvan m¨¢s especializados para pelear. Y los hombres pelean de una manera particular, que es lanzar golpes", concluye Carrier.