La expansi¨®n de la cultura estadounidense se deja notar especialmente en festividades como Halloween, una tradici¨®n que ha arraigado con fuerza ensombreciendo en cierto modo el D¨ªa de Todos los Santos. Pero m¨¢s all¨¢ del debate sobre la conveniencia o no de adoptar como propias determinadas festividades alejadas de nuestra idiosincrasia, lo cierto es que Halloween ha llegado para quedarse y debemos lidiar con sus consecuencias.

Como si de Carnaval se tratara, es habitual que estos d¨ªas se celebren infinidad de fiestas con un marcado car¨¢cter infantil en el que los disfraces cobran un especial protagonismo. Por ello, es importante que tengamos en cuenta una serie de recomendaciones b¨¢sicas para no poner en riesgo la salud de los m¨¢s peque?os:

• Leer siempre con detenimiento la etiqueta y las instrucciones de uso, que deben estar en castellano.
• Prestar especial atenci¨®n a los consejos de uso y advertencias de seguridad.
• Los productos destinados a ser utilizados por menores de 14 a?os que se comercialicen en la Uni¨®n Europea deben llevar el denominado marcado CE, que asegura que cumple la normativa establecida por la Uni¨®n Europea y que ha pasado todas las pruebas t¨¦cnicas necesarias para su seguridad.
• Es importante comprobar que las m¨¢scaras cuentan con suficientes orificios de ventilaci¨®n para evitar riesgo de asfixia.
• Es importante verificar que, en el supuesto de disfraces dirigidos a la infancia, no han de contener piezas peque?as que se puedan desprender y ser ingeridas.
• Es necesario comprobar que los disfraces no tienen bordes cortantes y est¨¢n fabricados con materiales no inflamables.
• Adem¨¢s, los disfraces destinados a la infancia no llevar¨¢n cordones en la zona del cuello para as¨ª evitar estrangulamientos. Si los llevan en otras partes han de estar convenientemente asegurados.
• Si el disfraz es largo, no debe superar los tobillos del ni?o, para que no se lo pise y tropiece.
• Los accesorios deben ser de goma, nunca met¨¢licos.