Los alimentos ultraprocesados han llegado a los lineales de los supermercados y a nuestras despensas para quedarse. El problema es que se trata de preparaciones industriales elaboradas a partir de sustancias derivadas de otros alimentos que incluyen largas listas de aditivos (conservantes, colorantes, edulcorantes o potenciadores del sabor), con muy poco valor nutricional, que tienen un contenido rico en grasas, az¨²car o sal y aportan, como es obvio, una cantidad ingente de calor¨ªas.

Pero a pesar de que su relaci¨®n con diversos problemas de salud est¨¢ cada vez m¨¢s documentada, este tipo de alimentos ocupan en muchas ocasiones un lugar preferencial en nuestra lista de la compra. Ya sea por su sabor, por cuestiones de tipo econ¨®mico o como consecuencia de un estilo de vida que rara vez nos permite un respiro para enfrentarnos con calma a los cuatro fogones, lo cierto es que suponen una soluci¨®n f¨¢cil.

Pero una reciente investigaci¨®n a cargo del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de EEUU, pone de manifiesto que un consumo de alimentos ultraprocesados prolongado en el tiempo puede conllevar un considerable aumento de peso y aumentar el riesgo de sufrir determinadas enfermedades tanto de car¨¢cter metab¨®lico como cardiovascular.

Ganancia de peso

En particular, los investigadores utilizaron una peque?a muestra de 20 personas (10 hombres y 10 mujeres) a los cuales se les dividi¨® en dos grupos. A cada uno se les proporcion¨® comidas compuestas de alimentos ultraprocesados o comidas de alimentos m¨ªnimamente procesados durante dos semanas.

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Por ejemplo, un desayuno ultraprocesado podr¨ªa consistir en un bagel con crema de queso y tocino de pavo, mientras que el desayuno sin procesar consist¨ªa en avena con pl¨¢tanos, nueces y leche descremada. Tanto las comidas ultraprocesadas y sin procesar ten¨ªan las mismas cantidades de calor¨ªas, az¨²cares, fibra, grasa y carbohidratos.

Y los resultados de la investigaci¨®n, publicada en la prestigiosa revista ¡®Cell Metabolism¡¯, indican que aquellas personas cuya dieta fue a base de alimentos ultraprocesados inger¨ªan una media de 500 calor¨ªas m¨¢s en relaci¨®n al otro grupo y el aumento de peso fue de 1 kilogramo, que fue justo la cantidad de peso que perdi¨® el grupo de alimentos m¨ªnimamente procesados. Es decir, la diferencia entre adherirse a una dieta o a la otra fue de dos kilos en tan solo dos semanas.