A la siesta se le han atribuido a lo largo del tiempo diversos beneficios para la salud y cada vez son m¨¢s los estudios que tratan de profundizar en las claves de una costumbre muy nuestra que ha logrado captar infinidad de adeptos por todo el mundo y que podamos hablar sin miedo a equivocarnos que la asociaci¨®n entre la siesta y los espa?oles tiene mucho de realidad, pero tambi¨¦n de mito.

De hecho, un estudio sobre los problemas del sue?o en Europa de la Universidad de Ratisbonne (Alemania) indica que solo un 8 por ciento de espa?oles la cuentan entre sus costumbres habituales. Un dato alejado del 22 por ciento de los alemanes que reconocen dormir la siesta al menos tres veces a la semana, del 16 por ciento de italianos o del 15 por ciento de brit¨¢nicos que reconocen hacerlo.

Entre los beneficios de la siesta, podemos destacar los siguientes:

• Ayuda a protegerse contra el estr¨¦s y las enfermedades cardiovasculares.
• La siesta estimula la creatividad, relaja las tensiones laborales y aumenta el rendimiento.
• La siesta favorece el rendimiento intelectual, la capacidad psicomotriz y disminuye la sensaci¨®n subjetiva de somnolencia.
• Favorece las destrezas de memoria y aprendizaje.
• La siesta puede prevenir el bruxismo, la narcolepsia, e incrementar las habilidades y la capacidad de concentraci¨®n.

Menos infartos o ictus

Ahora, una nueva investigaci¨®n publicada en la revista ¡®Heart¡¯ confirma el beneficio de la siesta para reducir reducir el riesgo de sufrir un ataque card¨ªaco o un derrame cerebral e introduce la variable frecuencia en la ecuaci¨®n ya que los responsables de la investigaci¨®n. Cient¨ªficos del Hospital Universitario de Lausane (Suiza) concluyen que una siesta diurna una o dos veces por semana es suficiente, mientra que una mayor frecuencia o la duraci¨®n de las mismas no tienen un mayor benefico asociado.

As¨ª pues, la siesta ocasional, una o dos veces por semana, se asoci¨® con una reducci¨®n a la mitad en el riesgo de ataque o accidente cerebrovascular y de insuficiencia card¨ªaca (48%) en comparaci¨®n con aquellos que la incluyeron entre sus h¨¢bitos. Eso s¨ª, hay que tener en cuenta que se trata de un estudio observacional y no se puede establecer causalidad, aunque los datos son reveladores.

Un editorial que acompa?a a la publicaci¨®n del estudio, a cargo de expertos de la Universidad de California San Francisco (EEUU), sugiere que en torno a la siesta hay m¨¢s dudas que certezas, como el hecho de comenzar a tener m¨¢s en cuenta la frecuencia adem¨¢s de la duraci¨®n, aunque no niega que el estudio de la siesta es un campo desafiante pero tambi¨¦n prometedor con implicaciones de salud p¨²blica potencialmente significativas.