El modo en el que nos desplazamos por las ciudades ha evolucionado sobremanera en los ¨²ltimos a?os. Si anta?o el coche, la moto o el transporte p¨²blico copaban todas las opciones, gracias al nuevo modelo de ciudades cada vez m¨¢s sostenibles y a una mayor concienciaci¨®n ciudadana sobre su propia salud o el medio ambiente, ha logrado que las bicicletas y veh¨ªculos de de movilidad personal (VPM) formen parte del paisaje urbano cada vez con mayor frecuencia.

Existe la percepci¨®n ampliamente aceptada de que los patinetes el¨¦ctricos (VPM), que han llegado para quedarse, constituyen una soluci¨®n de movilidad ecol¨®gica en las ciudades infinitamente menos contaminante que otros medios de transporte ya sean p¨²blicos o privados. Y sin duda es un hecho poco rebatible. O s¨ª

Y es que un estudio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte sugiere que el impacto medioambiental del patinete el¨¦ctrico es mayor de lo que se podr¨ªa llegar a pensar. Aunque bien es cierto que el trabajo se centra en las unidades que forman parte de sistemas de alquiler gestionados por empresas privadas y analiza las emisiones de cuatro aspectos del ciclo de vida de cada patinete el¨¦ctrico: la producci¨®n de los materiales y componentes, el proceso de manufactura, el env¨ªo desde el fabricante a su ciudad de uso, y la recogida, carga y redistribuci¨®n.

Es decir, la investigaci¨®n, publicada en la revista Environmental Research Letters, no discute estrictamente las bondades del patinete el¨¦ctrico ni que sea un medio de trasporte contaminante en s¨ª mismo. M¨¢s bien pone el foco en el uso y gesti¨®n de los patinetes el¨¦ctricos por parte de ciudadanos y empresas concesionarias respectivamente, que acaba convirti¨¦ndose en un c¨ªrculo vicioso.

Aspectos como su deficiente utilizaci¨®n o el vandalismo hacen que su vida ¨²til, que deber¨ªa ser de unos dos a?os, sea sensiblemente inferior y en muchos casos no supere unos meses por lo que la fabricaci¨®n y abastecimiento es un ciclo permanente.

Y de ah¨ª que los investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte se aventuren a concluir lo que a todas luces podr¨ªa interpretarse como un disparate: los patinetes el¨¦ctricos pueden contaminar m¨¢s que un autob¨²s o una moto. Y s¨ª, los investigadores tambi¨¦n analizaron el ciclo de vida de los transportes m¨¢s tradicionales para tratar de sustentar sus hallazgos.

Aunque tambi¨¦n aseguran que mejorando principalmente dos aspectos se podr¨ªa mejorar sustancialmente la problem¨¢tica. ¡°El impacto real proviene principalmente de dos ¨¢reas: el uso de otros veh¨ªculos para recoger y redistribuir los patinetes el¨¦ctricos y las emisiones relacionadas con la producci¨®n de los materiales y componentes que se emplean en cada unidad", explica Jeremiah Johnson profesor de NC State.

?Y si no hubiera patinetes?

Otro de las preocupaciones de los expertos era determinar, a trav¨¦s de una encuesta, qu¨¦ medios de transporte habr¨ªan utilizado los usuarios en sus recorridos habituales si no dispusieran de un patinete el¨¦ctrico. Y los resultados indican que el 48% habr¨ªa empleado una bicicleta o caminando; El 34% habr¨ªa usado un autom¨®vil; El 11% habr¨ªa cogido un autob¨²s; y el 7% no habr¨ªa hecho el viaje en absoluto. Unos datos que ponen encima de la mesa el debate sobre si el uso de los patinetes el¨¦ctricos sustituye realmente el de otros medios de transporte m¨¢s contaminantes.