Nicol¨¢s Romero Lara es m¨¦dico, experto en nutrici¨®n y alimentaci¨®n. A lo largo de su extensa carrera ha centrado su labor en el estudio de la obesidad y su tratamiento, la nutrici¨®n humana, el ejercicio f¨ªsico y la psicolog¨ªa social. Adem¨¢s tambi¨¦n es experto en comunicaci¨®n audiovisual y ha puesto en marcha programas de salud en RTVE como Doctor Romero, que ha dirigido y presentado, y participa en Saber Vivir, donde presenta una secci¨®n semanal sobre nutrici¨®n.

Recientemente ha publicado Si te gusta comer, aprende a adelgazar (Ediciones Mart¨ªnez Roca), un libro de motivaci¨®n que explica c¨®mo influye la actitud en el sobrepeso y en la obesidad y desenmascara los grandes mitos sobre nutrici¨®n y dietas extremas para disfrutar de la comida sin sentir culpabilidad. El doctor Nicol¨¢s Romero comparte para Deporte y Vida su particular visi¨®n sobre los grandes temas relacionados con la alimentaci¨®n, repleta de matices y aristas.

La primera pregunta es obligada en los tiempos que corren. ?Es posible comer sin sentirse culpable?

Nos hacen creer que con la comida podemos medir la felicidad. Nos calma la ansiedad, nos ayuda a relacionarnos, mejora el ¨¦xito social. Nos hacen sentir culpables por no comer de una forma moralmente correcta para luego vendernos ¡®comida limpia¡¯, dietas depurativas y superalimentos. Cuando aprendemos que la comida solo sirve para alimentarnos, entonces disfrutamos sin culpa.

Usted habla de una manera moralmente correcta de comer para no engordar err¨®neamente inculcada en la memoria colectiva. ?Qu¨¦ papel juegan las creencias en la alimentaci¨®n?

De uno a diez, un doce. Las creencias siempre ganan al sentido com¨²n. Junto a mi libro, en la lista de los m¨¢s vendidos, hay uno cuyo m¨¦todo promete la figura esbelta de las top model en dos semanas. ?Hay alguien que consiga esto? ?Absolutamente nadie! Pero es un superventas. Intento ayudar a esa gente que sufre porque es incapaz de cambiar estas falsas creencias morales.

Y el cerebro, ?hasta qu¨¦ punto es determinante?

El cerebro es nuestro seguro de vida. Decide por el sabor, si un alimento nos conviene. Procura que tengamos todos los nutrientes necesarios, variando las comidas. La industria ataca ferozmente al cerebro, enga?¨¢ndolo con los ricos sabores falsos de los ultraprocesados y envolviendo en pl¨¢sticos la comida para que no la pruebe antes de comprarla, y no nos pueda mostrar la verdad.

?Es posible promover una relaci¨®n m¨¢s sensata con la alimentaci¨®n en una ¨¦poca en la que, como afirma, la nutrici¨®n se trata con excesiva ligereza?

Hacerlo posible, es mi reto. He puesto en marcha un movimiento de Revoluci¨®n Sana para implicar a personas famosas como prescriptores de nuevos h¨¢bitos en salud emocional, ejercicio f¨ªsico y pautas de alimentaci¨®n para todos los ciudadanos. Nuestra sociedad lo necesita. Apelo desde aqu¨ª a deportistas, periodistas, presentadores de TV, chefs, pol¨ªticos y artistas que quieran colaborar.

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Asegura en las p¨¢ginas de su libro que la dieta mediterr¨¢nea es el plan de alimentaci¨®n m¨¢s saludable del mundo. ?Por qu¨¦?

La dieta de buena parte de la poblaci¨®n mundial es mon¨®tona. Un cereal y una legumbre b¨¢sicos, unas pocas frutas y verduras, y un poco de carne o pescado muy de vez en cuando. Tenemos la suerte de vivir en una zona del planeta con enorme variedad de alimentos y eso ha hecho que nuestra gastronom¨ªa sea rica, con mucho sabor, y que, con poca cantidad estemos bien alimentados.

Sabemos que los alimentos ultraprocesados son potencialmente perjudiciales para la salud, pero seguimos tropezando con la misma piedra. ?Hasta qu¨¦ punto es la salud el principal argumento de consumo?

A la hora de comer, siempre ponemos el sabor por delante de la salud. Los ultraprocesados consiguen sabores de dise?o dulces o salados que enga?an a nuestro cerebro que pide m¨¢s y m¨¢s, en grandes raciones de las que no se cansa ?Por qu¨¦ no hay ultraprocesados amargos o muy ¨¢cidos? Porque el cerebro suele rechazar estos sabores y no se vender¨ªan.

La obesidad es un problema de salud tildado ya de epidemia. ?En qu¨¦ consiste la ¡®obesofobia¡¯ y por qu¨¦ asegura que engendra m¨¢s obesidad?

La sociedad desarrolla ¡®obesofobia¡¯ porque est¨¢ atemorizada al ver c¨®mo crece esta epidemia. Le gustar¨ªa que hubiera una cura universal, pero no la hay. Las personas con obesidad se autoenga?an para defenderse de esta actitud de rechazo. Por eso se perciben con menos peso del que realmente tienen y comen m¨¢s de lo que creen. Cada vez son m¨¢s obesos. Es un c¨ªrculo vicioso.

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Autoenga?o y alimentaci¨®n. ?La mente es parte del problema y a su vez de la soluci¨®n?

?Por qu¨¦ una persona de alimentaci¨®n ecol¨®gica compra una manzana fea y deforme que nadie elegir¨ªa en el supermercado? Porque cree que es m¨¢s natural y m¨¢s sana. Es una cuesti¨®n de punto de vista. En la obesidad nos autoenga?amos para poder soportar esta contradicci¨®n: el sobrepeso acabar¨¢ mat¨¢ndome, pero no puedo dejar de picotear a todas horas.

Si tuvi¨¦ramos la posibilidad de oler e incluso probar un alimento, ?cambiar¨ªan nuestros h¨¢bitos de compra y de consumo?

Sin ninguna duda. Controlar¨ªamos mejor nuestro peso corporal y gastar¨ªamos menos en comida. Los consumidores cometemos todos los d¨ªas millones de errores forzados en la compra, porque no probamos los alimentos antes de llevarlos a casa. El resultado es que, aunque te equivoques con un producto, si lo has pagado, te lo acabar¨¢s comiendo, aunque no te guste.

Superalimentos. ?Cu¨¢nto hay de mito y cu¨¢nto de realidad?

Todo de mito, nada de realidad. Los superalimentos no provienen de Marte, ni tienen poderes especiales. Son alimentos que han existido siempre, y que suelen contener una alta concentraci¨®n de nutrientes, que nos hacen pagar a precio de oro. Cuidado con falsos superalimentos de moda como el aceite de coco porque puedes estar da?ando tu salud a precio de oro.

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?Hasta qu¨¦ punto comemos alimentos naturales realmente?

Las almendras silvestres son amargas. No existen fresones salvajes en la naturaleza. La vaca es un invento humano. Casi todos los alimentos que consideramos naturales han sido manipulados por el hombre. Por eso no debemos caer en la trampa cuando nos venden algo como ¡®natural¡¯. Es preferible fijarse en c¨®mo ha sido criado o cultivado, si ha sido de una forma respetuosa.

Vegetarianos, veganos... ?Est¨¢ a favor de las dietas excluyentes? ?Son nutricionalmente completas?

Son opciones de alimentaci¨®n libres que se pueden llevar a cabo gracias a la riqueza de alimentos de que disponemos. Si hubiera escasez de comida, no se podr¨ªan seguir. Creo que son dietas para adultos responsables. En j¨®venes hay que estar muy atentos con las dietas excluyentes porque pueden derivar en un trastorno de la conducta alimentaria.

Hace un repaso exhaustivo sobre las denominadas dietas milagro. ?Qu¨¦ hay de milagroso en adelgazar? ?Por qu¨¦ deben evitarse?

Mantener el peso adecuado es asegurar la salud. Cuando engordas entras en un escenario de incertidumbre que puede detonar en diabetes tipo 2, en hipertensi¨®n arterial, en ictus, o en alg¨²n tipo de c¨¢ncer. El problema es que no sabemos con cuantos kilos de m¨¢s se va a producir. Las dietas milagro viven del miedo de la gente y pueden causar m¨¢s estragos que el propio sobrepeso.

Otra vez el poder de la mente. ?Qu¨¦ es el m¨¦todo de la inteligencia corporal?

La inteligencia corporal es conocer tu cuerpo y anticipar las reacciones de tu mente. En mi m¨¦todo quiero saber la calidad de tu m¨²sculo antes de hacer ejercicio. Saber si tu est¨®mago produce poco o mucho ¨¢cido para ver qu¨¦ alimentos convienen a tu digesti¨®n. He visto parejas rotas porque cuando se sentaban a comer, lo que le conven¨ªa a uno, le sentaba mal al otro, y discut¨ªan sin saber por qu¨¦.

Habla en repetidas ocasiones de un plan de alimentaci¨®n. ?Cu¨¢les son las bases sobre las que debe cimentarse?

Un buen plan de alimentaci¨®n debe acercarse a la comida que te gusta comer, porque as¨ª la adherencia ser¨¢ mayor de un a?o, y tendremos ¨¦xito asegurado. El plan debe basarse en la calidad de los aportes de nutrientes y en el favorecimiento de la saciedad para comer menos. Los alimentos y platos son los de la aut¨¦ntica dieta mediterr¨¢nea, que busca la frugalidad y el disfrute del sabor intenso en porciones peque?as.

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Para aprender a adelgazar, ?primero hay que aprender a alimentarse?

Hay que aprender c¨®mo combinar los alimentos y saber c¨®mo funcionan los nutrientes en mi organismo. Pero es muy importante aprender a reconocer las sensaciones de apetito y saciedad. ?Este nerviosismo es hambre o ansiedad? ?Estoy comiendo por aburrimiento? ?C¨®mo resisto la presi¨®n de varias personas que te dicen come? Si controlas estas situaciones, lo has conseguido.

?Cu¨¢les son los alimentos o grupos de alimentos que no deben faltar en una dieta saludable?

Las frutas y verduras aportan el agua y la fibra, que son nutrientes reguladores. Con prote¨ªnas vegetales y animales, y algunos tipos de grasas, se construye y repara el organismo. Est¨¢n en las legumbres, frutos secos, huevos, pescado y aceite de oliva virgen extra. ?Y la energ¨ªa de d¨®nde se obtiene? Pr¨¢cticamente de todos los dem¨¢s. Por eso pan, arroz, y pasta, tomaremos poco.

?Qu¨¦ errores son imperdonables en lo referente a la alimentaci¨®n?

El primero es que seguimos haciendo mayoritariamente un desayuno dulce con muchos az¨²cares a?adidos y grasas saturadas. Faltan prote¨ªnas, fibra y vitamina D. El segundo es sustituir la carne y el pescado frescos de los platos principales por salchichas, hamburguesas y sanjacobos. El tercero, abandonar los tres platos de men¨² y picotear cualquier cosa para comer, sin fruta de postre.

La alimentaci¨®n es b¨¢sica pero, ?qu¨¦ papel juegan tanto el ejercicio f¨ªsico como el descanso en la ecuaci¨®n de la salud?

Dormir menos de lo necesario puede aumentar el peso corporal. El estr¨¦s altera la regulaci¨®n del cortisol, una hormona que puede causar aumento de grasa de la zona de la cintura. El ejercicio f¨ªsico es el gran regulador de la salud. ?Con el ejercicio se adelgaza? Menos de lo que se cree. Pero si no hacemos un poco de ejercicio probablemente nos cueste mucho aprender a adelgazar.