La muerte s¨²bita deportiva no es un problema de salud muy frecuente, pero cuando se dan casos, ¨¦stos alcanzan un impacto social muy elevado, como esta misma semana se ha demostrado con el fallecimiento del futbolista profesional marfile?o Cheick Tiot¨¦ en China al desplomarse durante un entrenamiento.

Entre uno y dos deportistas de cada 100.000 fallecen al a?o a causa de la muerte s¨²bita deportiva (MSD). En la gran mayor¨ªa de los casos, estos fallecimientos se producen durante la pr¨¢ctica de un ejercicio intenso por parte de personas con arritmias o enfermedades card¨ªacas estructurales, generalmente cong¨¦nitas o hereditarias (en menores de 35 a?os) y con cardiopat¨ªas arterioescler¨®ticas (en el caso de los mayores de 35 a?os).

Al respecto, dos especialistas expusieron hace unos d¨ªas durante el XXVII Congreso Regional de la Sociedad Canaria de Medicina de Familia y Comunitaria (SOCAMFYC), que la prevenci¨®n y detecci¨®n previa de las enfermedades card¨ªacas en los deportistas, la presencia de desfibriladores en el entorno de las pruebas deportivas, y el dominio de las t¨¦cnicas de Reanimaci¨®n Cardiopulmonar (RCP) por parte de asistentes, organizadores y la poblaci¨®n en general son las claves para lograr una menor incidencia de la temida Muerte S¨²bita Deportiva.

Jos¨¦ Carlos del Castillo Rodr¨ªguez, director m¨¦dico y coordinador de la Unidad de Atenci¨®n Integral al Deporte del Hospital San Juan de Dios de Tenerife y miembro del grupo cardiovascular de la Sociedad Espa?ola de Medicina de Familia y Comunitaria, y David Mor¨¢n Guill¨¦n, t¨¦cnico de la Direcci¨®n General de Programas Asistenciales del Servicio Canario de la Salud y miembro del Grupo de Trabajo de Actividad F¨ªsica y Salud ¡®MOVE¡¯ de SOCAMFYC, sostuvieron que el factor principal contra la MSD lo constituyen las revisiones previas a la realizaci¨®n del ejercicio intenso de alta intensidad.

Las recomendaciones a nivel europeo incluyen un repaso a las historias m¨¦dica y deportiva, junto a una exploraci¨®n espec¨ªfica y un electrocardiograma. A esta revisi¨®n b¨¢sica, Mor¨¢n y del Castillo, especialistas en Medicina de Familia y Comunitaria, a?aden que, seg¨²n el tipo de deporte, edad y factores de riesgo, se puedan realizar otros estudios como una ecocardiograf¨ªa y una prueba de esfuerzo.

Esta valoraci¨®n cl¨ªnica va dirigida a identificar a las personas de mayor riesgo de presentar complicaciones derivadas de la pr¨¢ctica deportiva. En el momento en que son identificadas, la detecci¨®n precoz permite adaptar el tipo de ejercicio a las circunstancias particulares de esa persona en ese momento, es decir, sin que la detecci¨®n implica que se tenga que abandonar la pr¨¢ctica de un deporte si no se trata de una patolog¨ªa muy grave.

Durante su intervenci¨®n, Mor¨¢n dej¨® claro que el hecho de hablar de la muerte s¨²bita no debe suponer en ning¨²n momento que se desaconseje el ejercicio f¨ªsico. Es m¨¢s, este experto asegur¨® que el ejercicio regular, incluyendo aquel de alta intensidad, mejora la calidad y cantidad de vida, de forma que cualquier intensidad de ejercicio es mejor que no practicar ninguno.

Algunos datos

Hacer alg¨²n tipo de deporte "ha demostrado ser una de las herramientas m¨¢s poderosas para mejorar la salud de la poblaci¨®n", a?adi¨®. Son numerosos los estudios que demuestran la eficacia de programas de ejercicio f¨ªsico para disminuir la mortalidad cardiovascular hasta en un 50%, la mejora de factores de riesgo cardiovascular como la hipertensi¨®n arterial (30%) y la diabetes mellitus tipo 2 (42%). El ejercicio f¨ªsico, incluso, disminuye el riesgo de algunos tipos de c¨¢ncer como el de colon y el de mama entre un 20 y un 40%, explic¨® el m¨¦dico.

La pr¨¢ctica de ejercicio regular tambi¨¦n mejora la salud mental, colabora en la mejora de la calidad de vida en personas con diversos tipos de enfermedades cr¨®nicas, e incluso se ha demostrado que en personas de edad avanzada retrasan el deterioro cognitivo. ¡°La inactividad f¨ªsica produce dos veces m¨¢s muertes que la obesidad¡±, coincidieron ambos expertos.