El "amor al juego" de Jordan y las cl¨¢usulas m¨¢s extra?as de la NBA
Michael Jordan se permiti¨® incluir una cl¨¢usula muy particular en su contrato con los Bulls. Ha habido de todo tipo: por control de peso, estad¨ªsticas, victorias...
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En 2008, Stephen Curry todav¨ªa no hab¨ªa llegado a Golden State Warriors. En el verano de 2007, con la conjura del ¡®We Believe¡¯, los de la Bah¨ªa hab¨ªan sido la sensaci¨®n del deporte estadounidense cuando como octavo del Oeste eliminaron (2-4) a unos Mavericks que ven¨ªan de ganar 67 partidos, con Dirk Nowitzki como MVP de la NBA y un claro prop¨®sito de venganza despu¨¦s de dejarse remontar por los Heat de un Dwyane Wade sobrehumano en las Finales de 2006. Pero fue eso, solo un flash en medio de un tramo nefasto: los de 2007 fueron los primeros playoffs para la franquicia en trece a?os, y a esa serie hist¨®rica le sigui¨® una derrota sumar¨ªsima ante los Jazz (4-1) y otro lustro sin playoffs mientras se coc¨ªa a fuego lento la era Stephen Curry. La dinast¨ªa.
En aquellos Warriors 2007-08, la resaca del We Believe, hab¨ªa tres jugadores que promediaban m¨¢s de 20 puntos por partido: Stephen Jackson, Baron Davis... y Monta Ellis, el el¨¦ctrico escolta de solo 1,90 que primero tuvo que adaparse al boom Curry y finalmente, en 2012, fue enviado a los Bucks a cambio de Andrew Bogut. Los Warriors estaban construyendo una dinast¨ªa y esta necesitaba un p¨ªvot defensivo y no un jugador que le quitaba el bal¨®n de las manos a Curry y le restaba minutos en pista a Klay Thompson. En noviembre de 2008, un Ellis que hab¨ªa sido Jugador M¨¢s Mejorado un a?o antes, protagoniz¨® un l¨ªo cuando fue sancionado con 30 partidos sin empleo y sueldo: los Warriors hab¨ªan descubierto que la lesi¨®n que sufr¨ªa ten¨ªa que ver con un accidente en moto. Hab¨ªa firmado un contrato de 66 millones por 6 a?os en un equipo que ya no ten¨ªa a Baron Davis, que acababa de irse a los Clippers, y hab¨ªa ocultado la naturaleza de su lesi¨®n y asegurado que esta hab¨ªa llegado jugando al baloncesto. Descubierto, recibi¨® el monumental castigo que le cost¨® tambi¨¦n unos 3 millones de d¨®lares de su rutilante contrato.
Porque, y esa es la cuesti¨®n, los contratos de los deportistas profesionales son muy estrictos sobre qu¨¦ pueden o no pueden hacer quienes los firman. Los equipos no quieren lesiones en moto, paraca¨ªdas o submarinismo. Y en el caso de la NBA, tambi¨¦n se miran con lupa las actividades veraniegas en un pa¨ªs donde los torneos callejeros y las exhibiciones amateur est¨¢n a la orden del d¨ªa, y m¨¢s con unos jugadores a los que les encantan participar en este tipo de actividades, sobre todo si las que organizan las universidades en las que jugaron antes de ser profesionales. Para evitar la tentaci¨®n, sea por intereses econ¨®micos o por simple diversi¨®n, muchos jugadores tienen estipulado en qu¨¦ actividades pueden participar (normalmente vinculadas con los equipos o sus marcas deportivas) y en cu¨¢les no. ?Hay excepciones? Claro, siempre y cuando un jugador pueda permitirse el lujo de presionar para poner las cl¨¢usulas que le parezcan convenientes.
Y pocos han tenido tanta capacidad para exigir como Michael Jordan, para muchos el mejor jugador de todos los tiempos y al que le encantaba sacar beneficio econ¨®mico de los meses sin competici¨®n y,m¨¢s all¨¢, jugar al baloncesto en cuanto ten¨ªa oportunidad. As¨ª que negoci¨® con los Bulls una de las cl¨¢usulas m¨¢s famosas de la historia del baloncesto, la for the love of the game clause. Literalmente, la cl¨¢usula por amor al juego, seg¨²n la que los Bulls no pod¨ªan evitar que Michael Jordan jugara al baloncesto cuando quisiera, como quisiera y con quien quisiera. En un parque con amigos, en unas jornadas de la que hab¨ªa sido su universidad, North Carolina, o en la otra punta del mundo para cobrar suculentos cheques.
La vida financiera de Michael Jordan en Chicago tuvo m¨¢s particularidades. Como el propietario, Jerry Reinsdorf, ha reconocido, le pag¨® al escolta sus casi 4 millones de contrato de la temporada 1993-94, la de su extra?a retirada para jugar al beisbol, porque consideraba que se lo deb¨ªa porque su gran estrella hab¨ªa estado cobrando hasta entonces mucho menos de lo que marcaba su ya gigantesco valor de mercado: ¡°Adem¨¢s de los Bulls, yo era propietario de los White Sox. Cuando Michael dijo que iba a jugar al beisbol, decid¨ª mantener su contrato con el equipo de baloncesto, que eran m¨¢s de 3 millones de d¨®lares. Lo hice porque llevaba toda su carrera cobrando menos de lo que le correspond¨ªa y durante ese tiempo hab¨ªa hecho que mucha gente ganara mucho dinero¡±.
Jordan, con una fortuna de m¨¢s de 2.000 millones de d¨®lares, solo gan¨® 93,7 en sus contratos deportivos con Chicago Bulls y Washington Wizards. Y eso gracias a que firm¨® por 30,1 millones en la temporada 1996-97 y cobr¨® 33,1 en la siguiente, 1997-98. En la primera campa?a del segundo threepeat, la 1995-96, llev¨® a los Bulls a las hist¨®ricas 72 victorias con un salario de 3,8 millones de d¨®lares.
Pero no solo Jordan ha tenido cl¨¢usulas particulares en sus contratos. Hay otros que han acabado siendo c¨¦lebres en la historia de la NBA:
Los incentivos de Tony Battie. Es normal que los contratos incluyan variables e incentivos por criterios deportivos y estad¨ªsticos, pero el caso de Tony Battie en 2009 con los Nets es especialmente c¨¦lebre. Ten¨ªa un salario de poco m¨¢s de seis millones al que podr¨ªa sumar 100.000 d¨®lares si jugaba 50 partidos y promediaba 8 rebotes como m¨ªnimo, otros 100.000 si lanzaba una media de al menos cinco tiros libres por noche y, finalmente, 100.000 m¨¢s si estaba activo en la rotaci¨®n (jugara o no) en 50 partidos y los Nets llegaban a playoffs. En la temporada 2009-10, por cierto, solo jug¨® en 15 partidos.
Las matem¨¢ticas y Matt Bonner. Un ala-p¨ªvot trabajador y con buena mano que daba minutos de rotaci¨®n, sudor y tiritos liberados en los Spurs de Popovich (2006-2016), Matt Bonner ten¨ªa una cl¨¢usula en su contrato por la que ganar¨ªa 100.000 d¨®lares extra si sus porcentajes de tiro combinados sumaban m¨¢s de 169. Se qued¨® en 157 en esa temporada (2009-10), as¨ª que no cobr¨® el extra. En su carrera, sus medias combinadas (tiros de campo, triples, tiros libres) dan unos 167.
El mill¨®n m¨¢s barato de Baron Davis. Antes de Ballmer, antes de Kawhi y George, antes incluso de Chris Paul y Blake Griffin, los Clippers eran un desastre constante dispuestos a pagar por los objetivos m¨¢s mundanos. A Baron Davis, que lleg¨® desde los citados Warriors del We Believe en el verano de 2008 se le puso una cl¨¢usula muy barata: ganar¨ªa un mill¨®n de d¨®lares si jugaba 70 partidos y los Clippers ganaban solo 30 partidos. Lo incre¨ªble es que jug¨® 75... y los Clippers 2009-10 ganaron 29 (29-53).
Los extras imposibles. Algunas cl¨¢usulas son c¨¦lebres porque le pon¨ªan en chino a los firmantes ganar dinero extra: los Thunder le prometieron 100.000 d¨®lares a Nick Collison sin ganaba el MVP. Luke Ridnour ten¨ªa la opci¨®n de llevarse 1,5 millones si era nombrado Defensor del A?o y Adonal Foyle pod¨ªa optar a un mill¨®n si ganaba el MVP (500.000) y el MVP de las Finales (otros 500.000).
El delicado control del peso. Glen Davis ten¨ªa incentivos de 500.000 d¨®lares en los Celtics si no superaba unos determinados l¨ªmites en la b¨¢scula. Cuando era rookie en los Lakers, otro ejemplo, Derrick Caracter pod¨ªa convertir su contrato de 275.000 d¨®lares en casi 500.000 si llegaba al training camp en el peso que le marc¨® la franquicia.
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