Si un presidente levanta el tel¨¦fono...
Si un presidente del Gobierno levanta el tel¨¦fono y pide a una gran empresa que apoye el deporte, dif¨ªcilmente encontrar¨¢ una respuesta negativa. Para una gran empresa, el deporte no supone una inversi¨®n alta y, a cambio, recibe un saludable retorno. Eso ha ocurrido siempre en Espa?a y especialmente en el Programa ADO, que se cre¨® para Barcelona 1992 como una cuesti¨®n de Estado y as¨ª deber¨ªa seguir. Las aportaciones han descendido notablemente: 51 millones para Londres 2012, 35 para R¨ªo 2016 y¡ 22 para Tokio 2020. Alarmante. Quiz¨¢ por la crisis econ¨®mica, o por la crisis pol¨ªtica, o por el desgaste de la f¨®rmula, o por todo un poco, el dinero ya no entra. Ser¨ªa bueno que esos tel¨¦fonos volvieran a levantarse. Tan bueno como cambiar la fiscalidad para que esas empresas tengan una motivaci¨®n para regresar.
Sobre este asunto y sobre otros de profundo calado pudimos charlar este martes con Alejandro Blanco, presidente del COE, que reclama un cambio de modelo en el deporte espa?ol. Es una buena oportunidad. Hay un nuevo Gobierno, con un presidente que fue deportista. Y hay un estudio de ADESP que cuantifica aquello que Blanco lleva varios a?os advirtiendo: los resultados del deporte est¨¢n sideralmente por encima del dinero que recibe. No se trata s¨®lo de poner la mano para que caigan los billetes. Se trata de mejorar las estructuras, de buscar f¨®rmulas mixtas, de definir las competencias de los ¨®rganos de gesti¨®n¡ La Ley del Deporte, en la que ya se trabaja, deber¨ªa recoger este nuevo aire que llega desde el mundo federativo. Blanco pone la voz, ADESP pone las pruebas,?la Pol¨ªtica deber¨ªa poner los o¨ªdos¡ Y, entre todos, las soluciones.