Return To Monkey Island: An¨¢lisis Pc; Regreso por todo lo alto a la Isla de los Monos

Hace cinco a?os, en el an¨¢lisis de Thimbleweed Park, soberbia aventura gr¨¢fica que supon¨ªa el retorno de Ron Gilbert al g¨¦nero tras mucho tiempo, remat¨¢bamos el texto pidiendo a la buena gente de Disney que le devolviera los derechos de Monkey Island a su creador. Era un ruego sin mucha convicci¨®n, lanzado al aire con la dosis justa de fe que nos quedaba tras muchos a?os implorando recibir un t¨ªtulo que ya comenz¨¢bamos a vislumbrar que se quedar¨ªa en lo m¨¢s profundo del ba¨²l de nuestros sue?os, junto con la tercera parte de las aventuras del se?or Freeman y alg¨²n que otro t¨ªtulo m¨¢s cuyo lanzamiento ya comenzaba a resultar poco probable.

Pero he aqu¨ª que el bueno de Ron, en pleno April Fools, anunciaba un nuevo Monkey Island producido bajo su batuta, como hab¨ªa comentado a?os atr¨¢s que har¨ªa en caso de poder lanzar el juego. Tras el desconcierto inicial y las dudas sobre si la cosa iba en serio dada la fecha del anuncio, tres d¨ªas despu¨¦s se confirmaba el sue?o: Return To Monkey Island. Y el gozo result¨® ser pleno: Dave Grossman volv¨ªa junto a Gilbert para co escribir la aventura. David Fox tambi¨¦n estaba en el ajo. La banda sonora volver¨ªa a contar con el trabajo de Michael Land, Peter McConnell, y Clint Bajakian como compositores. Dominic Armato, Alexandra Boyd, y Denny Delk pondr¨ªan nuevamente voces a Guybrush, Elaine y Murray respectivamente. La vida puede ser maravillosa.

Es incre¨ªble que un t¨ªtulo de este calado, que arrastra semejante expectaci¨®n, haya sido desarrollado en el m¨¢s estricto secreto durante dos a?os, sin la m¨¢s m¨ªnima filtraci¨®n ni sospecha de su existencia, cosa de la que deber¨ªan tomar nota algunas compa?¨ªas. Si ya nos produjo una alegr¨ªa indescriptible volver a ver tras muchos a?os el m¨ªtico e ic¨®nico logo de Lucasfilm Games en el teaser del nuevo videojuego de Indy a cargo de Machine Games, contemplar dicho logo nuevamente junto a las palabras Monkey Island y saber que estaban colaborando con Terrible Toybox, compa?¨ªa de Ron, result¨® ser la guinda al pastel. Por si esto no fuera suficiente, Devolver Digital, una de las compa?¨ªas con mejor ojo del mercado, se encargar¨ªa de la publicaci¨®n del t¨ªtulo, garant¨ªa de calidad. Los astros se hab¨ªan alineado.

No exageramos un ¨¢pice cuando volvemos a recalcar que estamos ante uno de los lanzamientos m¨¢s esperados y deseados en la historia del sector del videojuego. En 1990, unos tales Ron Gilbert, Tim Schafer, Dave Grossman, Steve Purcell y Mark Ferrari (as¨ª de escandaloso era el hervidero de talento que era la LucasArts de la ¨¦poca) lanzaban The Secret of Monkey Island, y elevaban a la aventura gr¨¢fica a los altares con un t¨ªtulo inolvidable. En diciembre del a?o siguiente sub¨ªan la apuesta con Monkey Island 2: LeChuck's Revenge, elevando a¨²n m¨¢s el list¨®n con una de las mayores candidatas a n¨²mero uno del g¨¦nero. Tras ello Gilbert abandonaba Lucas, y habr¨ªa que esperar a 1997 para recibir The Curse of Monkey Island, ya sin su creador original, t¨ªtulo un tanto denostado en su momento, pero a la altura del legado de la saga. En 2001, en pleno declive de popularidad del g¨¦nero, llegaba el fallido Escape from Monkey Island. Finalmente, entre 2009 y 2010 pudimos disfrutar del epis¨®dico Tales of Monkey Island a cargo de Telltale Games, aventura de mucha m¨¢s calidad de lo que piensa la creencia popular.

Pero lo que el seguidor de la saga llevaba 31 a?os esperando era el nuevo Monkey de Ron, el que el se?or Gilbert ten¨ªa en mente tras el sorprendente final de Lechuck?s Revenge, independiente al devenir de la saga en manos ajenas. Y esto es lo que viene siendo Return To Monkey Island, esa verdadera tercera entrega en la que Ron ha hecho un imaginativo ejercicio guion¨ªstico para encajarla en la continuidad de la serie a pesar de que como ha comentado en varias ocasiones, para ¨¦l no existen Curse y Escape. Y lo que finalmente nos entrega es una aventura gr¨¢fica colosal, muy cl¨¢sica pero con hueco para multitud de innovaciones, ideal tanto para ac¨¦rrimos del g¨¦nero y la saga como para quien quiera disfrutar de una aventura gr¨¢fica por primera vez. Un triunfo, pese que no logra emular plenamente el brillo de las dos primera entregas, con un t¨ªtulo divertid¨ªsmo lleno de humor mordaz y puzles inteligentes y satisfactorios. Disponible desde ya en Pc y Nintendo Switch, y pronto en m¨¢s sistemas.

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De vuelta a Monkey Island

Como el propio Ron Gilbert ha comentado, Return to Monkey Island es la cl¨¢sica historia de piratas, llena de aventuras, tesoros y terribles enemigos. Creemos que cuanto menos desvelemos del gui¨®n mejor, limit¨¢ndonos a comentar que manejaremos nuevamente al bravo pirata de impronunciable nombre Guybrush Threepwood en busca del legendario secreto de la Isla de los Monos, mientras hace frente a su n¨¦mesis el fantasma LeChuck. Quiz¨¢ notemos que el gui¨®n es un tanto predecible, juega con mucho ¨¦nfasis la baza de la nostalgia, y recorre sin mucho disimulo los senderos de la primera entrega de la saga. Resulta satisfactorio, pero pensamos que tras 31 a?os el se?or Gilbert podr¨ªa haber elaborado un guion algo mejor. Al final, estamos ante un mera excusa para recorrer el Caribe resolviendo puzles y disfrutando de di¨¢logos tronchantes. Sin suponer una decepci¨®n, creemos que impide que el t¨ªtulo brille en este sentido como lo hicieron las primeras entregas.

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Tambi¨¦n notamos algo de falta de chispa en muchos personajes, que quedan un tanto desaprovechados. Guybrush s¨ª resulta un protagonista de altura como siempre, armado con di¨¢logos incluso m¨¢s afilados que su espada, siempre dispuesto a soltar una respuesta ¨¢cida y socarrona. No estamos tan satisfechos con el papel de personajes como Elaine, con un rol demasiado secundario y testimonial. Tampoco los muchos personajes de la saga que vuelven ni las nuevas adiciones logran dejarnos papeles para el recuerdo. Nuevamente, no es un defecto grave, pero era un campo en el que esper¨¢bamos algo m¨¢s. Son estas dos carencias las que en nuestra opini¨®n alejan a Return to Monkey Island de la excelencia, y hemos querido comenzar resaltando lo menos bueno del t¨ªtulo para pasar a enumerar la muchas bondades de la aventura que nos han conquistado.

Lo que s¨ª que no pod¨ªa faltar de ninguna manera es el humor tan propio de la saga, que har¨¢ que disfrutemos del t¨ªtulo con una sonrisa de oreja a oreja mientras lo completamos. La infinidad de di¨¢logos tronchantes, respuestas rocambolescas y situaciones desternillantes marca de la casa nos har¨¢n disfrutar de lo lindo. Esa vena c¨®mica ¨¢cida e inocente a la vez tan propia de los juegos de Lucas resulta muy dif¨ªcil de imitar, y desde los primeros compases del t¨ªtulo queda claro que el bueno de Ron no ha perdido ni ¨¢pice del toque en ese campo. El t¨ªtulo est¨¢ pensado para ser disfrutado sin necesidad de haber jugado a ninguna entrega de la saga, aunque nos perdamos muchas referencias. Por si acaso, incluye un detallado resumen accesible desde el men¨² principal que relata la historia de la saga y sus momentos m¨¢s importantes.

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Como ocurr¨ªa en Monkey Island 2, y en la anterior aventura gr¨¢fica de Ron Gilbert, el mencionado Thimbleweed Park, al comienzo del t¨ªtulo podemos optar por disfrutar de la aventura completa con todos sus puzles y obst¨¢culos, o una versi¨®n recortada en enigmas m¨¢s casual, enfocada a disfrutar de la historia sin muchas complicaciones. La versi¨®n completa dura entre 12-15 horas en funci¨®n de nuestra pericia, bastante menos en el modo casual que sufre de un recorte severo de puzles. Por supuesto, como no pod¨ªa ser de otra manera, el t¨ªtulo cuenta con una estupenda localizaci¨®n de todos sus textos al castellano, por lo que el idioma no ser¨¢ una barrera para disfrutarlo plenamente. Algo de agradecer, ya que estamos ante un t¨ªtulo divertid¨ªsimo que basa gran parte de su atractivo en el desbordante humor de todos sus textos.

Aventura gr¨¢fica para todos los p¨²blicos

A diferencia de Thimbleweed Park, que precisamente buscaba evocar las sensaciones de los grandes cl¨¢sicos de Lucas, Return To Monkey Island emplea un interfaz simplificado, basado eso s¨ª en el puntero. Cuando lo deslicemos sobre alg¨²n elemento o personaje con el que podamos interactuar, se resaltar¨¢n sobre el mismo una o dos acciones a realizar seg¨²n el caso, equivalentes a las cl¨¢sicas ¡°Mirar¡±, ¡°Coger¡± o ¡°Hablar¡±. La gracia es que en lugar de un verbo, se nos mostrar¨¢ una frase graciosa que describe dicha acci¨®n, reforzando el sentido del humor del juego. Viene siendo el esquema de control simplificado habitual de las aventuras gr¨¢ficas modernas, con un toque de humor. En la esquina inferior izquierda tendremos acceso al inventario, donde almacenaremos multitud de objetos para emplear a lo largo de la aventura. Arrastr¨¢ndolos a la pantalla y pulsado sobre los distintos elementos de la misma, los usaremos en caso de que esto sea posible. Este interfaz de usuario minimalista deja la pantalla pr¨¢cticamente libre para la acci¨®n, lo cual nos ha encantado.

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Nos ha gustado mucho la variedad, cantidad y buena implementaci¨®n de los puzles del juego. Hab¨ªa ciertas reticencias a este respecto pensando que quiz¨¢ estar¨ªamos ante una aventura simplificada, pero nada m¨¢s lejos de la realidad. El nivel de los puzles es medio/alto, requiere mucha atenci¨®n e inventiva. Salvo un par de ellos algo rebuscados, son en su casi totalidad l¨®gicos y muy satisfactorios. Priman los cl¨¢sicos puzles de inventario, pero tambi¨¦n habr¨¢ alguno muy original basado en el di¨¢logo, alg¨²n laberinto que en contra de lo que habitualmente pasa con este tipo de puzles resulta interesante, y alguna peque?a sorpresa. Todos ellos implementados de forma org¨¢nica e inteligente, y la verdad es que da gusto devanarse los sesos para resolverlos. Ayuda a ello un movimiento muy ¨¢gil por parte de Guybrush, de manera que pulsando dos veces el cursor donde queramos desplazarnos nuestro protagonista se mover¨¢ all¨ª raudo y veloz, evitando caer en la monoton¨ªa a la hora de recorrer los escenarios en busca de respuestas.

A mayores del modo casual recortado en puzles, el t¨ªtulo cuenta con un interesante a?adido, que hace que si ya en circunstancias normales animemos a todo el mundo a no optar por dicho modo f¨¢cil, convierte definitivamente a Return to Monkey Island en la aventura gr¨¢fica ideal para todo tipo de p¨²blicos. De manera totalmente opcional, se ha implementado un interesant¨ªsimo sistema de pistas graduales, con secciones de gu¨ªa para cada una de las b¨²squedas y sub b¨²squedas que tengamos activas en cada momento. Los m¨¢s puristas del g¨¦nero no tienen porqu¨¦ rasgarse las vestiduras, ya que este sistema es totalmente opcional, pero la verdad es que funciona de maravilla, dando pistas graduales y muy livianas en un principio, aumentado el grado de exactitud con las acciones a realizar si pedimos m¨¢s pistas para un determinado tema. Funciona tan bien, que convierte a Return to Monkey Island en la aventura gr¨¢fica perfecta para iniciarse en el g¨¦nero, evitando la frustraci¨®n de atascos prolongados en el tiempo.

Tambien se incluyen objetivos secundarios como un divertido juego del trivial, cuyas tarjetas con preguntas que deberemos contestar habr¨¢ que ir encontrando a lo largo de nuestras andanzas. Hay que destacar un pen¨²ltimo acto que surge cuando pens¨¢bamos que afront¨¢bamos el tramo final de la aventura, y descubrimos que a¨²n queda mucho por hacer y se nos revela un amplio mapamundi con multitud de localizaciones. Esta parte del juego brilla con much¨ªsima fuerza y se destapa como un tramo genial, enlazando puzles y b¨²squedas a lo largo de unas 2-3 horas que son de lo mejor que hemos disfrutado en el g¨¦nero. El ritmo a lo largo de la aventura es muy bueno, pero este tramo nos parece de manual de aventura gr¨¢fica y deja un sabor de boca magn¨ªfico.

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Navegando m¨¢s all¨¢ del pixel

Mucha pol¨¦mica ha levantado el apartado visual del juego, que deja atr¨¢s la cl¨¢sica est¨¦tica pixel art para apostar por un acabado con tintes cubistas y abstractos en tonos acuarela y pastel. Y pese a que en un principio nosotros tambi¨¦n ¨¦ramos partidarios de la vieja escuela, hemos de admitir que este viraje gr¨¢fico ha terminado por conquistarnos. La direcci¨®n art¨ªstica desborda personalidad, los colores est¨¢n elegidos con maestr¨ªa y los encuadres y transiciones terminan por dejarnos las estampas m¨¢s bellas de los siete mares. Las animaciones desbordan buen hacer, y junto con las magn¨ªficas expresiones de los personajes refuerzan la vena c¨®mica del juego. La ambientaci¨®n, pese a los cambios est¨¦ticos, clava el esp¨ªritu de la saga, y nos sumerge por completo en este viaje incre¨ªble.

La nueva recreaci¨®n de multitud de parajes ic¨®nicos resulta muy acertada y respetuosa con el material original, consiguiendo hacer florecer con fuerza esa vena nost¨¢lgica por la que con tanta fuerza apuesta el t¨ªtulo. A mayores visitaremos multitud de nuevas y variadas localizaciones de exuberante belleza, y todo ello en conjunci¨®n termina por ofrecer un espect¨¢culo para la vista que logra hacernos olvidar las maravillas pixeladas de anta?o, pese a que como hemos admitido tambi¨¦n ¨¦ramos reticentes en un primer momento a este cambio.

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El apartado sonoro es una soberana delicia, y termina por redondear un producto que evoca los enormes valores de producci¨®n con que contaba el g¨¦nero en el pasado. La calidad de las melod¨ªas es apabullante, tanto las versiones de las cl¨¢sicas de la saga como las nuevas tonadillas compuestas para la ocasi¨®n. Los distintos instrumentos suenan con calidad pr¨ªstina, en una mezcla de sonido que nada tiene que envidiar a grandes producciones del celuloide. El trabajo de doblaje al ingl¨¦s a cargo de los mencionados Dominic Armato, Alexandra Boyd, y Denny Delk es soberbio, demostrando que han nacido para interpretar estos personajes y siendo decisivos a la hora de remarcar sus personalidades. El resto de voces acompa?a a la perfecci¨®n, dej¨¢ndonos un producto redondo en lo audiovisual.

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