Sackboy: Una aventura a lo grande, an¨¢lisis. Saltando a la next-gen

Los aficionados al plataformas tienen motivos de sobra para brincar de alegr¨ªa. Vivimos un resurgir del g¨¦nero en el que Mario, Sonic y Crash Bandicoot, entre otros iconos del salto, nos han obsequiado con grandes entregas. Parece que fue ayer cuando estas mascotas dominaban el panorama consolero y sus juegos decid¨ªan qui¨¦n ganaba o perd¨ªa la generaci¨®n. El fontanero defend¨ªa a Nintendo, el erizo a SEGA y el marsupial a Sony. Fueron buenos tiempos, pero mucho ha cambiado desde entonces. El ¨²nico de los tres que permanece fiel a una ¨²nica compa?¨ªa es el bueno de Mario, mientras que Sonic?¡ªcuya compa?¨ªa ya ni produce consolas¡ª y Crash han abrazado el formato multiplataforma. En la terna entre Nintendo, Sony y Microsoft, solo la primera presume de una mascota plataformera que defienda sus colores. Al menos, hasta ahora.

En la transici¨®n a la nueva generaci¨®n, Sony ha apostado por un nuevo ¨ªdolo del brinco: Sackboy. Cierto es que ya conoc¨ªamos al simp¨¢tico mu?eco de trapo de sus peripecias en los geniales Little Big Planet, pero nunca se ha hecho un esfuerzo tan intenso por dotarlo de protagonismo como en Sackboy: Una aventura a lo grande. Ya no hay duda de su condici¨®n de s¨ªmbolo, de estrella plataformera en un imaginario tan marcado por la acci¨®n, el mundo abierto y el hiperrealismo como el de Sony. No en vano, la gran aventura de Sackboy es uno de los principales argumentos de PS5 de cara a su lanzamiento. Una declaraci¨®n de intenciones y de amor hacia el plataformeo que invita al optimismo a los fans del g¨¦nero: PS5 dar¨¢ batalla. Con el pecho partido por una cremallera digna del mejor Nomura, Sony por fin da la alternativa a este juguete saltimbanqui y le concede la responsabilidad de dar el mayor bote de todos: el salto a la next-gen.

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Un mundo a la medida de Sackboy

El protagonismo de Sackboy va m¨¢s all¨¢ de acaparar la car¨¢tula y dar nombre al juego. Todo, desde el dise?o de niveles hasta la est¨¦tica general de la obra, orbita en torno a ¨¦l. Sumo Digital ha concebido un mundo a la medida del peso, el ritmo y la cierta torpeza de sus movimientos, m¨¢s similares a los de Yoshi, que pierde vida en cada salto, que a la precisi¨®n quir¨²rgica de Mario. Ocurre lo contrario que en, por ejemplo, Kirby¡¯s Dreamland. Sakurai prioriz¨® el dise?o de escenarios y enemigos antes que el del protagonista para garantizar la accesibilidad del juego, mientras que el rol de Sackboy en su gran aventura es de pilar sobre el que construirlo todo.

Arrancar el an¨¢lisis con esta reflexi¨®n es importante porque no siempre fue as¨ª. A lo largo de su adorable vida, Sackboy ha ejercido m¨¢s como material promocional que como personaje de videojuego propiamente dicho. Pas¨® en Little Big Planet, donde la prioridad de Media Molecule ¡ªy Sumo Digital por cierto efecto de arrastre¡ª siempre fue la creaci¨®n y difusi¨®n de niveles entre los usuarios. Sackboy era el rostro visible, el protagonista de una historia con delirios de tutorial. Encantadora y mucho m¨¢s trabajada que cualquier explicaci¨®n de veinte minutos al inicio de un t¨ªtulo, pero tutorial al fin y al cabo. Un medio para alcanzar un fin, pero nunca el fin en s¨ª mismo. En Sackboy: Una aventura a lo grande, eso ha cambiado. Libre de su condici¨®n de mu?eco-anuncio, la mascota de PlayStation solo tiene que centrarse en disfrutar ¡ªy hacernos disfrutar¡ª de su primera gran aventura.

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La reinvenci¨®n de Sackboy

El (re)debut de Sackboy viene acompa?ado de una doble responsabilidad. En lo argumental, puesto que el risue?o monigote debe salvar a sus amigos de las garras de Vex, un villano de vodevil que amenaza a la paz de Mundo Artesano. ?C¨®mo? Mediante el Patasarribador, una m¨¢quina mal¨¦vola para imponer su caos y cuya construcci¨®n pasa por esclavizar a todos los sacks. A todos excepto a Sackboy, que escapa en cohete justo a tiempo. Mario se estren¨® rescatando a una princesa, Kirby recuperando la comida robada por Rey Dedede y Sackboy salvando el mundo entero de la destrucci¨®n y la esclavitud. Nada mal para empezar. Aunque esa responsabilidad, que viene dada por la historia del juego, no es nada comparada a la que Sumo Digital deb¨ªa afrontar en clave jugable.

La idea de un plataformas 3D protagonizado por Sackboy pill¨® un poco a contrapi¨¦ al autor de estas l¨ªneas. Es un personaje simp¨¢tico y el imaginario de Mundo Artesano derrocha carisma desde el primer Little Big Planet. El salto, eso s¨ª, nunca ha sido su fuerte. Demasiado liviano e impreciso; nunca conect¨® con quien escribe. Quiz¨¢ tampoco lo hizo del todo con Sumo Digital, que hered¨® la franquicia de la mano de Media Molecule y que sigui¨® priorizando la creaci¨®n de niveles como eje central de la saga. Ahora, tras dos entregas y la experiencia de desarrollos tan diversos como Sonic & SEGA All-Stars Racing, Crackdown 3 y Snake Pass en su historial, Sumo Digital por fin tiene margen para llevar a Sackboy a su terreno. Algo ha cambiado para que, sin llegar a los niveles de finura de cierto fontanero, el mu?equito de lana nos obsequie con un plataformeo m¨¢s preciso, ¨¢gil y satisfactorio. Sackboy salta, rueda, golpea, agarra y se lanza en plancha con una gracilidad digna de elogio. Ya hac¨ªa muchas de esas cosas, cierto, pero nunca con tanto acierto plataformero. Controlarlo jam¨¢s fue tan satisfactorio. Y ese cambio llega justo a tiempo para la cita m¨¢s importante de su suave y calentita vida.

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Un mejor control es sin¨®nimo de accesibilidad; en este plataformas todos tenemos cabida. Desde la ni?a o el ni?o que cojan un mando por primera vez hasta el adulto ducho en mil saltos. Ya sea mediante vidas infinitas ¡ªopci¨®n activable desde el men¨²¡ª o con las 15 pruebas contrarreloj de los Caballeros de la Puntada, aqu¨ª hay hueco para todos. Quiz¨¢ algo m¨¢s estrecho para los jugadores expertos, pero hueco igualmente. Como en todo buen plataformas tridimensional, el desaf¨ªo estriba en lo exhaustiva que sea la b¨²squeda de coleccionables y lo exquisitos que seamos con la puntuaci¨®n final. Uno puede pasear por las monta?as y junglas del juego sin mayor complicaci¨®n, pero tambi¨¦n puede escudri?ar y exprimir al m¨¢ximo el t¨ªtulo para a?adirle cierto grado de dificultad. No a niveles McMillenianos, pero s¨ª lo bastante como para romper cualquier prejuicio sobre el exceso de amabilidad de un plataformas que tarda algo m¨¢s de la cuenta en mostrar todas sus cartas. Pese a que Sumo Digital no impone ninguna exigencia m¨¢s all¨¢ de alcanzar la meta, la verdad es que su trabajo bien merece un extra de dedicaci¨®n.

Imaginaci¨®n a lo grande

Sackboy: Una aventura a lo grande es pura diversidad e imaginaci¨®n durante m¨¢s de 10 horas. Hay de todo y todo es agradable de ver y jugar. A sus cinco mundos no les faltan escenarios submarinos, prados buc¨®licos, zonas nevadas y otros cl¨¢sicos del g¨¦nero, aunque en pocas ocasiones hemos gozado de entornos tan preciosistas. La combinaci¨®n de texturas y el aspecto DIY que acompa?a a todo juego de Sackboy luce aqu¨ª m¨¢s bonita que nunca. Ni siquiera hace falta embarcarse en la next-gen para disfrutar de una obra bell¨ªsima. Tanto es as¨ª que, a pesar de que solo podemos agarrarnos a las superficies esponjosas, hemos intentado manipular todo lo que puebla el escenario. Sumo Digital genera unas ganas incontenibles de tocar hasta el ¨²ltimo objeto mientras acumulamos orbes y cascabeles, moneda del juego con la que comprar gestos y prendas para personalizar a Sackboy al m¨¢ximo.

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Lo mejor es que este derroche de creatividad tambi¨¦n se da en lo jugable. No hay nivel que no introduzca un nuevo enemigo o una plataforma in¨¦dita con la que interactuar. De forma similar a lo que ocurre con el Bar?a de Koeman, aqu¨ª nunca sabes lo que te encontrar¨¢s tras el pitido inicial. Yetis rodantes, plantas que te escupen para teletransportarte, mejunjes viscosos con los que empaparse los pies y trepar por las paredes¡­ Sumo Digital no deja de lanzar nuevas ideas. Ninguna revolucionar¨¢ el g¨¦nero, de acuerdo, pero todas est¨¢n ejecutadas con much¨ªsimo tino.

Nunca te aburrir¨¢s jugando a Sackboy: Una aventura a lo grande. En lugar de profundizar en las mec¨¢nicas, enemigos y obst¨¢culos asoci¨¢ndole mil y un usos como s¨ª ocurre en los Super Mario -los que tanto vanagloriamos, con los que todo lo comparamos-, el estudio brit¨¢nico echa y desecha todas las ideas que se le ocurren. Y os garantizamos que no hay una sola que no sorprenda y que no aumente las ganas de seguir jugando. ?Si hasta hay un nivel al ritmo de Bruno Mars! Puede que estos niveles musicales no sean tan geniales como los de Rayman Legends, pero no por ello dejan de ser gui?os muy divertidos, con un repertorio sonoro incre¨ªble y un ejemplo de lo loco y variado que puede ser este t¨ªtulo. Sobre todo conforme pasan los niveles y la relaci¨®n entre creatividad y desaf¨ªo se equilibra.

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A un salto de la perfecci¨®n

?Un pero? Y dos tambi¨¦n, si gust¨¢is. Sackboy: Una aventura a lo grande es un videojuego muy redondo, pero no siempre igual de inspirado. El dise?o de los enemigos es algo simpl¨®n, los jefes finales son demasiado permisivos ¡ªsi pierdes, contin¨²as justo donde te han derrotado¡ª y los niveles pensados para los jugadores m¨¢s avezados se quedan un pel¨ªn cortos en t¨¦rminos de dificultad. Tampoco ayuda el retraso del multijugador online, una l¨¢stima teniendo en cuenta que hay fases exclusivamente dise?adas con al menos dos usuarios en mente y que la expresividad en forma de personalizaci¨®n ¡ªcasi¡ª infinita o los gestos de Sackboy es una de las principales bazas de la obra. Por no hablar de lo complicado ¡ªy a veces irresponsable¡ª que es juntar a varias personas en casa para disfrutar del cooperativo local. Son detalles que no afectan al conjunto de la experiencia, sin duda satisfactoria, pero s¨ª que impiden que esta sea lo m¨¢s completa posible.

Tampoco es este un juego que sirva para definir a la nueva generaci¨®n. Por bonitos que sean sus escenarios o por bien que luzcan sus cinem¨¢ticas, presumir de potencia ser¨¢ tarea de otras IPs. Aunque se agradecen las mejoras de rendimiento, Sackboy: Una aventura a lo grande puede disfrutarse perfectamente en una PS4 sin tanto ray-tracing. No hemos echado en falta charcos reflectantes en sus mundos de cart¨®n, si es lo que os pregunt¨¢is al leer este an¨¢lisis. Lo que s¨ª os garantizamos es que funciona genial como t¨ªtulo intergeneracional; es una apuesta segura lo compr¨¦is en la consola que lo compr¨¦is.

Sackboy en Nueva Generaci¨®n

Si te planteas comprar Sackboy como parte del cat¨¢logo de tu flamante PS5, o bien decides jugarlo en PS4 con la idea de probarlo en el futuro en la nueva m¨¢quina, los cambios y evoluciones del mismo no pasar¨¢n desapercibidos. Una de las ventajas concretas de este juego es que la actualizaci¨®n a la versi¨®n PS5 es autom¨¢tica y gratuita, por lo que podremos seguir disfrut¨¢ndolo una vez cruzado el puente. Cuando lo hagamos, apreciaremos que la peculiaridad est¨¦tica y fuerte identidad visual del juego hace que la versi¨®n de PS4 no desmerezca en absoluto, aunque al mismo tiempo apreciaremos en ciertas esferas el trabajo que ha realizado Sumo para darle ese "toque de nueva generaci¨®n". A nivel puramente gr¨¢fico hay un renovado trabajo con la iluminaci¨®n en general y una mejora clara de calidad de las texturas, reproduciendo con m¨¢s acierto la sensaci¨®n de movernos en un mundo formado de materiales y tejidos familiares de nuestro d¨ªa a d¨ªa. El DualSense, con su capacidad para reproducir sensaciones a trav¨¦s de sus vibraciones, tambi¨¦n ser¨¢ un poderoso aliado a la hora de sumergirnos en el mundo y sentirnos m¨¢s cerca de nuestro Sackboy y su entorno. No es una evoluci¨®n rompedora, pero lo suficientemente pronunciada como para apreciarla.