Grim Fandango Remastered, gu¨ªa completa - El Bosque Petrificado

Grim Fandango: EL BOSQUE PETRIFICADO

Salvador le sac¨® por unos t¨²neles, y por el camino le explic¨® que deb¨ªa ir a la ciudad de Rubacaba, ya que todas las almas perdidas deb¨ªan pasar por all¨ª, y por tanto podr¨ªa esperar a Merche en ese lugar. Le dej¨® en el bosque petrificado, el lugar m¨¢s terrible de la tierra de los muertos, pero Manny como cualquier protagonista de aventura gr¨¢fica que se precie no conoc¨ªa el miedo, o al menos su miedo a volver a la ciudad era aun mayor

Se dirigi¨® a la derecha y lleg¨® a un claro donde encontr¨® a Glottis llorando. Le hab¨ªan despedido y su vida no ten¨ªa sentido sin arreglar motores, por lo que se arranc¨® el coraz¨®n y lo lanz¨® lejos (eso es amor al trabajo, yo me arrancar¨ªa el coraz¨®n si tuviera que trabajar un minuto m¨¢s de lo que lo hago). All¨ª al lado hab¨ªa una se?al que apuntaba hacia Rubacaba que no se pod¨ªa arrancar, aunque lo cierto es que no sab¨ªa para que hab¨ªa de arrancarla. Un poco m¨¢s all¨¢ estaba el coche.

Manny pens¨® en cogerlo y largarse, pero no pod¨ªa dejar all¨ª a su amigo moribundo, m¨¢s que nada porque ¨¦l no sab¨ªa conducir. Detr¨¢s de Glottis hab¨ªa un camino que conduc¨ªa a una tela de ara?a gigante en la que estaba el coraz¨®n de su socio, junto a ella hab¨ªa un mont¨®n de huesos del que cogi¨® uno y lo lanz¨® sobre la tela. Despues enganch¨® en ¨¦l su guada?a, tir¨®, solt¨®, y por el "efecto tirachinas" el coraz¨®n fue a parar junto a su due?o. Cogi¨® cuatro o cinco huesos m¨¢s, que siempre ven¨ªan bien para un posible caso de descalcificaci¨®n, y fue junto a su barrigudo amigo. Cogi¨® el coraz¨®n y lo volvi¨® a poner en su sitio, con lo que Glottis despert¨®.

Mientras tanto, en la ciudad, un tal Hector Lemans sal¨ªa a la luz y se revelaba como el verdadero jefe de la operaci¨®n de robo y venta de billetes en primera clase. No le gustaba como iban las cosas, por lo que elimin¨® a Don por el curioso m¨¦todo de lanzarle un proyectil que le hizo crecer flores por todos los huesos. A esto le llamaban brotar, los muy brutos. Dej¨® a D¨®mino a cargo de todo.

Glottis se pus¨® al volante inmediatamente y en la primera maniobra golpe¨® la se?al que apuntaba a rubacaba. Hab¨ªa cuatro caminos posibles, al sur se volv¨ªa a la ciudad, lo cual no era interesante, al norte hab¨ªa unas rocas infranqueables, al noroeste y al este no sab¨ªan lo que hab¨ªa, por lo que optaron al noroeste, que era al lugar donde apuntaba la se?al. Sin embargo llegaron a otro claro rodeado de cuevas en los ¨¢rboles que no conduc¨ªan a ninguna parte. Manny se baj¨® del coche y volvi¨® andando al lugar de la muerte y resurgimiento de Glottis. Ahora s¨ª que pudo arrancar la se?al que apuntaba a Rubacaba.

Por desgracia no le cab¨ªa en el bolsillo, por lo que tuvo que llevarla en las manos hasta el claro de las cuevas, donde la clavo en el suelo. Tras dar varias vueltas se?al¨® hacia un punto concreto, anduvo varios pasos en esa direcci¨®n con la se?al otra vez a cuestas y la volvi¨® a clavar otra vez. Una vez m¨¢s di¨® vueltas y se?al¨® en cierta direcci¨®n, la arranc¨® anduvo en esa direcci¨®n y repiti¨® la operaci¨®n hasta que la se?al apunt¨® al suelo y se abri¨® un pasadizo secreto en el bosque. Mont¨® en el coche y penetraron por ¨¦l. Llegaron a un cart¨¦l con una llave y, a pesar del texto poco amistoso de aquel, Manny cogi¨® la llave y se largaron de all¨ª en el coche por donde hab¨ªan venido.

Estaban en el claro de las cuevas. Volvier¨®n al primer claro. Ahora solo les quedaba la opci¨®n del este y hac¨ªa all¨ª tiraron, hasta un complejo industrial bastante extra?o. Manny pregunto a Glottis que era aquello y su colega le explic¨® que esa maquinaria extra¨ªa el tu¨¦tano de los ¨¢rboles para construir edificios, de ah¨ª el nombre de la ciudad. En un gran arbol se pod¨ªa ver una rueda giratoria en la copa y dos bombas de aire a cada lado del tronco. Hab¨ªa una palanca de la que Manny tir¨® y se par¨® la rueda.

Glottis tuvo la idea de sacudir el arbol para que las bombas cayeran, hacer con ellas amortiguadores para el coche y poder as¨ª pasar por el camino de las rocas. Cogi¨® un peso de una carretilla que hab¨ªa encontrado y se subi¨® a la rueda para desequilibrarla. Cuando baj¨® volvi¨® a activar la rueda, pero no ca¨ªan las bombas. Manny observ¨® que del generador de la palanca sal¨ªan cuatro cables, uno por cada bomba. Si pon¨ªa la carretilla encima de uno de ellos se paraba su bomba correspondiente y se volv¨ªa a activar cuando la quitaba. De izquierda a derecha fue parando y volviendo a activar las bombas para sincronizarlas de manera que mientras las dos de la izquierda estaban estiradas, las dos de la derecha estaban contraidas y viceversa.

Eso hizo que el ¨¢rbol se tambaleara al m¨¢ximo. Volvi¨® a tirar de la palanca y Glottis volvi¨® a subir a equilibrar la rueda. Manny se pregunt¨® que ocurrir¨ªa si volv¨ªa a activar la rueda mientras su amigo estaba colgado en ella. De una cosa estaba seguro, y era de que se iba a reir mucho, por tanto lo hizo. El resultado fue que el arbol cay¨® y Glotis consigui¨® las bombas. Las aplic¨® al coche y ahora ya ten¨ªa buena amortiguaci¨®n.

Volvieron al claro y por fin pudieron tomar el camino del norte. Llegaron a una gran puerta cerrada con un candado que ten¨ªa otra m¨¢s peque?a en su centro. Manny entr¨® por esta ¨²ltima y fue a parar a un r¨ªo de petr¨®leo. En su centro hab¨ªa un dique de huesos fabricado por unos castore de fuego que le echaron de all¨ª. Volvi¨® a entrar, gir¨® a su izquierda, dejando al fondo el dique, y siguiendo un camino fue a dar a la orilla del r¨ªo, bajo una gran roca en la que se subi¨® uno de los castores.

Manny lanz¨® un hueso al petr¨®leo y prepar¨® su extintor. Cuando el castor rugi¨®, gru?¨®, o lo que quiera que hagan los castores flam¨ªgeros, Manny roci¨® el r¨ªo con el extintor. El castor salt¨® a por el hueso y qued¨® apagado para siempre. Repiti¨® la operaci¨®n dos veces m¨¢s hasta que no quedaron castores. Volvi¨® al exterior y abri¨® el candado de la gran puerta con la llave que hab¨ªa conseguido antes. Ahora pudieron cruzarla con el coche. Pasaron sobre el dique y llegron a una carretera que les condujo hasta Rubacaba.

Era una ciudad cubierta de niebla. Manny subi¨® unas escaleras y dejando otras a su izquierda se introdujo en las brumas y, como no ve¨ªa nada, cay¨® por un precipicio al mar. Le sac¨® de all¨ª un marinero, que se fue a hablar con Glottis tras dejarle junto a las escaleras. Manny subi¨® por ellas, hacia una gran torre que recordaba a un pepino. As¨ª lleg¨® a un restaurante donde estaba fregando un antiguo cliente suyo, quien le dijo que Merche no hab¨ªa pasado por Rubacaba y que ¨¦l estaba buscando a su mujer.

Estuvieron hablando hasta que le di¨® a Manny una foto de su esposa. Manny observ¨® unas puertecillas que hab¨ªa a lo largo de una pared y que conten¨ªan n¨²meros de alimentos.

Pregunt¨® por el n¨²mero 22 y result¨® ser lengua. Despues volvi¨® junto a Glottis y le ense?¨® la foto al tipo que le hab¨ªa sacado del agua, quien le explic¨® que esa mujer se hab¨ªa ido de la ciudad. Manny no le cre¨ªa por lo que el marinero le di¨® pruebas que Manny llev¨® al t¨ªo de la fregona, el cual se larg¨® de all¨ª. Manny qued¨® fregando el suelo. Ya se hab¨ªa instalado en la ciudad.

?Est¨¢s intrigado? ?Qu¨¦ har¨¢ Manny Calavera? ?Volver¨¢ a ver a Merche? ?Se manchar¨¢ Glottis de grasa los pantalones?