Adebayo hace de Shaq y mete a los Heat en las Finales de la NBA
Los Celtics vuelven a colapsar de forma inexplicable y dicen adi¨®s. Miami, de la mano de Adebayo, se jugar¨¢ el anillo ante LeBron, el hombre que les lider¨® a sus ¨²ltimas Finales.


Los Heat cierran el c¨ªrculo. Seis a?os despu¨¦s de la partida de LeBron, se jugar¨¢n contra ¨¦l un campeonato marcado por m¨¢s factores externos que nunca pero que tendr¨¢ unas Finales dignas de cualquier historia de Hollywood. Si bien los Celtics eran, para muchos, el rival so?ado ante los Lakers, Miami se ha impuesto siendo, sencillamente, mejor. En el global de los seis partidos y en los momentos importantes, esos en los que se han mantenido siempre constantes en contra de unos Celtics que no han conseguido superar su en¨¦sima p¨¢jara en ataque y se despiden de forma agridulce de una temporada neta y completamente positiva, superando el sainete de Kyrie Irving, regresando a las finales del Este y contando con una plantilla precoz pero corta, algo que tiene posibilidad de corregirse y que ha penalizado en demas¨ªa a un equipo que, por talento, era mejor que su rival, pero que se ha quedado sin fuerzas ni respuestas. La inacabable rotaci¨®n de Spoelstra, esa en la que cualquiera te puede hacer un partido para el recuerdo, ha podido con un orgullo verde que sali¨® vivo de una aleccionadora serie ante los Raptors pero que no ha aguantado un envite t¨¢ctico superior. Se despiden en el sexto partido, pero perdieron la serie en el primero, cuando dejaron escapar una ventaja de m¨¢s de dos d¨ªgitos en el ¨²ltimo cuarto para caer. Y, en menor medida, en el segundo, cuando dicha diferencia lleg¨® en el inicio y tampoco la supieron mantener. Y, al final, caen en esa ronda maldita, de momento, para Brad Stevens, una que han alcanzado en tres ocasiones en los ¨²ltimos cuatro a?os con el mismo resultado, el adi¨®s. Ya sea por 4-1 (2017), 4-2 (2020) o 4-3 (2018).
Los Celtics han ido a tirones en toda la serie, y eso ha pesado mucho en un equipo que potencia al m¨¢ximo sus virtudes pero, sobre todo, extrema los defectos del rival, y que ha penalizado esos bajones de una manera tan impoluta como efectiva. Boston mandaba de seis (90-96) a seis minutos para el final, y finaliz¨® el partido con un parcial de 24-6 en contra. Poco m¨¢s que a?adir, en una serie de tiro en la que estuvieron sin anotar una sola canasta desde el 5:30 hasta el 2:19. Sin canastas y con jugadas pol¨¦micas mediante, Miami consigui¨® una ventaja definitiva y dej¨® al equipo verde hundido y con la vista ya puesta en una 2020-21 en la que necesitar¨¢n refuerzos. Sobre todo, alguien que de descanso a sus exteriores y una referencia interior m¨¢s all¨¢ de un Daniel Theis hoy eliminado por faltas e incapaz de defender a un Adebayo al que cubri¨® mejor el rookie Grant Williams y que se fue a 32 puntos, 14 rebotes y 5 asistencias, como si de Shaquille O'Neal se tratase. El p¨ªvot fue el dominador de los tableros y el hombre que rompi¨® el partido, al que nadie pudo detener ni frenar, y se sigue reafirmando como una de las revelaciones de la temporada. Junto a Tyler Herro (19-5+7), Duncan Robinson (15+6 con 5 de 7 en triples) y compa?¨ªa. Esa horda de j¨®venes jugadores que aseguran un proyecto a largo plazo y que realzan el m¨¦rito de un equipo que llegaba quinto del Este a la burbuja y se clasifica para las Finales. Nadie llegaba en una posici¨®n tan alejada desde, ojo, los Knicks en 1999 (octavos). Casi nada.
Siempre hay peros que poner a la ecuaci¨®n, y del que se tirar¨¢ con asiduidad ser¨¢ del de la inexistente ventaja de campo en la burbuja. Algo clave que bien podr¨ªa haber cambiado las cosas para un equipo que no ten¨ªa ventaja de campo en ninguna ronda (ni la tendr¨¢ en las Finales) y que se ha aprovechado de ello en una Conferencia donde, tradicionalmente, esta variante siempre ha sido clave. De hecho, los Celtics sumaron un 10-1 en casa en los playoffs de 2018, una estad¨ªstica solo rota en el s¨¦ptimo partido ante los Cavs de LeBron, que se fue a 35+15+9 en ese encuentro. Ser¨¢ el Rey el que complete el mismo c¨ªrculo que los Heat, volviendo a encontrarse con Pat Riley, Eric Spoelstra y Udonis Haslem, ¨²nicos supervivientes de los anillos de 2012 y 2013, de ese equipo de ensue?o en el que tambi¨¦n estaban Dwayne Wade y Chris Bosh (y Ray Allen, Mike Miller, Shane Battier, Mario Chalmers, Chris Andersen...) y que disput¨® cuatro Finales consecutivas. LeBron lleg¨® hasta las ocho tras sumar otras cuatro en Ohio, y con la de este a?o se va a las 10, un n¨²mero que solo han alcanzado antes que ¨¦l Kareem (10), Sam Jones (11) y Bill Russell (12). Para ponerlo en relieve, solo decir que los Heat, en toda su historia, han llegado a seis si contamos esta ¨²ltima. Cuatro de elllas con esa estrella de la que se quiere despegar ahora, superando su sombra y sabiendo ganar sin ¨¦l.
La victoria de Riley y la consolidaci¨®n de Spoelstra
"Ahora puedes volver a entrenar". Esas eran las palabras que dirig¨ªa a Erik Spoelstra nada menos que Phil Jackson, en el campus de Las Vegas de 2014, cuando apenas hac¨ªa semanas que LeBron se hab¨ªa marchado de Florida para regresar a la tierra prometida y llevar, dos a?os despu¨¦s, el tan ansiado anillo. Las haza?as de la estrella en Miami empeque?ecieron el m¨¦rito de Spoelstra, que torn¨® para muchos en elemento decorativo cuando hab¨ªa sido justo lo contrario. El Maestro Zen afirmaba con esa frase una realidad supina: el t¨¦cnico por fin podr¨ªa entrenar a su antojo, hacer su t¨¢ctica, preparar sus jugadas y desarrollar un sistema de juego lejos de la escrutadora mirada de un hombre al que hab¨ªa que mantener contento y que hab¨ªa pedido su cabeza en 2011, tras la derrota en las Finales, cuando fue al despacho de Pat Riley junto a Wade para pedirle que bajara al banquillo. La negativa de Riley, que ya hizo lo propio en la 2005-06, dimisi¨®n de Stan Van Gundy mediante, propici¨® el ¨¦xito de unos Heat que est¨¢n en el inicio de un proyecto que va a disputar las Finales. Y no hay mejor master class para una plantilla joven que jugar las Finales con toda la vida por delante. LeBron cedi¨® ante un Spoelstra al que acab¨® respetando y con el que sum¨® su primer anillo apenas meses despu¨¦s de esa charla y su segundo en 2013. Nunca una negativa fue tan fruct¨ªfera. Nunca signific¨® tanto. Y nunca sirvi¨® para tanto.
Spoelstra es una extensi¨®n de Riley en el banquillo, y su equipo hace gala de las mismas cualidades con las que el mandam¨¢s dirige el cotarro: unas bases s¨®lidas, de encofrado fr¨ªo pero f¨¢cil mutaci¨®n, sabiendo adaptarse siempre al rival y a las distintas eras de la misma manera que Riley se adapt¨® al defensivo y casi sinverg¨¹enza juego de los 90 tras impulsar el Showtime con Magic en los 80. El propio Riley ha conseguido su victoria particular ante Danny Ainge, al que tuvo enfrente cuando este militaba en los Celtics de Bird y ¨¦l dirig¨ªa a los Lakers en una NBA en plena efervescencia. Ese hombre al que catalog¨® de "llor¨®n". Y suma y sigue dentro de una Liga imposible entender sin ¨¦l. Con su experta mano, llena de sabidur¨ªa, lleg¨® al equipo Dragic en su d¨ªa y Butler el verano pasado. Y, en todo ese proceso, Duncan Robinson, Tyler Herro y Bam Adebayo (un jugador franquicia para una d¨¦cada). Y otros como Kendrick Nunn, Meyers Leonard o Derrick Jones Jr., que han tenido menos protagonismo en esta serie. Algunos v¨ªa draft; otros, como gangas que ni fueron seleccionados en el mismo. Y otros, como Butler o Crowder, como agentes libres o en forma de traspasos. As¨ª lleg¨® tambi¨¦n Iguodala, al que renov¨® de forma autom¨¢tica y sin que nadie se lo explicara. Hoy, el alero ha anotado 15 puntos con 5 de 5 en tiros de campo y 4 de 4 en triples (llevaba 2 de 10 en la serie), y disputar¨¢ sus sextas Finales consecutivas tras cinco con los Warriors. Otra vez, la magia de Riley.
Los Heat vuelven a las Finales con solo tres derrotas a sus espaldas (4-0, 4-1 y 4,-2). Las mismas que los Lakers, que han resuelto con el mismo resultado sus tres eliminatorias (4-1). Los hacen tras un partido duro y trabajado al que Tatum volvi¨® a llegar tarde (0 de 5 en el primer periodo, 0 de 13 en los primeros cuartos de los tres ¨²ltimos partidos), pero que acab¨® con 24+7+11. Al que los Celtics se fueron al descanso con un 56% en tiros de campo y un 48% en triples; y anotando 11, r¨¦cord de la franquica a esas alturas de duelo. En el que Jaylen ha sumado 26 puntos y Smart 20, anotando al principio pero no al final, un cl¨¢sico. Y en el que Kemba ha anotado 20 tantos pero se ha vuelto a resentir de sus constantes problemas f¨ªsicos y su acumulaci¨®n de faltas, toda una costumbre en la serie. Todo eso han superado los Heat, con Butler en 22 puntos (13 en el primer cuarto y 9 en el ¨²ltimo) camino de sus primeras Finales y un Dragic en su versi¨®n tan t¨ªpicamente fiable (se qued¨® en 13 tantos). Los Heat vuelven seis a?os despu¨¦s para enfrentarse a LeBron, ese hombre al que Riley, que proyecta una de las pocas sombras m¨¢s grandes que la de su ex pupilo, neg¨® en 2011. Miami vuelve en casa (Florida) para enfrentarse a una oportunidad hist¨®rica en el a?o m¨¢s dif¨ªcil de la historia. Una franquicia encomiable en fondo y forma, en estructura y en pista, que est¨¢, ojo, a cuatro victorias de conseguir el cuarto anillo de su existencia. Igual que LeBron, vaya. Se cierra el c¨ªrculo. Se abren las hostilidades. Y los Heat vuelven a las Finales. De forma ligeramente sorprendente, inopinada e imprevista. Pero con todo merecimiento. Eso seguro.