An¨¢lisis de Silent Hill 2 Remake, Bloober protagoniza la callada de bocas del a?o

La vida es tan impredecible como maravillosa. Qui¨¦n iba a pensar que Bloober Team acabar¨ªa redimi¨¦ndose de todos sus pecados con un juego que va precisamente sobre eso, sobre la culpa y el perd¨®n. La carta del remake de Silent Hill 2 no la escribe Mary, sino el estudio polaco y est¨¢ dirigida a todos aquellos que dudaron. Algunos lo hicieron por los jumpscares facilones y los asfixiantes pasillos de Layers of Fear (2016). Otros porque nunca vieron nada peor a nivel t¨¦cnico y de mec¨¢nicas que Blair Witch (2019). Y por supuesto, los hab¨ªa a¨²n enfadados por la narrativa y la falta de tacto de las que hac¨ªa gala The Medium (2021). El caso es que la inmensa mayor¨ªa juzgamos a la desarrolladora por su pasado y proclamamos a los cuatro vientos que no estaba a la altura de James Sunderland y Pyramid Head. Admitimos haber estado entre los esc¨¦pticos, pero tras 14 horas y media de partida, la niebla y los prejuicios se han despejado. Estamos ante un remake que no tiene nada que envidiar a los de Resident Evil 2 y 4. Un trabajo impecable que se convierte desde ya en la mejor versi¨®n (con diferencia) de un survival horror que, 23 a?os despu¨¦s, sigue siendo superlativo e imprescindible.

Bloober no recorta; eleva todo al cuadrado

Hasta los m¨¢s puristas de Silent Hill 2 tendr¨¢n que reconocer que Bloober ha respetado todo, absolutamente todo. Cada puzle, situaci¨®n y enemigo de la experiencia original. Aunque eso no significa que no haya metido cambios y novedades por el camino. A veces las cosas saldr¨¢n en un orden diferente y otras muchas conllevar¨¢n m¨¢s pasos y niveles extra entre medias. Para muestra el nuevo vestido de Mar¨ªa que tanto se ha criticado antes de tiempo. Resulta que tambi¨¦n sale el que llevaba anta?o, pero a modo de gui?o y en una localizaci¨®n in¨¦dita.

Otro ejemplo: la bolera en la que encontr¨¢bamos a Eddie con Laura. Ahora ambos personajes se encuentran en un sitio distinto (y de lo m¨¢s aterrador, por cierto), pero la bolera sigue formando parte del juego. Es un edificio en el que podemos entrar a explorar de manera opcional, esconde un trofeo y permite a James tener un d¨¦j¨¤ vu. Nuestro personaje los sufrir¨¢ con frecuencia, pues se trata de uno de los coleccionables a?adidos por el remake. Llamados ¡°atisbos del pasado¡±, son reminiscencias a la versi¨®n de 2001 y sirven para que, si algo se ha modificado o sustituido por otra cosa, siempre, siempre, siempre puedas encontrar restos y se?ales de la vieja a modo de homenaje. No se puede mostrar m¨¢s cari?o por el material base.

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Con lo del traje y la bolera alguno ya se habr¨¢ echado las manos a la cabeza al grito de spoiler, pero esos ejemplos son dos gotas de lluvia dentro del oc¨¦ano de Bloober. La compa?¨ªa ha encontrado un delicado equilibrio y la contradicci¨®n en el jugador es constante y maravillosa. Te pasas el remake reconociendo lo que ves y anticipando lo que suceder¨¢ en cada nivel, pero al mismo tiempo te ves sorprendido una y otra vez por la forma de presentarlo. Tanto por el significativo lavado de cara del que presume como por los peque?os cambios de su desarrollo. Es decir que los m¨¢s veteranos se sentir¨¢n como en casa, pero se ver¨¢n obligados a mirarlo todo con ojos de reci¨¦n llegado.

Como dec¨ªamos al principio, a nosotros el remake nos ha durado 14 horas y media. Confesamos haber ido a buen ritmo y no haberlo explorado todo, por lo que no nos extra?ar¨ªa que pudiese dispararse algunas m¨¢s. Hay un trofeo de speedrun que exige superarlo en menos de 10 horas, para que os hag¨¢is una idea. Y por ponerlo en contexto, ven¨ªamos de rejugar el original y completarlo en apenas 6 horitas.

Que nadie tema que hayan estirado el chicle de mala manera. A nosotros los conceptos ¡°relleno¡± y ¡°aburrimiento¡± nos resultan ajenos a lo vivido. Aunque hay contad¨ªsimas excepciones donde se nota su huella, la mayor¨ªa de aportaciones de Bloober son discretas y de muy buen gusto. Clavan el tono y se amoldan como un guante.

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Permitidnos conceder varias menciones especiales. La primera es para los combates contra los jefes finales. Las peleas, sobre todo las de la recta final, son infinitamente m¨¢s espectaculares y entretenidas. La segunda corresponde a la inteligencia artificial de los enemigos. Preparaos para jugar al gato y el rat¨®n con los maniqu¨ªes e id comprando un desfibrilador. A menudo correr¨¢n a esconderse al veros, se camuflar¨¢n con el escenario y os sorprender¨¢n y dejar¨¢n al borde del infarto. La tercera se la lleva el apartado sonoro. Da igual lo idealizado que teng¨¢is el trabajo original de Akira Yamaoka. Este remake lo lleva todo a un nuevo nivel, sobre todo los efectos. ?Record¨¢is ese consejo que suele darse acerca de disfrutar los juegos de terror con cascos? En esta versi¨®n hay momentos en los que se hace inviable por la tensi¨®n y el pavor que generan dichos efectos. No hay un t¨ªtulo con mejor dise?o de sonido este 2024.

M¨¢s acci¨®n que en el original, pero... ?acaso es malo?

Sobre la acci¨®n tenemos una buena y una mala noticia. La mala primero: hay bastantes m¨¢s combates y enemigos que en el juego original. Ahora la buena: lo anterior s¨®lo es negativo en tu cabeza hasta que pruebas el juego. Los cambios en la c¨¢mara y los controles, el bot¨®n de fintar y la inteligencia artificial hacen que los enfrentamientos sean mucho m¨¢s din¨¢micos y satisfactorios. Se ha conservado cierta tosquedad voluntaria que recuerda a tiempos pasados y sigue habiendo momentos en los que huir es la mejor opci¨®n. A menos que lo juegues en f¨¢cil, no est¨¢ hecho para matar a todo bicho que te cruces. Y lo m¨¢s importante: tened en cuenta que los puzles y la exploraci¨®n han aumentado en igual medida que la acci¨®n. La balanza nunca cede del todo hacia ella y sigue siendo una obra maestra de los survival horror. Variado, tenso, inteligente y desafiante.

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Aquellos que crean que Mar¨ªa no es lo suficientemente provocativa necesitar¨¢n cinco minutos paseando con ella para cambiar de opini¨®n. Los que piensan que las ¨²nicas aportaciones de Bloober son un par de tiendas vac¨ªas para explorar se llevar¨¢n una grata sorpresa con la prisi¨®n y los laberintos. Quienes duden del ritmo no tardar¨¢n en rectificar tras cierta persecuci¨®n por el vecindario. Y sobre el tono, basta decir que hay di¨¢logos y cinem¨¢ticas nuevas que parecen encajar mejor que las conservadas tal cual. Ni hablar de la estupenda actuaci¨®n de los actores.

Mentir¨ªamos si dij¨¦ramos que no se nota la huella del estudio en ciertos momentos o si neg¨¢ramos que hay alguna que otra escena fan service que despertar¨¢ pasiones y rechazo a partes iguales. Una muestra son los tres nuevos finales (tranquilos que tambi¨¦n est¨¢n los cinco que ya conoc¨¦is). Con todo, el remake no cambia las sensaciones que generaba en su d¨ªa la experiencia original, sino que las alarga y ampl¨ªa. Nos cuesta much¨ªsimo sacarle pegas.

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?Qu¨¦ le falta al remake de Silent Hill 2?

Lo ¨²nico que hemos lamentado que se quedara por el camino es Nacida de un deseo, la expansi¨®n que ven¨ªa con la Director¡¯s Cut del juego. Aunque hay easter eggs relacionados con ella, no est¨¢ disponible y desconocemos si Konami tiene planes de lanzarla m¨¢s adelante (aunque sea como un DLC de pago, a la manera de Separate Ways en el remake de Resident Evil 4). Sea de un modo u otro, es una pena. Permit¨ªa manejar a Mar¨ªa, duraba un par de horillas y era fascinante tanto para comprender a su personaje como para poner en duda todo el lore de Silent Hill 2.

Al margen de dicho subescenario, nuestra ¨²nica pega son los problemas t¨¦cnicos que hemos padecido (de manera muy puntual, eso s¨ª). Texturas que tardaban en cargar, sombras que bailaban en la distancia, ca¨ªdas de framerate incluso en el modo rendimiento... No eran frecuentes y no arruinan ninguna partida, pero ah¨ª est¨¢n y con suerte se pulir¨¢n v¨ªa parche. El resto del lavado de cara es m¨¢s que notable. Las animaciones podr¨ªan ser mejores, pero las expresiones faciales, el volumen de la niebla y los efectos son dignos de aplauso (ojo a las cucarachas que huyen de la luz, por ejemplo). Y si se nos permite un ¡°antes todo esto era campo¡±, puede que la iluminaci¨®n sea m¨¢s realista, pero siempre preferiremos el tembleque de la linterna de 2001.

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