5 sagas de videojuegos que nos gustar¨ªa ver adaptadas a series de animaci¨®n

Hace pocos d¨ªas habl¨¢bamos sobre c¨®mo Cyperpunk: Edgerunners, serie de Netflix creada en conjunci¨®n por CD Projekt y el estudio de animaci¨®n japon¨¦s Trigger, hab¨ªa hecho tanto para?reavivar el inter¨¦s por el juego como sus propias actualizaciones. Es una adaptaci¨®n magistral que se une a la larga lista en la que pronto tambi¨¦n estar¨¢ NieR: Automata (el pr¨®ximo enero), y por la que a lo largo de los a?os han pasado franquicias tan ilustres como Street Fighter, Devil May Cry, Persona, Castlevania, League of Legends o, c¨®mo no, Pok¨¦mon. Probablemente el ejemplo quintaesencial de c¨®mo ambos medios pueden retroalimentarse y ganar popularidad mutua.

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Es un recurso que siempre ha estado ah¨ª (d¨¦cadas atr¨¢s, Nintendo era la primera en acercar sus sagas m¨¢s potentes a ni?os a trav¨¦s de series de TV), pero al que ahora se abren nuevas puertas gracias a los servicios de streaming y la habilidad en casos como Edgerunners o Arcane de trascender m¨¢s all¨¢ de la imagen de ¡°adaptaci¨®n de¡±. De convertirse en aut¨¦nticas obras de culto con entidad propia, disfrutables sin necesidad de hacer deberes, pero beneficiosas para expandir universos ya preestablecidos y alimentar conversaciones entre fans viejos y fans potenciales por igual.

As¨ª que hemos pensado un poco sobre qu¨¦ otras licencias estar¨ªa bien ver siguiendo este camino. Aprovechar un medio ajeno, aunque a la vez tan apropiado por permitir dar rienda suelta a diferentes estilos visuales o tonos narrativos, para contar nuevas historias o ahondar m¨¢s en las que ya conocemos. Por supuesto, podr¨ªamos enumerar literalmente docenas de sagas e incluso as¨ª nos dejar¨ªamos buenas opciones en el tintero, pero hemos decidido centrarnos en cinco con el fin de ir un poco all¨¢ de la mera petici¨®n y tratar algunas de las ventajas que podr¨ªan aportar estas candidatas.

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God of War

No vamos a enga?ar a nadie, otro aliciente para hacer el texto ha sido ver esta semana el prometedor tr¨¢iler de la serie de The Last of Us que est¨¢ preparando HBO. Para esa licencia de la factor¨ªa PlayStation se trata de la forma m¨¢s l¨®gica de hacer la transici¨®n, puesto que el juego de Naughty Dog ya opt¨® desde el principio por un ritmo y un desarrollo de personajes m¨¢s similar a un drama televisivo que a otros juegos. Pero a pesar de su acercamiento a esa f¨®rmula en la nueva etapa, God of War es un caso que ganar¨ªa m¨¢s con la mayor libertad creativa que permite la animaci¨®n.

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Gigantescas criaturas mitol¨®gicas que puedan aplastar personas con un pulgar. Batallas entre dioses que hagan retumbar el mundo a cada pu?etazo. Violencia grotesca que no escatime en v¨ªsceras sin dejar de ser estilizada. Y tan o m¨¢s importante, paisajes y reinos de fantas¨ªa detallados y extensos hasta donde alcance la vista, que Kratos pueda cruzar sin preocuparse por las limitaciones que imponen la necesidad de recrear todo con pol¨ªgonos o decorados. Dar vida a ese arte conceptual que tan a menudo requiere cambios o sacrificios para pasar del papel a la pantalla.

Adem¨¢s, aunque una serie animada ser¨ªa un veh¨ªculo apto para recapitular los tr¨¢gicos or¨ªgenes del antih¨¦roe como dios de la guerra griego, m¨¢s interesante incluso ser¨ªa aprovechar la ocasi¨®n para llenar el vac¨ªo dejado entre God of War III y el reinicio n¨®rdico, averiguando as¨ª c¨®mo Kratos lleg¨® a los nueve reinos y conoci¨® a la madre de Atreus; o incluso organizar visitas a otras mitolog¨ªas que Santa Monica tambi¨¦n se plante¨® en su momento, pero no pasaron de la fase de conceptualizaci¨®n, como la egipcia, la inca o la hind¨². Ser¨¢ por falta de panteones para exterminar.

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The Legend of Zelda

Zelda viene con un par de asteriscos al lado porque es cierto que ya tuvo serie de animaci¨®n noventera (aunque apenas se recuerde m¨¢s all¨¢ de sus memes), y que la cronolog¨ªa es un cacao de historias vagamente conectadas o separadas por l¨ªneas temporales contradictorias. Pero hoy por hoy ya no hace falta meterse en ese berenjenal, porque Breath of the Wild tambi¨¦n propuso un peque?o reinicio narrativo, as¨ª que casi todas las razas y culturas (Goron, Zora, Gerudo, Orni, Kolog) se pueden integrar en una adaptaci¨®n ¡°can¨®nica¡± sin necesidad de salir de la Hyrule actual.

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Otra ventaja de la versi¨®n m¨¢s moderna de este reino, con una entrega principal que ya tiene estatus legendario a pesar de remontarse poco m¨¢s de cinco a?os en el tiempo, un spin-off musou dedicado (Hyrule Warriors: Age of Calamity) y una secuela directa a pocos meses de distancia, es que su propia concepci¨®n como mundo en ruinas donde la mayor parte de la historia transcurri¨® en el pasado da pie a explorar diferentes etapas hasta ahora simplemente aludidas o mostradas a trav¨¦s de breves flashbacks, as¨ª como?incluso a prescindir de Link como protagonista.

Su siglo de reposo antes del inicio de Breath of the Wild implica muchas dificultades y aventuras posibles, y eso es antes de considerar las nuevas oportunidades que brinde Tears of the Kingdom. Por otro lado, casi todo lo relacionado con la anacr¨®nicamente avanzada tecnolog¨ªa Sheikah tambi¨¦n sigue envuelta en misterios, y explorarla podr¨ªa servir no solo para revelar el origen de la naturaleza c¨ªclica actual, sino tambi¨¦n, con un poco de creatividad, quiz¨¢ contextualizar c¨®mo (si) esta etapa de la saga encaja con la cronolog¨ªa preestablecida. ?Es necesario? En absoluto. Pero ya que Zelda va en gran medida sobre puzles, hay pocos m¨¢s desafiantes para resolver que este.

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Assassin¡¯s Creed

De un modo similar a God of War, Assassin¡¯s Creed es una licencia con tanto o m¨¢s potencial para saltar entre diferentes ambientaciones que simplemente adaptar los eventos que ya hemos jugado. Eso s¨ª, viendo que Ubisoft no tiene previsto echar el freno a la que es ya una de las sagas m¨¢s prol¨ªficas del medio (hay tres entregas nuevas anunciadas para los pr¨®ximos a?os), es cuesti¨®n de tiempo que los propios juegos exploren casi todos los contextos interesantes, aunque por supuesto eso no impide seguir contando historias alternativas o complementarias en ellos.

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Dicho esto, una serie animada de Assassin¡¯s Creed tambi¨¦n ofrecer¨ªa una oportunidad de oro para aliviar uno de los principales problemas a los que se ha enfrentado la saga a medida que se multiplicaba el n¨²mero de secuelas: el Animus. Originalmente concebido como una forma de contextualizar los viajes en el tiempo a modo de recreaciones virtuales accesibles a trav¨¦s de la memoria del ADN, la subtrama del Animus se fue reescribiendo con piezas nuevas juego tras juego, hasta convertirse en una especie de monstruo de Frankestein narrativo algo dif¨ªcil de seguir y rara vez contado entre los alicientes para comprar una entrega nueva.

Llegados a este punto, hay dos opciones?sobre la mesa:?librarse de una vez de ese pretexto para que los jugadores nuevos o que prefieran centrarse en las ¨¦pocas cl¨¢sicas no tengan que lidiar con interrupciones (desde Ubisoft han dejado caer que en el futuro ser¨¢n opcionales); o volver atr¨¢s y recontar la historia presente de una forma clara, concisa y atractiva. Construir un competente thriller de conspiraciones a lo Dan Brown (El c¨®digo Da Vinci) donde el Animus sea protagonista y no algo que aparece cada muchas horas, sirviendo de paso como punto de entrada a aquellos que quieran saber c¨®mo conecta todo sin necesidad de pasar por una docena de juegos.

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Elden Ring

Aunque la idea de pedir a From Software ¡°el Dark Souls de los animes¡± es irresistible sobre el papel, y de hecho ah¨ª queda escrita solo por la satisfacci¨®n de teclear las palabras, en pleno 2022 probablemente sea mejor mirar hacia delante. La trilog¨ªa m¨¢s citada de la ¨²ltima d¨¦cada ya alcanz¨® una conclusi¨®n natural hace bastante tiempo, y ahora Elden Ring ha tomado su relevo por la puerta grande, movi¨¦ndose al mundo abierto, erigi¨¦ndose como el de momento m¨¢s firme candidato a juego del a?o y construyendo una nueva mitolog¨ªa en colaboraci¨®n con George R. R. Martin (autor del universo del que derivan las exitosas series Juego de tronos y La casa del drag¨®n).

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Por supuesto, una vez entran en escena Hidetaka Miyazaki y su equipo, Elden Ring adquiere tintes mucho m¨¢s cr¨ªpticos que las novelas de dicho autor; pero eso no ha impedido que el primer juego fuese rico en di¨¢logos y narrativa ambiental para aquellos que quisiesen ahondar en ello (por algo dedicamos no uno, ni dos, sino hasta tres vol¨²menes a intentar desgranar su historia). Dioses ocultos y reyes destronados, incestos y fratricidios, conspiraciones imposibles de resolver, incluso magia espacial: Elden Ring tiene un poco de todo, y a pesar de las muchas horas de contenido ya ofrecidas, a menudo da la sensaci¨®n de que solo hemos ara?ado la superficie.

Desde From no han ocultado su inter¨¦s por convertirlo en una franquicia, as¨ª que la continuidad parece garantizada. ?Y por qu¨¦ no complementarla con una serie? Visitar Leyndell en su momento de m¨¢ximo esplendor y presenciar las batallas entre Godwyn y los dragones; seguir las aventuras de la joven Ranni cuando todav¨ªa ten¨ªa cuerpo; arrojar luz sobre figuras tan enigm¨¢ticas como M¨¢rika, Radagon o Miquella; comprobar qu¨¦ empuj¨® al Caballero Vyke hacia los Tres Dedos; descubrir por qu¨¦ las Ciudades Eternas yacen bajo tierra... O dejar todo ello deliberadamente vago e introducir nuevas subtramas en torno a la Mesa Redonda. Ser¨¢ por opciones.

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The Elder Scrolls

Siguiendo otro poco con la fantas¨ªa medieval ¨¦pica, pero desde la sensibilidad m¨¢s occidental de Bethesda, no podr¨ªamos cerrar sin mencionar a una de las decanas en la tradici¨®n de a?adir toneladas de trasfondo opcional a los juegos. Seguro que todo fan de The Elder Scrolls, especialmente desde que Morrowind dejara la generaci¨®n procedural atr¨¢s, sabe que la mayor parte de sus historias no se narran en las tramas principales; explorar y alistarse en secundarias es absolutamente esencial para conocer los entresijos de regiones como el P¨¢ramo de Vvarden, Cyrodiil o Skyrim. Pero incluso eso sigue siendo la punta del iceberg. Porque luego est¨¢n los libros.

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Cientos literales de manuscritos pueden ser encontrados y le¨ªdos en cada uno de los ¨²ltimos juegos, revelando desde rumores y an¨¦cdotas triviales hasta cap¨ªtulos clave de la historia del mundo. O de los mundos, mejor dicho, porque las idas y venidas con diferentes planos de existencia dar¨ªan para su propia serie antes de empezar a centrar la atenci¨®n en gestas de esos h¨¦roes m¨¢s mundanos que consiguieron tanto en su contexto, pero a la vez tan poco si sus haza?as se miran desde una escala c¨®smica. Una buena recreaci¨®n de las cr¨®nicas del poeta guerrero Vivec (con recurso de narrador que tergiversa y altera el relato sobre la marcha) ser¨ªa tan absurda como brillante.

Por supuesto, gremios como los de asesinos o ladrones tambi¨¦n ser¨ªan grandes puntos de partida para contar nuevas historias en algunas de las regiones todav¨ªa no visitadas (al menos por las entregas monojugador, The Elder Scrolls Online ha cubierto bastante m¨¢s terreno), o incluso introducir la ¨¦poca y los conflictos del venidero The Elder Scrolls VI antes de que salga a la venta. Cierto que no es una saga necesite demasiada promoci¨®n extra, se trata de un nombre que vende solo a estas alturas. Pero como Edgerunners ha demostrado hace nada, un mundo puede adquirir mucho m¨¢s valor si se dedica tiempo y esfuerzo a construirlo desde diferentes perspectivas.?

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Bonus: Resident Evil

?bamos a dejar esta fuera, y de hecho ni siquiera la contabilizamos para el t¨ªtulo porque lleva a?os de adaptaci¨®n en adaptaci¨®n de forma casi ininterrumpida (incluyendo una bochornosa serie de acci¨®n real para Netflix este mismo a?o) y no parec¨ªa justo sacar otra para hacerle sitio. Pero al mismo tiempo, el resultado ha estado siempre tan alejado de su potencial que todav¨ªa seguimos con ganas de ver algo digno de su nombre. Un recorrido por la mansi¨®n Spencer, la comisar¨ªa y las calles de Raccoon City que de verdad capture la tensi¨®n que hizo de trilog¨ªa original (y sus remakes) uno de los arcos m¨¢s recordados y queridos de este medio. Una saga tan trascendental para el terror en videojuegos merece mucho m¨¢s; y nosotros, como fans, tambi¨¦n.

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