Final Fantasy IV Pixel Remaster: nueva y ?mejor? versi¨®n

Para pocos deber¨ªa ser una sorpresa que Square haya decidido dosificar el lanzamiento de Final Fantasy IV, V y VI pese al estreno simult¨¢neo de las tres primeras entregas. Aunque todas son parte de una misma serie, denominada Pixel Remaster por la unificaci¨®n bajo un pixel art cl¨¢sico tras experimentar con estilos m¨¢s modernos o gr¨¢ficos poligonales en algunos remakes, los juegos nativos de Super Nintendo siempre estuvieron llamados a recibir un trato especial. Aunque la saga cosech¨® triunfos importantes en su primera etapa, present¨¢ndose como una alternativa de empaque a Dragon Quest y evolucionando de forma significativa entre la primera y la tercera entrega, en la generaci¨®n 16 bits fue donde de verdad alcanz¨® ese estatus de leyenda que luego la era PlayStation no hizo m¨¢s que agrandar.

Hace poco, con motivo de su 30? aniversario, comentamos (con spoilers) c¨®mo en cierto modo FF IV hab¨ªa sido el primer Final Fantasy moderno. A pesar de estrenarse en 1991 y estar limitado por una tecnolog¨ªa humilde y los c¨¢nones de un g¨¦nero con todav¨ªa mucho margen para crecer, ofreci¨® un desarrollo narrativo denso, con un protagonista que deb¨ªa superar un conflicto interno y no solo externo,?personajes que aprend¨ªan y cambiaban durante el transcurso de la aventura, as¨ª como varios giros de guion para mantener al jugador en vilo. Para fans iniciados en entregas posteriores parecer¨¢ primitivo, pero obras cumbre como FF VI o VII beben mucho del viaje de Cecil y compa?¨ªa, e incluso sus combates se libran usando el sistema estrenado aqu¨ª, una mezcla de turnos con tiempo real acu?ado como Active Time Battle.

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Los propios combates tambi¨¦n se integraron en la escenograf¨ªa como nunca antes, con personajes enfrent¨¢ndose con ciertos enemigos o incluso entre s¨ª en algunas secuencias predefinidas. El sabio Tellah, afligido por una p¨¦rdida reciente, se lanzaba en caliente a por un futuro amigo. Cecil deb¨ªa enfrentarse a s¨ª mismo para dejar sus dudas atr¨¢s, aunque la clave no estaba en usar el comando de ataque. Y el temible Golbez arrollaba al grupo hasta que una inesperada aliada reaparec¨ªa para equilibrar la balanza. Antiguo o no, Final Fantasy IV es un cap¨ªtulo esencial en el desarrollo de Final Fantasy como saga. Y uno que hemos revisitado esta semana, para completarlo de nuevo en su versi¨®n Pixel Remaster y compararlo con las ediciones previas.

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Recorrido a trav¨¦s de las versiones

Como ya hicimos en su momento con la trilog¨ªa de NES, lo primero es recordar la trayectoria desde Super Famicom (la SNES japonesa) hasta Pixel Remaster. Estrenado apenas un a?o despu¨¦s de Final Fantasy III, y con la nueva consola dando todav¨ªa sus primeros pasos, FF IV dist¨® de tener los gr¨¢ficos m¨¢s punteros de la consola, aunque el salto fue m¨¢s que evidente y permiti¨® a?adir muchos detalles a los pueblos, las mazmorras y los campos de batalla. Square no har¨ªa m¨¢s que mejorar en los siguientes a?os, pero FF IV todav¨ªa es un juego agradable a la vista, capaz de sacar petr¨®leo del chip de sonido para la m¨²sica (profundizaremos en esto m¨¢s adelante) y tambi¨¦n hace gala de un desarrollo menos cr¨ªptico que sus antecesores, por lo que no se vio necesitado de tantos retoques a la hora de relanzarlo en consolas posteriores.

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Quiz¨¢ lo m¨¢s interesante de esta ¨¦poca es su localizaci¨®n para Am¨¦rica, donde se renombr¨® como Final Fantasy II para evitar confusiones despu¨¦s de que FF II y FF III no llegasen a ese mercado. Esta versi¨®n sufri¨® algo de censura (referencias religiosas, alguna alusi¨®n a la muerte, la indumentaria de una bailarina), recortes de guion para adecuar el texto ingl¨¦s al espacio disponible (requer¨ªa m¨¢s que los caracteres japoneses) y tambi¨¦n fue sometida a algunos retoques jugables para suavizar su dificultad. No se trat¨® de un simple reajuste en los par¨¢metros de vida o da?os (de hecho, algunos enemigos incluso eran m¨¢s resistentes), sino simplificaciones como eliminar habilidades de los personajes, el uso de ¨ªtems espec¨ªficos para curar los distintos tipos de estados alterados, hacer m¨¢s accesibles los ?ter para recuperar puntos de magia o bajar los precios de las tiendas.

La omisi¨®n de las dos entregas previas y la falta de una tradici¨®n JRPG tan arraigada en Occidente llev¨® a tomar esas decisiones, aunque en Jap¨®n tambi¨¦n recibieron una segunda edici¨®n suavizada, Easy Type, por lo que incluso antes de dejar atr¨¢s Super Nintendo, FF IV ya contaba con tres versiones diferentes. La primera, no obstante, sigui¨® siendo el punto de partida cuando toc¨® pensar en otras consolas. Esta vez, eso s¨ª, el juego no dio primero el salto a WonderSwan, si no a PlayStation, donde se reestren¨® apenas dos meses despu¨¦s de Final Fantasy VII (1997). Eso en Jap¨®n, claro. Los americanos tendr¨ªan que esperar a 2001, aunque lo recibir¨ªan con una nueva localizaci¨®n inglesa, m¨¢s fiel y sin recortes, en un pack que tambi¨¦n inclu¨ªa Chrono Trigger. En Europa hubo que esperar a 2002, aunque lleg¨® acompa?ado por Final Fantasy V, marcando as¨ª el estreno de ambas entregas en territorio PAL.

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Adem¨¢s de una localizaci¨®n sin sacrificios, el aumento del espacio disponible en el CD tambi¨¦n permiti¨® lucir una secuencia FMV a modo de introducci¨®n (pr¨¢ctica recurrente de Square en la ¨¦poca), aunque el juego como tal no se benefici¨® de mejoras importantes. El a?adido del sprint al presionar un bot¨®n agiliz¨® la exploraci¨®n, pero tanto los gr¨¢ficos como la m¨²sica segu¨ªan siendo casi id¨¦nticos a los de SNES. No ser¨ªa hasta el port de WonderSwan (2002) cuando parte del juego se redibuj¨®. Muchos elementos visuales siguieron igual, pero infinidad de detalles en los entornos (m¨¢s detallados y con mejores sombreados), los personajes y todos los fondos de los combates fueron cambiados, resultando en un aspecto m¨¢s similar a las revisiones de FF I y II que hab¨ªa recibido un par de a?os antes la port¨¢til.

Como era de esperar con WonderSwan, esta versi¨®n no sali¨® de Jap¨®n, pero sirvi¨® como base para el posterior port de Game Boy Advance (2005), que no solo s¨ª lleg¨® aqu¨ª, sino que adem¨¢s lo hizo con traducci¨®n al castellano. Otros a?adidos de esta edici¨®n fueron una introducci¨®n extendida, la aparici¨®n de la barra de ATB en la interfaz del combate (antes invisible), el uso de retratos de los protagonistas en sus cuadros de di¨¢logo, un par de mazmorras opcionales nuevas e incluso la posibilidad de recuperar para el equipo una serie de personajes que en ediciones previas hab¨ªan dejado de estar disponibles por razones argumentales. Aunque algunos de sus cambios (en especial ciertos ajustes del sistema ATB) resultaron en peque?os bugs y una dificultad m¨¢s suave que el original, el retraso de la versi¨®n europea sirvi¨® para depurarla y convertirla en la mejor forma de jugar a Final Fantasy IV.

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Claro que no pasar¨ªa mucho tiempo entre su lanzamiento aqu¨ª (durante el verano de 2006) y el anuncio de un remake en tres dimensiones. En Nintendo DS, Square decidi¨® rehacer la tercera y la cuarta entrega con gr¨¢ficos poligonales, y Final Fantasy IV fue la principal beneficiada gracias a la posibilidad de crear secuencias actuadas y dobladas en los momentos clim¨¢ticos y no solo como parte de un tr¨¢iler CG que sirviese como introducci¨®n (que tambi¨¦n tuvo y a¨²n luce fenomenal). El guion se volvi¨® a revisar, y esta vez se escribieron nuevas escenas para profundizar m¨¢s en el argumento, incluyendo flashbacks a eventos transcurridos antes de empezar la historia presente. La ocasi¨®n tambi¨¦n merec¨ªa dejar la m¨²sica de 16 bits atr¨¢s, as¨ª que la banda sonora fue arreglada y regrabada con mayor calidad.

Este proceso de reconstrucci¨®n total tambi¨¦n dio pie a recalibrar por completo el combate, con nuevas habilidades, estad¨ªsticas y sistemas. Las bases eran las mismas, y el componente ATB sigui¨® en su sitio, pero mec¨¢nicamente el juego era un producto propio y bien diferenciado, no una simple copia con gr¨¢ficos en 3D. De hecho, a pesar de desarrollarse desde cero para una consola capaz de atraer a un p¨²blico tan mayoritario como era Nintendo DS, el list¨®n de exigencia subi¨®: a su llegada en 2007, 2008 ya en el caso de Europa, Final Fantasy IV DS era probablemente la versi¨®n m¨¢s dif¨ªcil del juego (tanto o m¨¢s que la original de Super Famicom), aunque a cambio integr¨® un sistema de autobatalla para lidiar con los combates m¨¢s rutinarios sin tener que elegir manualmente los comandos en todos los turnos.

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A partir de aqu¨ª, elegir el mejor FF IV se convirti¨® (todav¨ªa m¨¢s) en una decisi¨®n basada en gustos. Matrix Software, el estudio encargado del remake, hizo honor al original y cre¨® un gran JRPG 3D a partir de ¨¦l, pero con la nueva puesta en escena tambi¨¦n se perdi¨® parte de la agilidad natural de las dos dimensiones, el encanto retro del pixel art y el contenido nuevo estrenado en GBA. Una versi¨®n HD con cambios y mejoras (y un modo m¨¢s f¨¢cil como est¨¢ndar) llegar¨ªa tiempo despu¨¦s a m¨®viles y PC, donde sigue disponible, pero ha sido renombrado como ¡°Final Fantasy IV (3D Remake)¡± a ra¨ªz del anuncio de Pixel Remaster. Movimiento l¨®gico porque ninguno de ellos es relevo del otro, son alternativas igual de v¨¢lidas para disfrutar del cl¨¢sico.

Pero antes de Pixel Remaster, todav¨ªa nos toca hacer una parada en PSP. Porque la primera port¨¢til de Sony no solo recibi¨® su propia versi¨®n, redibujada de una forma mucho m¨¢s exhaustiva que las de WonderSwan y GBA, lleg¨® como parte de un recopilatorio que tambi¨¦n inclu¨ªa The After Years (secuela de 2008 creada para m¨®viles) y un interludio in¨¦dito ubicado entre ambas partes. Bajo la nueva fachada, el juego segu¨ªa tomando como base la versi¨®n de GBA, de la que hered¨® los retratos (tambi¨¦n redibujados) y la dificultad m¨¢s suave, aunque por otro lado?adopt¨® la autobatalla (con aceleraci¨®n) y la banda sonora de Nintendo DS (aunque todav¨ªa se pod¨ªa elegir la original de SNES en un men¨²). Por desgracia para territorio espa?ol, el guion se revis¨® de nuevo y la nueva iteraci¨®n no se tradujo, por lo que el FF IV de PSP?volvi¨® a llegar en ingl¨¦s como en tiempos de la primera PlayStation.

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Aun as¨ª, es f¨¢cil entender por qu¨¦ The Complete Collection ha sido y seguramente seguir¨¢ siendo la versi¨®n preferida de muchos fans, bien por los gr¨¢ficos m¨¢s detallados o bien por hacer honor a su nombre y recopilar todo el contenido extra, incluyendo las mazmorras y el cambio de grupo en el endgame introducidos en GBA. En su af¨¢n por regresar a la experiencia original, Pixel Remaster omite casi todo lo que no estaba ya en SNES, aunque su apartado visual es en esencia una versi¨®n a mayor resoluci¨®n de los redise?os creados para WonderSwan y GBA. Otras ventajas posteriores incluyen el sprint?con un bot¨®n de PlayStation, el?movimiento en ocho direcciones (antes solo presente en el remake 3D) y la autobatalla de la que ya hablamos al tratar FF I, II y III hace unas semanas, adem¨¢s del bestiario, la galer¨ªa de artworks y el reproductor musical que tambi¨¦n vienen de serie en todos los Pixel Remaster.

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Pixel Remaster: sus m¨¢s y sus menos

Est¨¢ claro que Square quiere encontrar un nuevo equilibrio entre lo cl¨¢sico y lo moderno: en PC, FF IV Pixel Remaster permite ajustar a nuestro gusto la resoluci¨®n y la proporci¨®n de la pantalla, que se puede poner en formato 4:3 (con filtro CRT opcional para acentuar el acabado retro), 16:9 o incluso ultra panor¨¢mico por si alguien tiene un monitor apto para ello y quiere extender al m¨¢ximo el campo de visi¨®n. El pixel art se adapta bien a todos ellos y recaptura con mayor fidelidad las ra¨ªces 16 bits del juego que la m¨¢s detallada versi¨®n de PSP, producto de una hipot¨¦tica etapa 2D-32 bits que la saga nunca vivi¨® fuera de dicha port¨¢til, lo que le priva de un factor nost¨¢lgico tan localizado y crea mayor desfase con la puesta en escena (todav¨ªa animada y coreografiada de una forma b¨¢sica, acorde a un juego de primera hornada de SNES).

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Pixel Remaster se permite concesiones como efectos m¨¢s elaborados en las magias, el agua o la niebla que ambienta algunas cuevas como la que figura sobre estas l¨ªneas, pero todav¨ªa pasa por un juego de 16 bits m¨¢s all¨¢ de su resoluci¨®n moldeable. La principal nota discordante la pone de nuevo la interfaz, que sigue sin ofrecer alternativas y rompe con el cuidado estilo retro. Lo comentamos al tratar los Pixel Remaster de las tres primeras entregas, lo volvemos a hacer hoy con la cuarta, y lo volveremos a hacer con la quinta y la sexta si Square contin¨²a sin meter mano a eso. En PC puede verse como un mal menor gracias a la presencia de mods, pero no excusa la dejadez de la compa?¨ªa, ni quita que el m¨¢s que posible lanzamiento en consolas quede empa?ado de una forma m¨¢s permanente si no se corrige antes.

Es ir¨®nico que precisamente Final Fantasy IV fuese el encargado de introducir en la saga la personalizaci¨®n de la interfaz mediante un selector de colores para los cuadros de texto cuando Pixel Remaster llega tres d¨¦cadas m¨¢s tarde sin ofrecer siquiera eso. Cambiar la fuente, aumentar su tama?o, hacer que aparezca de forma m¨¢s gradual (para simular el ritmo de las conversaciones) o a?adir los retratos de los personajes ya integrados en el men¨² son opciones que quiz¨¢ no necesiten todos los usuarios, pero su coste de implementaci¨®n es marginal para el beneficio que aportar¨ªan a aquellos que valoren una?mayor sinton¨ªa entre la est¨¦tica del juego y la de la interfaz.

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Hablando de personalizar, algo que s¨ª se mantiene desde SNES es la posibilidad de ajustar la velocidad de las peleas y/o detener el tiempo cuando abrimos los men¨²s de hechizos y objetos durante el combate, lo que da m¨¢s tregua a los que no quieran jugar bajo presi¨®n. Teniendo en cuenta que el autocombate duplica la velocidad de las animaciones, optar por una velocidad tambi¨¦n muy alta en la tasa de acciones puede acabar siendo contraproducente, ya que los turnos no son tan ¡°ordenados¡± como en las entregas de NES: a menudo, nuestros personajes o los enemigos repiten ataque en un lapso entre dos acciones contrarias, lo que en peleas rutinarias (donde podemos establecer una ronda de ataques, magias o curaciones seg¨²n personaje y luego dejar que se repitan hasta nuevo aviso) no tiene mayor importancia, pero en ciertos puntos puede descontrolarse si no volvemos r¨¢pidamente al modo manual.

Es algo que, no obstante, a la larga tiene poco impacto porque FF IV Pixel Remaster es un JRPG bastante f¨¢cil. Como comentamos p¨¢rrafos atr¨¢s, y tambi¨¦n al hablar de las primeras tres entregas en su momento, Square ha ido haciendo una serie de ajustes versi¨®n tras versi¨®n que ahora, en conjunci¨®n con las comodidades nuevas (la extrema facilidad para subir de nivel, los puntos de control constantes en las mazmorras) resultan en un juego muy suave, de reto casi inexistente para los m¨¢s familiarizados con el g¨¦nero. Aunque la recta final escala algo, sobre todo si nos ce?imos al desarrollo principal en vez de explorar y completar zonas opcionales, esta versi¨®n FF IV dista de plantear el mismo desaf¨ªo que en Super Nintendo o Nintendo DS.

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Algunos lo ver¨¢n como un punto positivo, ya que permite correr por la trama (yendo al grano se puede completar en menos de 12 horas frente a las 20-30 que rondaba antes) y minimiza las posibles molestias ocasionadas por las constantes idas y venidas de los personajes (cuando se trata de formar y mejorar un equipo, Final Fantasy III sigue siendo el mejor de los cuatro Pixel Remaster ya lanzados). Pero a otros jugadores esta falta de reto seguramente les dejar¨¢ un sabor de boca agridulce, por lo que Square se deber¨ªa plantear a?adir un modo extra (como en la versi¨®n HD del remake 3D, pero a la inversa) para que aquellos que quieran un desaf¨ªo que saque m¨¢s partido a la gesti¨®n del ATB y a las habilidades propias de cada personaje (muchas acababan siendo triviales y se podr¨ªan quitar sin consecuencias) lo encuentren.

M¨²sica para amortizar el ticket de entrada?

Llegados a este punto, seguro que ha quedado clara la idea de que si bien FF IV Pixel Remaster es una muy buena versi¨®n de este cl¨¢sico, dif¨ªcilmente es la definitiva, al menos en todos los frentes. Con todo, sigue siendo una forma m¨¢s que recomendable de descubrirlo o revisitarlo, y en eso influye la m¨²sica: al igual que en 2007 con motivo del remake 3D, las composiciones de Nobuo Uematsu han vuelto a ser arregladas y regrabadas con mayor calidad de sonido, en algunos casos usando instrumentos reales o r¨¦plicas digitales casi indistinguibles para el o¨ªdo poco entrenado. Teniendo en cuenta que las melod¨ªas ya eran fant¨¢sticas en sus variantes 16 bits, el resultado es una banda sonora que se codea con los mejores JRPG actuales. Y como no es una simple forma de hablar, hemos decidido editar una cuantas piezas para que pod¨¢is escuchar y comparar las versiones de SNES, Nintendo DS y Pixel Remaster.

Aqu¨ª no sobra recurrir una ¨²ltima vez a la idea de las opciones ausentes: as¨ª como la versi¨®n de PSP permiti¨® elegir entre la m¨²sica de SNES y la de Nintendo DS, habr¨ªa estado bien que Pixel Remaster tambi¨¦n dejase que puristas y nost¨¢lgicos pudiesen recrearse en la original si as¨ª lo prefieren. Sin embargo, es probablemente la pega m¨¢s peque?a que se le puede poner al juego, ya que los arreglos son consistentemente buenos y tienden a elevar la experiencia. Un buen ejemplo lo encontramos en el tema de los jefes, donde se da casi todo el protagonismo a un viol¨ªn acompa?ado por trompetas y el ocasional ¨®rgano para imprimir m¨¢s energ¨ªa a la pieza.

Otra melod¨ªa digna de destacar es Troian Beauty, tema que ambienta el castillo de un reino gobernado por mujeres, raz¨®n por la que la pieza original ya emulaba el uso de arpa para representar la feminidad y pureza de esta regi¨®n. Despu¨¦s, la versi¨®n de Nintendo DS replic¨® con bastante fidelidad instrumentos de cuerda y viento para darle un toque c¨¦ltico, casi et¨¦reo. Y ahora Pixel Remaster contin¨²a esa progresi¨®n y adquiere un cariz incluso m¨¢s sereno, como invitando a tomarse una pausa en la aventura para descansar entre los muros de la acogedora fortaleza.

Otra melod¨ªa dif¨ªcil de olvidar es la de Cid. La suya es una figura recurrente en la serie y, aunque cada encarnaci¨®n sea un personaje diferente, siempre guarda alguna relaci¨®n con barcos voladores u otros medios de transporte. FF IV, adem¨¢s, fue la primera vez donde se uni¨® como luchador al equipo y la ocasi¨®n merec¨ªa dedicarle un tema propio. En SNES era uno de los m¨¢s animados y pegadizos gracias a su estribillo con trompeta el tambor acompa?ante. En Nintendo DS se sigui¨® esa l¨ªnea, aunque Pixel Remaster reduce la percusi¨®n para que la nueva guitarra y otros instrumentos de cuerda empujen la pieza m¨¢s hacia el terreno de la ranchera que de la marcha.

Claro que si toca marcha, toca marcha, y no hay mejor muestra que la ascensi¨®n por la torre de Babel. Esta mazmorra es una de las m¨¢s largas del juego, pero la m¨²sica es tan ¨¦pica que pr¨¢cticamente nos lleva en volandas piso tras piso. La versi¨®n de SNES ya hac¨ªa un gran trabajo ilustrando esa idea de que el equipo estaba a la altura del reto, y la de Nintendo DS tampoco se qued¨® atr¨¢s, pero Pixel Remaster sacude con m¨¢s fuerza los tambores e incluso pone unos coros al fondo.

Son solo unas muestras de una banda sonora estelar de principio a fin, que a¨²pa el juego por encima de sus deslices y nos hacen esperar con ansia el d¨ªa en el que Final Fantasy V y VI aparezcan con un tratamiento similar. Dicho esto, tampoco cambian que el potencial desaprovechado est¨¦ ah¨ª, y deseamos que Square tome nota para hacer de esta colecci¨®n una celebraci¨®n a la altura de una de las mejores sagas del medio.