Animal Crossing y la utop¨ªa posible tras el coronavirus

Nadie lo duda. Ni siquiera quien pone en entredicho el valor art¨ªstico de la ludoficci¨®n lo cuestiona: los videojuegos cambian vidas. Pikachu, Kratos, Bayonetta y otros tantos h¨¦roes lideran una industria cultural con un impacto notable en la visi¨®n que muchos tienen del mundo. Quien escribe estas l¨ªneas no es una excepci¨®n y hered¨® gran parte de su amor por la naturaleza y su esp¨ªritu de superaci¨®n de los combates y aventuras que le depar¨® Pok¨¦mon. Como el cine para nuestros padres, el videojuego ha desempe?ado un papel clave en nuestra manera de entender la vida. Y lo mismo ocurrir¨¢ con las generaciones venideras. Ahora se nos presenta una oportunidad ¨²nica de moldear el mundo en base a las ense?anzas de un videojuego muy especial: Animal Crossing.

La crisis del coronavirus ha demostrado muchas cosas, pero quiz¨¢ la m¨¢s importante sea la necesidad de reconstruir la sociedad. Del COVID-19 debemos aprender que los servicios p¨²blicos son intocables, que nuestra familia merece m¨¢s tiempo y mejor conciliaci¨®n que los que el estr¨¦s de la rutina nos permite dedicarle, que la cooperaci¨®n aporta m¨¢s que la competici¨®n, que el planeta necesitaba un respiro como este en t¨¦rminos de emisiones¡­ Y otras tantas lecciones vitales. Todas ellas, aunque muchos no se hayan percatado todav¨ªa, presentes en una saga de videojuegos que lleva casi dos d¨¦cadas inst¨¢ndonos a cambiar nuestros ritmos de vida. Si de verdad hay que replantear nuestra sociedad tras el confinamiento, sin duda creo que tenemos mucho que aprender de Animal Crossing y su ¨²ltima iteraci¨®n, New Horizons.

Aprendiendo de Animal Crossing

La franquicia buc¨®lica por excelencia naci¨® como resultado de un Jap¨®n en crisis, tanto econ¨®mica como de valores. El tempo calmado del aldeano anhelaba ejercer como contrapeso a la velocidad desquiciada de una sociedad totalmente desconectada de su pasado rural, espiritual y reflexivo. En cierto modo, Animal Crossing surge como respuesta contracultural a un clima de estr¨¦s y tensi¨®n constante. Su an¨¦cdota fundacional, la de un juego creado para que un padre ¡ªKatsuya Eguchi, tambi¨¦n padre de la serie¡ª que apenas pasa por casa pueda compartir una afici¨®n con sus hijos, define a la perfecci¨®n qu¨¦ es y para qu¨¦ existe Animal Crossing.

Han pasado dos d¨¦cadas desde el primer t¨ªtulo protagonizado por Tom Nook y compa?¨ªa, pero t¨¦rminos como workaholism y corrientes desesperadas como slow life est¨¢n a la orden del d¨ªa. Veinte a?os m¨¢s tarde, lo que m¨¢s nos sorprende de una pandemia es tener que pasar unas semanas conviviendo con nuestra familia. Tanto tiempo despu¨¦s, no hemos aprendido nada. Sin embargo, apelo al doble significado de crisis ¡ªproblema, pero tambi¨¦n oportunidad¡ª para que la situaci¨®n derivada del coronavirus ejerza como un antes y un despu¨¦s y, en plena efervescencia de New Horizons, atendamos a lo que Animal Crossing tiene que decirnos.

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Hacia la ciudad-aldea

La primera de las lecciones que legan Canela y el resto de animales antropom¨®rficos est¨¢ relacionada con la glocalizaci¨®n. Este t¨¦rmino con tanto arraigo en la cultura japonesa desde la d¨¦cada de los 80 puede sintetizarse en una frase: pensar globalmente y actuar localmente. Sin renunciar a la mentalidad abierta y global, debemos adaptarnos y responder a las necesidades locales. Una manera de aplicar esta l¨®gica, a la que recurre Animal Crossing, es la organizaci¨®n en comunidades peque?as fundamentalmente basadas en la cooperaci¨®n y el comercio sostenible. El desarrollo de unos n¨²cleos urbanos m¨¢s peque?os, pero tambi¨¦n m¨¢s fuertes, evitar¨ªa la concentraci¨®n de la actividad econ¨®mica y poblacional en las grandes urbes, por lo que resolver¨ªa varios problemas de golpe. La despoblaci¨®n y empobrecimiento de las zonas rurales o la masificaci¨®n de capitales como Madrid y Barcelona son algunos ejemplos.

Animal Crossing no renuncia a los beneficios de la globalizaci¨®n, como compartir tiempo con gente venida de todo el mundo, visitar pueblos del globo entero o recibir productos de gran variedad cultural en tiendas como la de las Hermanas Manitas. Sin embargo, da peso al comercio de proximidad, plantea un desarrollo urbano sostenible, ejerce una pol¨ªtica cercana y fomenta la buena convivencia entre vecinos. En cambio, nuestro d¨ªa a d¨ªa resta cada vez m¨¢s protagonismo a las relaciones interpersonales, los productos de kil¨®metro cero y el arraigo en nuestro entorno.

Quiz¨¢ esta forma de pensar impida el desarrollo de metr¨®polis gigantescas y de imperios econ¨®micos muchimillonarios, pero tambi¨¦n implica ganar en coordinaci¨®n, solidaridad y en definitiva calidad de vida. Cuando concluya el confinamiento y haya que recuperar nuestra vida tendremos una oportunidad ¨²nica para, como Animal Crossing, poner en el centro a las personas en vez de a las empresas.

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Por Canela: cuidemos el medioambiente

Otra de las grandes reflexiones que la serie de Nintendo lleva legando desde sus or¨ªgenes es el cuidado de la naturaleza. Ha bastado una semana de par¨®n en Espa?a por el coronavirus para reducir dr¨¢sticamente la poluci¨®n. La contaminaci¨®n atmosf¨¦rica de Madrid ha descendido hasta en un 35% tras unos d¨ªas de confinamiento, seg¨²n el propio consistorio capitalino. En Barcelona, las concentraciones de di¨®xido de nitr¨®geno se redujeron a la mitad en apenas tres d¨ªas en Barcelona, de acuerdo con la Generalitat. No es necesario coincidir con quienes acusan a la humanidad de ser la verdadera pandemia de la Tierra, pero es dif¨ªcil negar que nuestro modo de vida ejerce como un virus que debilita al planeta paulatinamente. Ah¨ª tenemos mucho que aprender de Animal Crossing.

Los aldeanos priman la responsabilidad y la sostenibilidad en su consumo, su producci¨®n, su desarrollo urbano y su relaci¨®n con el entorno. El v¨ªnculo entre progreso y contaminaci¨®n es complejo de disolver, pero hay que empezar a priorizar modelos de ciudad m¨¢s parecidos a lo que sugiere Animal Crossing frente a las grandes urbes. Los n¨²cleos peque?os facilitan la creaci¨®n y protecci¨®n de espacios verdes, la movilidad sostenible, el desarrollo urbano respetuoso con el medioambiente y otras tantas medidas necesarias para superar la emergencia clim¨¢tica. Con din¨¢micas como el teletrabajo, la dotaci¨®n de infraestructuras y el apoyo a los sectores estrat¨¦gicos de cada zona, es factible sustituir a las megaciudades por pueblos a la vanguardia. Aunque de forma ut¨®pica y algo naif, Animal Crossing brinda claves que bien har¨ªamos en atender.

Recrear los ritmos y l¨®gicas de Animal Crossing pasada la cuarentena tambi¨¦n tendr¨ªa numerosos beneficios para nuestra salud f¨ªsica y mental. Con las capitales contaminadas hasta l¨ªmites dist¨®picos, las emisiones matan en torno a 10.000 personas al a?o en Espa?a.

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Haz como T¨®rtimer: s¨²mate a la slow life

La saturaci¨®n de las grandes ciudades, asimismo, induce a problemas de estr¨¦s. ¡°El riesgo de des¨®rdenes de ansiedad es un 21% mayor para los habitantes de las ciudades, quienes tambi¨¦n incrementan sus posibilidades de sufrir trastornos de car¨¢cter en un 39%¡±, explica el investigador del Douglas Mental Health University Institute, Jens Pruessner. El experto se?ala que la incidencia de la esquizofrenia ¡°es casi el doble en las personas que han nacido y crecido en las ciudades¡±.

Todo ello invita a pensar que har¨ªamos bien en adoptar el tempo m¨¢s pausado, casi buc¨®lico, que caracteriza a la saga de Nintendo. El contacto con la naturaleza, el ritmo tranquilo, la movilidad sin complicaciones y la proximidad de los centros de trabajo, ocio y vida privada para facilitar de la conciliaci¨®n son algunos de los elementos clave en estas poblaciones digitales.

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Nuevos horizontes tras la pandemia

¡°Que cuando esta epidemia acabe nos quede la memoria¡±, reflexion¨® el literato chino Yan Lianke en una carta a su alumnado en la Universidad de Hong Kong. Antes de que los mensajes de austeridad y recuperaci¨®n econ¨®mica inunden los informativos, debemos reflexionar sobre las causas y consecuencias de esta crisis. El ego no puede dominarnos y tenemos que admitir que nos queda mucho que aprender. Nunca es tarde para ello, sin embargo, y tenemos ejemplos de sobra a los que acogernos para progresar de forma sostenible y estar mejor preparados en situaciones as¨ª. Animal Crossing y su filosof¨ªa son buenos espejos en los que mirarse para ello.

Las din¨¢micas de colaboraci¨®n ¡ªcon su cl¨ªmax en las pol¨ªticas p¨²blicas¡ª, la apuesta en firme por modelos de ciudad m¨¢s contenidos y sostenibles, el respeto por el medioambiente y los ritmos de vida m¨¢s pausados son algunos de los ejemplos en los que inspirarse para construir la sociedad postcuarentena. Basta con encender nuestra Switch y tomar buena nota del furro¡¯s way of life.